Cuando hablamos de una inundación repentina (flash flood), no siempre se es consciente de lo rápido que este fenómeno pueden surgir.
De repente, una zona puede verse anegada en cuestión de minutos. Sin aviso previo, sin tiempo para reaccionar. Basta una tormenta intensa, una simple tormenta estacionada sobre una región, para que el agua comience a acumularse y desbordarse.
La causa principal: la lluvia (pero no sólo eso)
La causa más común de una inundación repentina es la lluvia intensa. Sin embargo, también los huracanes, el deshielo rápido en primavera o hasta el desbordamiento de ríos tras lluvias prolongadas pueden desencadenar una flash flood.
Tampoco hay que olvidar las áreas montañosas. Ahí, el agua corre por laderas y barrancos con fuerza, acelerando el riesgo. Si a esto se le suman suelos compactos o áreas urbanas cubiertas de asfalto, el problema se agrava. El resultado es menos capacidad para que el agua se infiltre y más probabilidad de que se acumule.
Las ciudades tienen una particular vulnerabilidad. La razón es el hormigón y el asfalto. que lo cubren todo limitando la absorción del agua de lluvia. Por lo tanto, en pocos minutos una simple avenida se convierte en un río improvisado.
Los sistemas de alcantarillado, en teoría, están para drenar el agua. Pero en muchas ocasiones, no dan abasto y no pueden con el volumen. Así que el agua sigue su curso, acumulándose y ganando velocidad.
Cómo se desencadena una «flash flood»
El proceso es tan rápido que, en ocasiones, es difícil hacer una previsión. En cuestión de minutos, el agua desciende por las pendientes, corre por valles y termina inundando todo. No hace falta que sea una gran cantidad de agua, sólo una cantidad que llegue de golpe.
Las áreas rurales y montañosas suelen ser escenarios comunes de estos eventos, aunque también las zonas urbanas densamente pobladas. En ciudades, el agua sigue la línea de las calles. En montañas, sigue los valles.
El problema no termina aquí ya que, con la inundación repentina llega otro fenómeno: los deslizamientos de tierra. La fuerza del agua erosiona el suelo, especialmente en laderas, aumentando el riesgo de desprendimientos que afectan tanto a viviendas como a vías de comunicación.
Consecuencias para personas e infraestructuras
El impacto es evidente y las flash floods ponen en peligro la vida humana de forma directa. Personas atrapadas en sus vehículos o en sus hogares, sin tiempo de escapar. Vehículos arrastrados por la corriente, que, aunque no lo parezca, a veces puede mover un coche como si fuera de juguete.
No sólo eso: las infraestructuras también sufren un daño importante. Edificios, puentes, carreteras… la fuerza del agua no discrimina y puede destruirlo todo.
En términos económicos, las pérdidas suelen alcanzar cifras millonarias. Empresas que deben cerrar, daños en bienes personales y públicos. Además, en zonas agrícolas, una inundación repentina puede arrasar con los cultivos, afectando directamente el suministro de alimentos y a la economía local.
La naturaleza también se ve afectada
El impacto ambiental de una flash flood es igual de grave. La erosión del suelo es solo el inicio. A medida que el agua corre, arrastra residuos, plásticos, productos químicos e incluso pesticidas que terminan en ríos y mares, afectando la vida marina y la calidad del agua.
Como resultado, los ecosistemas acaban alterados y, en muchos casos, especies animales obligadas a desplazarse o a desaparecer.
Humedales, riberas y otros hábitats fluviales sufren daños que pueden tardar años en repararse. Y si el evento ocurre de forma recurrente, la recuperación de estos ecosistemas es casi imposible. Para los seres vivos de estas zonas, cada flash flood puede suponer la pérdida de su hogar natural.
¿Cómo predecir una flash flood?
La predicción es un desafío enorme ya que no es fácil, ni mucho menos. Los radares meteorológicos son fundamentales, claro, ya que permiten detectar lluvias intensas en tiempo real. Pero, aún con toda la tecnología, el tiempo de aviso suele ser mínimo. A veces, de unos pocos minutos.
Los sistemas de monitoreo de ríos ayudan a anticiparse a los aumentos de caudal. También se usan modelos computacionales que integran datos meteorológicos y geográficos, aunque no siempre es posible evitar la tragedia.
Cuando el agua ya está ahí, el margen de maniobra es limitado. Con suerte, un aviso temprano podría salvar vidas, pero no siempre es suficiente.
Qué hacer si una flash flood te sorprende
Lo primero es subir a un terreno elevado. No intentes cruzar la corriente. Por baja que parezca, la fuerza del agua puede ser engañosa. Y si estás en un vehículo, lo mejor es no arriesgarse: buscar otra ruta o abandonar el coche si la situación se complica.
En áreas urbanas, las calles se vuelven trampas. Las autoridades siempre recomiendan seguir sus instrucciones y mantenerse informado. Pero, en medio de una flash flood, el sentido común es vital.
Su relación con el cambio climático
El cambio climático es un factor que ha intensificado la frecuencia de las flash floods. Con el aumento de las temperaturas, los patrones de precipitación se ven alterados, lo que provoca lluvias intensas en áreas que antes no experimentaban este tipo de eventos. Y a medida que el nivel del mar sube, también se incrementa la posibilidad de inundaciones en las zonas costeras tras las tormentas.
Además, el derretimiento de glaciares y el deshielo de áreas árticas añaden más agua a los ríos y arroyos. Todo esto genera una combinación peligrosa: más agua, menos capacidad de absorción y, por tanto, más flash floods en áreas que solían estar fuera de peligro.
Algunos casos recientes
En Europa, por ejemplo, la inundación en Alemania y Bélgica en 2021 dejó pérdidas millonarias y numerosas vidas perdidas. Fue un evento que no se esperaba con tanta fuerza y que afectó tanto a zonas rurales como urbanas.
En India y Filipinas, las lluvias monzónicas provocan flash floods con regularidad, aunque los habitantes de esas áreas están más acostumbrados a lidiar con este tipo de emergencias.
Y no sólo en Europa o Asia. En América Latina, países como México y Colombia también han registrado flash floods en los últimos años. Las montañas y el clima tropical, sumados a las precipitaciones intensas, generan las condiciones ideales para estos eventos.
En algunas regiones, como en el caso de Perú, las inundaciones afectan tanto a la población como a la infraestructura agrícola, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
Este tipo de eventos demuestran la necesidad urgente de mejorar los sistemas de respuesta y prevención. Porque, a medida que el cambio climático avance, es probable que estas inundaciones repentinas se vuelvan más frecuentes y afecten a más zonas del mundo.