¿Qué es un solsticio?
Del latín solstitium, el término solsticio es un concepto astronómico que se refiere al momento del año en el que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente.
Geográficamente, los solsticios son los momentos en los que el Sol alcanza la máxima latitud norte (+23° 26’), correspondiente al trópico de Cáncer, o sur (−23° 26’), correspondiente al trópico de Capricornio, respecto al ecuador terrestre.
Esto sucede dos veces al año, en los meses de junio y diciembre, de forma que se habla de solsticio de verano y solsticio de invierno.
En los lugares de la Tierra que se ubican fuera de la zona intertropical (latitudes extratropicales, por encima de los 23° 26´), el Sol parece alcanzar su punto más alto en el cielo durante los solsticios, sin llegar nunca al cenit (a la vertical), como sí sucede en los países tropicales, donde el Sol cruza el cenit dos veces por año, y no durante los solsticios. Cuanto más cerca nos situemos de los trópicos de Cáncer y de Capricornio, el cenit se alcanzará más cerca de la fecha de los solsticios.
Los círculos polares marcan las zonas de la tierra donde el Sol no se pone (en verano) o no sale (en invierno) durante 24 horas, al menos una vez al año. A medida que nos acercamos hacia el polo respectivo desde el círculo polar, aumenta el número de días en que esto sucede. En los polos, el día o la noche permanente dura tres meses y en el círculo polar, solo un día: el del solsticio correspondiente.
Los solsticios de invierno y verano, junto con los equinoccios de primavera y otoño, marcan el cambio de las estaciones astronómicas. No obstante, las estaciones meteorológicas no utilizan estas fechas como criterio de cambio.
¿Por qué ocurren los solsticios?
Los solsticios ocurren porque el eje de rotación de la Tierra está inclinado unos 23,4 grados respecto a la órbita terrestre alrededor del Sol. Esta inclinación es la responsable de que tengamos las estaciones en nuestro planeta, ya que la cantidad de luz solar recibida por los hemisferios es variable a lo largo de un año.
Desde marzo a septiembre (entre el equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño), el hemisferio norte está más inclinado hacia el Sol, lo que da lugar a la primavera y el verano. Por el contrario, de septiembre a marzo, el hemisferio norte está más alejado; de ahí que ocurran el otoño y el invierno. En el hemisferio sur, se invierte la situación, por lo que las estaciones van a la inversa.
Solsticio de verano
El solsticio de verano se presenta cuando el semieje de la Tierra ya sea en el hemisferio norte o en el hemisferio sur, está más inclinado hacia el Sol. La inclinación máxima del eje terrestre hacia el Sol es de 23° 26´y sucede dos veces el año, cuando el Sol alcanza su posición máxima en cada hemisferio.
Esto sucede (en función del año) entre el 20 y el 23 de junio en el hemisferio norte, y alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio sur.
El día del solsticio de verano es el día con mayor número de horas de sol (luz solar) del año más largo del año. No obstante, en las regiones polares, esta luz es continua en los días o incluso meses alrededor de dicha fecha. Además, el solsticio de verano de un hemisferio coincide con el solsticio de invierno (día más corto del año) en el otro hemisferio, y viceversa.
Cuando es el solsticio de verano en el hemisferio norte, el Sol aparece directamente sobre el trópico de Cáncer, en la línea de latitud a 23° 26´ norte. Durante el solsticio de verano en el hemisferio sur, el Sol aparece en la vertical del trópico de Capricornio (23° 26´ sur).
El solsticio de verano marca el inicio del verano astronómico, de forma que, cuando comienza el verano en uno de los hemisferios, empieza el invierno en el otro. Se denomina como verano boreal si hablamos del hemisferio norte y como verano austral si estamos en el hemisferio sur.
Solsticio de invierno
El solsticio de invierno se presenta cuando el semieje de la Tierra ya sea en el hemisferio norte o en el hemisferio sur, está más alejado del Sol.Coincide con el otro momento en que el Sol alcanza la latitud máxima.
Se trata del día más corto del año en el hemisferio invernal (menor número de horas de luz solar), ya que la inclinación del eje terrestre es tal que la incidencia solar es mínima.
Cuando es el solsticio de invierno en el hemisferio norte, el Sol aparece directamente sobre el trópico de Capricornio, en la línea de latitud a 23° 26´ sur. Durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur, el Sol aparece en la vertical del trópico de Cáncer (23° 26´ norte).
Esto sucede (en función del año) alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio norte, y entre el 20 y 23 de junio en el hemisferio sur. Además, el solsticio de invierno de un hemisferio coincide con el solsticio de verano (día más largo del año) en el otro hemisferio, y viceversa.
El solsticio de invierno marca el inicio del invierno astronómico, el cual dura hasta el equinoccio de primavera. El inicio del invierno en un hemisferio coincide con el comienzo del verano en el otro. Hablamos entonces de invierno boreal (hemisferio norte) o invierno austral (hemisferio sur).
¿Qué diferencia hay entre equinoccio y solsticio?
Hemos dicho que tanto los equinoccios como los solsticios marcan los cambios de las estaciones astronómicas, pero ¿en qué se diferencian?
El equinoccio ocurre cuando el sol está situado exactamente sobre la línea del ecuador, por lo que la duración del día y de la noche en ambos hemisferios es la misma. Esto ocurre 2 veces al año, durante el equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño.
Los equinoccios representan, por tanto, la posición media del Sol respecto a la Tierra. El Sol brilla de forma directa (perpendicular) sobre el ecuador. Las fechas de los equinoccios son en marzo (entre los días 19 y el 21) y septiembre (entre los días 21 y 24).
El equinoccio de primavera marca el final del invierno y el principio de la primavera, mientras que el equinoccio de otoño marca el final del verano y el comienzo del otoño.
Por tanto, con todo lo explicado sobre los solsticios y los equinoccios, podemos indicar las diferencias:
- Respecto a la posición del Sol: Durante los solsticios, el Sol está en el punto más distante de la línea del ecuador. En los equinoccios está en el punto más próximo al ecuador.
- Rayos solares: en los solsticios la Tierra recibe mayor radiación en uno de los dos hemisferios, mientras que en los equinoccios los rayos solares alcanzan con la misma intensidad a ambos hemisferios, siendo la intensidad máxima en el ecuador.
- Fecha: los solsticios se dan el 20-22 de junio (solsticio de verano boreal) y el 20-22 de diciembre (solsticio de invierno boreal), mientras que los equinoccios suceden el 20-22 de marzo (equinoccio de primavera boreal) y el 20-23 de septiembre (equinoccio de otoño boreal).
- Duración del día: el solsticio de verano supone el día más largo del año y el solsticio de invierno, el más corto. Durante los equinoccios, el día y la noche tienen la misma duración.
Cabe mencionar que la Tierra no es el único planeta con solsticios y equinoccios; cualquier planeta con un eje de rotación inclinado los tiene. Sin embargo, las estaciones de otros planetas no equivalen climáticamente a las de la Tierra por varios motivos.
En primer lugar, la inclinación axial de los planetas varía, de forma que puede haber una diferencia estacional mucho mayor (mayor inclinación) o menor (menor inclinación) entre los solsticios de verano e invierno que la existente en la Tierra.
Asimismo, las órbitas de otros planetas como Marte son menos circulares, lo que implica que sus distancias respecto al Sol varían mucho más drásticamente que en el caso de la Tierra, con efectos mucho mayores en las temperaturas estacionales.
Etimología de solsticio y equinoccio
El término solsticio proviene del latín solstitium, que a su vez se forma de dos palabras: sol (sol) y statum (estático), es decir, “sol quieto”.
El término equinoccio proviene del latín aequinoctium, compuesta por aequus (igual) y nocte (noche), y que significa ‘noche igual’.