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Exoplaneta

Un exoplaneta es un planeta que gira alrededor de una estrella que no es el Sol. No forma parte del Sistema Solar, pero eso no significa que sea algo excepcional. Al contrario: se sospecha que son más comunes que los planetas que sí orbitan nuestra estrella. Y lo curioso es que, durante siglos, ni siquiera sabíamos que existían.

La palabra ya sugiere lo esencial: “exo” viene del griego y significa “fuera”. Así que hablamos, literalmente, de planetas fuera del sistema solar.

Lo llamativo es que, aunque los científicos llevaban tiempo teorizando sobre su existencia, el primer hallazgo real no llegó hasta 1992. Y ni siquiera fue en torno a una estrella como el Sol, sino a un púlsar, una estrella de neutrones giratoria, algo que nadie esperaba.

La dificultad de encontrar lo invisible

Detectar un planeta que no emite luz propia, que está a años luz de distancia y que queda oculto por el resplandor de su estrella… no es fácil. De hecho, sigue sin serlo. Pero se han ideado formas indirectas, ingeniosas, para saber que están ahí.

Una de ellas consiste en observar cómo varía el brillo de una estrella. Si de forma periódica ese brillo baja un poco y luego se recupera, puede que haya un planeta pasando por delante. Esto se conoce como método de tránsito. En realidad, no vemos el planeta, solo su efecto.

También se usa el llamado método de la velocidad radial. Si una estrella parece oscilar ligeramente —un vaivén muy sutil, pero detectable— es probable que esté “bailando” con un planeta que la atrae por gravedad. A través de ese pequeño movimiento, registrado mediante espectroscopía, se pueden deducir tanto la masa del planeta como su órbita.

Con esas técnicas, y con el lanzamiento del telescopio espacial Kepler, la lista de exoplanetas confirmados empezó a crecer. Y no dejó de hacerlo. Ahora hay más de 5.000 identificados, y los datos siguen llegando, en gran parte gracias a TESS, otra misión de la NASA dedicada a escanear sectores enteros del cielo.

Planetas gigantes, mundos acuáticos y órbitas imposibles

Uno podría imaginar que los planetas allá fuera son parecidos a los nuestros. Pero, en realidad, la mayoría son radicalmente distintos. Se han encontrado mundos enormes, más grandes que Júpiter, orbitando tan cerca de su estrella que completan una vuelta en menos de dos días. A esos se les llama, de forma algo poética, Júpiteres calientes.

También hay supertierras, que no existen en nuestro sistema: son rocosas, como la Tierra o Marte, pero más grandes, más densas… y quizá habitables, si se dan otras condiciones. No todas están bien definidas. Algunas podrían tener atmósferas muy densas, otras tal vez océanos globales. Pero eso aún es terreno de suposiciones. La observación directa sigue siendo limitada.

Uno de los sistemas más estudiados es TRAPPIST-1, que alberga siete planetas del tamaño de la Tierra, tres de los cuales están en la zona habitable. Es decir, a una distancia de su estrella que permitiría, en teoría, agua líquida en superficie. ¿Es eso garantía de vida? Ni mucho menos. Pero es un punto de partida.

¿Puede haber vida en alguno de ellos?

Esa es la gran pregunta. Y también, la más difícil de responder. De momento, no se ha encontrado ninguna prueba directa de vida fuera de nuestro planeta. Pero hay pistas que se buscan con atención.

Algunas misiones espaciales, como la del telescopio James Webb, permiten analizar la composición de atmósferas exoplanetarias. Si en alguna de ellas se detectasen ciertos gases —oxígeno, metano, vapor de agua— en proporciones no explicables por procesos geológicos, sería un indicio. No una prueba, pero sí una señal de algo más.

Los resultados, hasta ahora, son ambiguos. Hay planetas con posibles señales de vapor de agua, otros con nubes metálicas. Pero todo está sujeto a revisión. El universo, en este sentido, parece resistirse a darnos respuestas fáciles.

Exoplaneta: ¿Cuántos puede haber?

La respuesta más honesta sería: más de los que podemos imaginar. Casi todas las estrellas de la galaxia podrían tener uno o más planetas a su alrededor. La Vía Láctea, nuestra galaxia, alberga unos 100.000 millones de estrellas. Si sólo una fracción tiene planetas, el número ya es descomunal.

Y aun así, apenas conocemos una ínfima parte. De hecho, todo lo que sabemos se basa en una muestra muy sesgada: planetas grandes, cercanos a su estrella, y relativamente próximos a nosotros. Es decir, los más fáciles de detectar con la tecnología actual. Los mundos pequeños, fríos, lejanos… esos probablemente están ahí, pero todavía no los vemos.

Se ha dicho que estudiar un exoplaneta es como mirar un grano de arena en una playa entera y deducir cómo es toda la costa. Y, sin embargo, ya estamos sacando conclusiones.

Algunos hallazgos contradicen nuestras teorías previas sobre cómo se forman los sistemas planetarios. Otros, simplemente, nos recuerdan que el universo no tiene por qué seguir las reglas que nosotros damos por sentadas.