Meteopedia

Helada negra

¿Qué es una helada negra y cuándo se da?

Una helada negra es un fenómeno que ocurre cuando las temperaturas son inferiores a 0°C pero, sin embargo, no se forma escarcha. Esto sucede cuando el aire es seco, es decir, contiene poco vapor de agua. En estas condiciones, la temperatura no iguala a la del punto de escarcha (equivalente al punto de rocío pero para temperaturas inferiores a 0ºC) y por tanto el vapor de agua no se deposita (cencellada) o el rocío no se congela. Por tanto, son heladas que se producen en condiciones de aire no saturado.

Su designación responde a la visualización de la coloración negruzca que adquieren al día siguiente algunos órganos vegetales debido a la destrucción causada por el frío.

Todas las heladas tienen en común que se producen cuando la temperatura desciende por debajo de 0°C; no obstante, según su origen, las heladas pueden ser de tres tipos fundamentales: heladas de radiación, heladas de advección y heladas de evaporación. Las heladas negras suelen darse en algunos casos con nieblas de radiación pero sobre todo con heladas de advección:

  • Heladas de radiación

Aparecen en situaciones anticiclónicas, sobre todo en noches despejadas y con viento en calma, que impide la mezcla de capas de de aire.

La pérdida de radiación infrarroja durante la noche desde el suelo se traduce en un enfriamiento del suelo y de las capas de aire más superficiales, en contacto con éste. El aire frío, más pesado, queda retenido en una fina capa próxima a la superficie, y las capas más cálidas quedan por encima de ésta, por lo que estas heladas van asociadas a inversión térmica.

Este enfriamiento nocturno puede ser muy pronunciado en zonas proclives de valles interiores, donde es más fácil que el aire frío quede retenido. Por el contrario, en zonas de pendiente, el aire frío tiende a descender hacia las partes bajas para acumularse allí.

Este tipo de heladas suelen ser las más intensas en zonas deprimidas del interior, aunque pueden verse potenciadas también por advecciones frías en las que igualmente se tiene poco viento en superficie y cielo despejado, siendo entonces heladas de radiación-advección o mixtas.

  • Heladas de advección

Estas heladas son aquellas que se forman debido a la invasión de grandes masas de aire frío, con temperaturas inferiores a los 0ºC, que reemplazan el aire más cálido que había previamente. No existe inversión térmica, por lo que las temperaturas disminuyen a medida que aumenta la altitud.

Suelen afectar a grandes extensiones de terreno y son las que más suelen dar lugar a heladas negras debido al carácter frío y seco de las masas de aire continental en los meses de invierno.

Las advecciones frías pueden ser de origen marítimo o de origen continental, siendo las segundas las responsables de algunas de las temperaturas más bajas que se han alcanzado históricamente en amplias zonas de nuestro país poco acostumbradas a las heladas, como el episodio de ola de frío de febrero de 1956 (hasta -12°C en San Sebastián o -7°C en Castellón) o la de enero de 1985 (hasta -10°C en Madrid).

Como ya hemos mencionado, algunos de los récords de temperaturas mínimas absolutas en nuestro país se han dado en episodios de una advección fría y seca continental en la que han coincidido también cielos rasos y viento en calma.

Además, un último factor que puede ser determinante a la hora de alcanzarse mínimas extraordinariamente bajas es la presencia de nieve en el suelo, la cual aumenta la pérdida de calor por radiación. Un ejemplo de esto lo tuvimos en enero de 2021 con las intensas y extensas heladas que se tuvieron en la zona centro en la ola de frío posterior a las nevadas de la borrasca Filomena.

¿Cuáles son sus consecuencias?

Las heladas negras son muy temidas por los agricultores por su alto grado de impacto en los cultivos, especialmente en ciertas épocas del año, pudiendo llegar a provocar grandes pérdidas económicas. Su impacto es mayor en las plantas de hoja perenne.

Este tipo de helada ataca directamente a la estructura interna de los cultivos, ya que debido a la sequedad del aire, los cristales de hielo se formen en el interior de las plantas y no en la superficie externa de éstas. Cuando se forma este hielo en forma afilada, provoca el desgarro de los tejidos internos de la planta y seca las membranas internas, conduciendo a la muerte de la planta.

Estas heladas son muy dañinas en aquellas plantas que se encuentran en estado activo, sin embargo, su afección es nula en los árboles de hoja caduca durante el invierno.

¿Cómo se pueden prevenir las heladas negras?

La previsión anticipada de este tipo de heladas es complicada, por lo que prepararse ante ello es una tarea difícil. Lo único que se puede hacer es buscar la protección de los cultivos de las consecuencias inminentes.

Son varias las técnicas que pueden emplearse para proteger las plantas al aire libre. Las más comunes son el empleo de algún sistema que proporcione calor a la planta, proteger las raíces con la colocación de una capa de hojas en el suelo que evite el paso del frío del subsuelo, un sistema de rociado de la planta para que se forme hielo y actúe de aislante (helada blanca), la protección con plásticos o la inundación del terreno.

Diferencia entre helada negra y helada blanca

La diferencia básica entre ambas reside en la humedad ambiente y, por tanto, en la formación de escarcha o no.

La helada blanca se produce cuando la temperatura baja de los 0ºC y cuando la humedad relativa permite alcanzar la saturación sobre las superficies frías. Así se forma la escarcha, cuando el rocío se congela, formando cristales de hielo sobre las superficies que les dan un aspecto blanquecino. Estos cristales protegen la parte interna de las plantas y por tanto no son tan dañinas para el campo.

Las heladas negras, aparecen cuando se baja de esos 0ºC pero la humedad es muy baja. A no existir hielo sobre las plantas no estarán protegidas y el frío actuará sobre sus estructuras internas, provocando la destrucción de los tejidos vegetales.