Menstruación sostenible: 4 opciones respetuosas con el planeta (más allá de la copa)

Las españolas usamos y desechamos una media de 234 millones de compresas y tampones al mes. Estas son algunas alternativas para generar menos impacto ambiental durante la menstruación.

Laura Opazo

Laura Opazo

La menstruación sostenible cada vez es un objetivo en mente de muchas mujeres. Y es que, las mujeres menstrúan una media de 38 años durante toda nuestra vida fértil. Esto significa que tenemos aproximadamente unos 500 ciclos. Según Naturcup, en nuestro país hay más de 13 millones de mujeres que menstrúan, lo que se traduce en 234 millones de compresas y tampones utilizados y desechados mensualmente.

Los productos de higiene femenina de un sólo uso (salvaslips, toallitas, compresas o tampones) son una fuente de residuos difícilmente reciclables. Los productos menstruales más comunes son una verdadera amalgama de plástico.

234 millones de compresas y tampones utilizados y desechados mensualmente en España.

Por ejemplo, los tampones vienen envueltos en plástico y encerrados en aplicadores de plástico. Por su parte, las compresas suelen contener aún más plástico, desde la base a prueba de fugas hasta los materiales sintéticos que absorben el líquido. También son de este material la cinta que aísla la superficie adhesiva o el envase exterior.

El desecho de estos productos, el verdadero problema

La mayor parte de las veces, estos productos son desechados correctamente. No olvidemos que los españoles somos líderes en reciclajes de plásticos. Aún así, esto no implica que se degraden fácilmente. Lo que suele ocurrir en los vertederos es que, por la falta de oxígeno, tardan siglos en descomponerse. Además, el hecho de que estén compuestos por fibras muy densas no hace sino agravar el problema.

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En el peor de los casos, estos residuos no son desechados adecuadamente en el contenedor de restos. Muchas veces acaban siendo eliminados por el retrete y recalando en espacios naturales como playas o ríos. Es muy común que allí se acumulen aplicadores de plásticos, residuos y envases.

Por ello, cada vez más mujeres están considerando otras alternativas reutilizables que les permitan tener una ‘menstruación sostenible’. Desde utilizar la copa menstrual, pasando por las bragas o esponjas menstruales o las compresas y salva slips de tela de algodón orgánico reutilizables. Hablemos un poco más sobre cada una de las alternativas.

Las alternativas más populares para una menstruación sostenible


1 – La copa menstrual

La copa vaginal se lleva la palma. Sin embargo, lejos de ser un instrumento moderno, lleva mucho más tiempo en el mercado del que pensamos. Y es que, la primera copa menstrual patentada apareció en el año 1884 en Estados Unidos. Por entonces, no estaba confeccionada en látex, sino de metal. Era muy grande, rígida y pesada, lo que hizo que no fuera considerado un producto rentable. Por lo tanto, en esa época no gozaba de la popularidad que tiene hoy en día.

Su éxito radica en que resulta un medio muy económico, razón que convence a muchas usuarias. Comprar un paquete de compresas o tampones puede suponer un gasto de 5€ mensuales. En cambio, una copa menstrual con una duración de 10-12 años no supera los 30€ en un único gasto.

Su comodidad es otro de los factores más valorados. Esto es porque permiten un uso continuado de hasta12h, mucho más cómodo que estar cambiándose varias veces al día. Existen distintas tallas para que cada mujer elija la más conveniente a su anatomía.

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Fuente: Instagram @enna.saludintima

Desde el punto de vista sanitario, son una alternativa muy segura. Suelen estar realizadas en silicona médica 100% hipoalergénica, que respeta el pH vaginal. Además, recogen la sangre y no la absorben por lo que no hay problemas de irritación, hongos o alergias.

Por tanto, no conllevan ningún riesgo para la salud, como es el caso de los tampones. Con estos hay un pequeño riesgo de sufrir el síndrome de shock tóxico (SST) que es una rara infección bacteriana muy peligrosa.

Incluso, con algunas copas no hay problemas para mantener relaciones sexuales. También las hay compatibles con el DIU y el anillo anticonceptivo. Por si fuera poco, muchas son biodegradables, por lo que no generan apenas residuo al final de su vida útil.

2 – Bragas menstruales

Otra alternativa son las bragas para la regla. Es una opción, que de primeras, muchas personas ven con distancia, pero que una vez prueban, la encuentran útil y muy cómoda. Especialmente para el ámbito deportivo. Su principal ventaja frente a la copa menstrual es la comodidad.

Lo negativo de las copas es que son dispositivos que requieren un periodo de adaptación. Además, precisan de otros recursos para ser utilizadas cómodamente como un espacio adecuado y un lavabo para el aseo de las manos.

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Fuente: Instagram @dim_spain

Las bragas menstruales no implican ninguna complicación. Puedes colocarlas y hacer uso de ellas durante toda una jornada de 12 horas sin hacer recambios, ni vaciados. Además, tienen una absorbencia máxima y un tejido que evita olores.

Se pueden encontrar en distintos tamaños, para cada momento del ciclo, y pueden durar hasta 4 años. Hay quien combina el uso de la copa con el de la braga menstrual, aunque ambos métodos son suficientemente efectivos por separado.

3 – Compresas reutilizables

Esta alternativa permite adaptar las compresas mediante un corchete a tu propia ropa interior. Suelen estar hechas de fibras ecológicas y naturales como el algodón o bambú. En su interior llevan una lámina impermeable que evita los escapes.

Fuente: Instagram @chi_chi.es

Es muy importante fijarse en los materiales de composición ya que si no son de fibras naturales pueden dar mucho calor y resultar incómodas. Son muy útiles también para el post parto, para pérdidas de orina e incontinencia.

4 – Esponjas menstruales

Es una opción menos popular, aunque muy económica e interesante. Estas esponjas crecen en los fondos marinos y son un producto natural 100% ecológico y reutilizable.

Este tipo de modelos son muy ergonómicos. Se pueden recortar adaptándose a la cavidad de cada mujer. De esta manera, se acopla mejor a las necesidades de nuestro cuerpo y podamos disponer de varias en función de nuestro flujo de sangrado. Su ventaja principal es que son muy absorbentes y antibacterianas y su vida útil es de entre seis meses y un año.

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Fuente: Instagram @ilenculturamenstrual

Ahora bien, como inconvenientes, su textura es rugosa por lo que resulta áspera al tacto y su introducción puede ser algo molesta. Además, no disponen de un sistema de agarre para una extracción más sencilla y su limpieza no garantiza que el producto esté 100% desinfectado. Por tanto, podrían alterar el pH natural de la vagina y, en consecuencia, provocar alguna infección.