Los retos a los que se enfrenta la COP27 en plena crisis energética
La COP27 llega en plena crisis energética global y con una agenda bien nutrida de acciones.
Mario Picazo
En noviembre se celebra en Egipto la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), con la vista puesta en grandes retos que urge cumplir en materia de cambio climático. Cabe destacar que la Cumbre de París 2015 marcó un antes y un después de esa acción. Sin embargo, los retos propuestos en la cumbre francesa no acaban de llegar al ritmo deseado.
Es cierto que, desde entonces, ha habido una buena dosis de concienciación y un impulso cada vez mayor. Especialmente en lo que se refiere a la importancia de limitar el calentamiento global. El límite es de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Es la primera vez en seis años que la cumbre se celebra en África.
Está claro que se está llegando a un punto de inflexión sobre si será posible alcanzar este objetivo. Junto al telón de fondo geopolítico que ha dominado la dinámica mundial desde 2022, la cumbre climática de Egipto tiene mucho trabajo.
Una COP para transformar promesas en acción real
Los expertos insisten en que esta COP tiene que servir para convertir las promesas hechas durante las últimas COP en planes de implementación. Es una prioridad fundamental, aunque también hace falta un fuerte énfasis en las finanzas y la adaptación.
También es la primera vez en seis años que la cumbre se celebra en África. Por esta razón se espera ver en el punto de mira de muchos, las preocupaciones y necesidades del mundo en vías de desarrollo o subdesarrollado.
Para que la COP y sus acciones lleguen a buen puerto en la lucha contra el cambio climático, hace falta la mayor participación posible. Con esta idea en mente, en la COP27 es importante que los países más desarrollados hagan lo posible por involucrar a los países en desarrollo.
Por ello, en está COP27 uno de los grandes retos es impulsar el tema de las finanzas y la adaptación. Los países más vulnerables al cambio climático suelen ser también los menos pudientes económicamente hablando.
La compensación a esos países por pérdidas económicas por catástrofes climáticas es algo que ha sido rechazado en cumbres anteriores. Sin embargo, es un tema que se espera tratar en detalle en esta.
Dinamarca se convirtió el mes pasado en el primer país en ofrecer compensación por pérdidas y daños. El paquete de ayudas valorado en 13 millones de euros va dirigido a la región del Sahel (en el noroeste de África) y a otras zonas vulnerables.
Retos COP27: impulsar la descarbonización global como nunca
Las estimaciones actuales, basadas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) acordadas por muchos países para combatir el cambio climático, apuntan a que el calentamiento global aún puede limitarse a 2°C para 2100.
Bajo un escenario de calentamiento de 2°C, el 37% de la población mundial podría estar expuesta regularmente a olas de calor extremo. Un dato mucho mayor en comparación con el 14% que generaría un calentamiento de 1,5°C.
Además, en ese escenario de mayor calentamiento, nuestro planeta podría pasar determinados puntos de inflexión. Por ejemplo, la fusión irreversible del hielo en los polos. Un hecho que podría desencadenar un cambio climático descontrolado.
La diferencia entre 1,5°C y 2°C de calentamiento global, en realidad, es un punto de inflexión significativo. Por eso, uno de los principales retos de la COP27 no sólo es que se mantenga el impulso tomado hace ya años con la descarbonización global. Lo óptimo es que incremente mucho más.
Además, también se necesita una acción decisiva de todos los países para pasar de las promesas a planes de acción concretos. Es decir, que el plan de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) sea aún más ambicioso.
Retos COP27: concienciación en todos los niveles de población
En 2021, la temperatura media global ya estaba 1,1°C por encima de los niveles preindustriales. Si se pretende mantenerla a 1,5°C, las emisiones de gases de efecto invernadero tienen que bajar un 45% para 2030 respecto a los niveles de 2010. Después, el reto sería llegar a emisiones netas cero para mediados de siglo.
Seguramente, los problemas económicos y geopolíticos que vivimos este 2022 dificulten aún más el cumplimiento de esos cambios. La COP26 suscitó, ante todo, un fuerte interés empresarial y se acordaron nuevas acciones. Aumentó la ambición y se generó impulso aunque menos del deseado por muchos.
Esperemos que la COP27 reciba la atención que hace falta para acelerar más aún ese impulso. Para ello hay que lanzar un claro mensaje que lleve a gobiernos, empresas e individuos a actuar de forma contundente.
Hay que hacer lo posible por reducir la cantidad de energía utilizada para calentar hogares y oficinas. También será óptimo elegir combustibles renovables y vehículos eléctricos para ir de un lugar a otro. Cobra especial relevancia la concienciación sobre el consumo frenético, que agota los recursos disponibles.
Así mismo, es positivo ofrecer información para que la población vaya haciendo elecciones dietéticas más sostenibles.
El gran reto de la COP27 es el de presionar a nuestros gobiernos. El objetivo de esto es que los problemas climáticos estén situados en lo más alto de la agenda. Y es que, los fenómenos climáticos extremos de 2022 ya han mostrado al mundo que los impactos de la crisis climática son reales y palpables.