Malas noticias para los alérgicos: así afectará tanta lluvia a los niveles de polen esta primavera

Las lluvias de marzo tienen una relación directa con el crecimiento, fortalecimiento, floración y polinización de las plantas y las alergias.

Pablo Ramos

Las precipitaciones abundantes de las últimas semanas han supuesto un alivio para los embalses y los ecosistemas, regando con generosidad campos y ciudades.

La tierra, revitalizada por este aporte hídrico, se impregna de nutrientes que favorecen el desarrollo vegetal. Sin embargo, esta misma bonanza climática podría traducirse en una primavera más severa para los alérgicos, con un incremento significativo de polen en el aire.

Del alivio temporal al repunte del polen: el doble filo de la lluvia

No todas las lluvias afectan al polen de la misma manera. La intensidad, duración y composición de las precipitaciones determinan su impacto en la atmósfera. Durante un episodio de lluvia intensa, el agua arrastra los granos de polen en suspensión, limpiando el aire y ofreciendo un respiro momentáneo a quienes padecen alergias estacionales.

«Las lluvias torrenciales reducen drásticamente la concentración de polen en el aire, especialmente en especies como el ciprés, debido a su efecto de lavado», explica Gaspar Dalmau, presidente de la Societat Catalana d’Al·lèrgia, de l’Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya.

Sin embargo, cuando las precipitaciones son ligeras y persistentes, la humedad facilita la fragmentación de los granos de polen, liberando partículas aún más pequeñas y altamente alergénicas. Tras la lluvia y con la llegada del sol, la vegetación reanuda su actividad polinizadora con mayor intensidad, lo que podría desencadenar picos de alergia.

Primavera 2025: un escenario propicio para la polinización masiva

Las precipitaciones recurrentes del final del invierno han creado las condiciones perfectas para una explosión primaveral de polen. En función de la evolución de la meteorología en las próximas semanas, los niveles de alérgenos podrían dispararse en diversas regiones del país.

Si la primavera transcurre con temperaturas suaves y cielos despejados, el crecimiento de las gramíneas, principales responsables de las alergias en España, será vigoroso. Actualmente, más de ocho millones de personas sufren hipersensibilidad a este tipo de plantas.

«En las zonas donde las lluvias han sido más cuantiosas, la floración de las gramíneas será intensa, especialmente en el centro peninsular y el norte de Andalucía», advierte el doctor José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en declaraciones a Eltiempo.es.

Más allá de las gramíneas, la combinación de precipitaciones abundantes y temperaturas moderadas podría impulsar la polinización de árboles como el plátano de sombra, la encina, el roble, el pino o el olivo, especies con una elevada capacidad alergénica durante la primavera.

Las claves meteorológicas para la evolución de la polinosis

A pesar de la creciente preocupación entre la comunidad alérgica, la evolución de los niveles de polen aún está sujeta a múltiples variables atmosféricas. Factores como la continuidad de las lluvias, la humedad ambiental o los episodios de viento influirán en la dispersión de los alérgenos en los próximos meses.

Un incremento repentino de las temperaturas, sumado a días secos y soleados, aceleraría la floración y propagaría el polen con mayor rapidez. Por el contrario, si se mantienen las precipitaciones regulares, la acumulación de humedad podría prolongar el periodo de polinización, extendiendo los síntomas alérgicos a lo largo de la primavera.

Fuente: Banco de imágenes Canva