Un tornado es el fenómeno meteorológico más devastador que existe en nuestro planeta, pero por suerte, tiene una extensión de afectación bastante reducida.
Se trata de una columna de aire que succiona hacia la nube que suele tener forma de embudo y una gran velocidad de rotación. Se extiende desde las nubes de tormenta (cumulonimbos) hacia la superfície y generalmente va asociado a tormentas supercelulares.
Características principales del fenómeno
La principal característica es su peligrosidad por la extrema velocidad del viento que lleva asociada. En el centro del embudo las rachas de viento pueden superar fácilmente los 200 km/h y han habido casos que se han estimado hasta más de 400 km/h. Cifras que provocan una devastación absoluta por allí donde pasa el centro del mesociclón.

Su duración generalmente es corta y puede durar desde minutos hasta algunas horas, pero por suerte, su diámetro de afectación es pequeño, generalmente son metros, aunque alguno muy grande, puede superar el kilómetro.
¿Cómo se forma un tornado?
Condiciones atmosféricas necesarias
Para que se forme un tornado necesitamos ciertas condiciones favorables en la baja troposfera. En un primer momento, debe haber aire cálido y húmedo en superficie que alimente la nube de tormenta, mientras que en las capas altas debe haber aire frío y seco.
Por otra parte, la dirección de los vientos a diferentes capas también es importante. Para que haya rotación durante la succión es importante que haya cizalladura vertical. Es decir, vientos cruzados entre capas bajas y capas más altas.
Etapas de desarrollo
Durante la formación y disipación del tornado ocurren diferentes fases. La primera fase es la de formación. Se forma una nube embudo que desciende de la base de las nubes de tormenta y va a buscar la superficie con una intensa rotación, aunque no siempre lo consigue.
La segunda fase es la de contacto, que ocurre cuando la nube desciende, toca el suelo y es entonces cuando pasa a decirse tornado. La tercera fase es la de madurez, donde el tornado, si las condiciones son favorables, alcanzará su máximo potencial con un embudo bien definido succionando todo lo que encuentre por delante ocasionando graves desperfectos.
Y finalmente, la cuarta y quinta fase pueden ir prácticamente de la mano. Si el tornado encuentra condiciones que no son favorables para su rotación como montañas o cambio en las condiciones meteorológicas, el embudo empezará a perder anchura y consistencia entrando en la fase de debilitamiento.
Finalmente, la rotación se acabará debilitando y la nube embudo desaparecerá subiendo otra vez hacia la base del resto del nubes. Esta última fase es la de disipación.
Papel de las tormentas supercelulares
La mayoría de tornados que se forman provienen previamente de este tipo de tormentas. Son tormentas eléctricas de gran intensidad que se caracterizan por tener una corriente ascendiente con rotación persistente llamada mesociclón.
Gracias a esta corriente ascendiente se formarán los tornados y, asimismo, este tipo de tormentas podrán seguir activas y retroalimentándose de aire cálido y húmedo de la superficie durante muchas horas.

Tipos de tornados
Tornado clásico o en cuña
Es aquel tornado típico que proviene de tormentas supercelulares formando un gran embudo con una nube muy visible que baja desde la nube hasta la superficie succionando todo lo que encuentre por delante. Son los más intensos y destructivos.
Tornado de cuerda
Este tipo de tornado no es tan devastador, puesto que es más débil y, generalmente, aparece en la etapa de debilitamiento de los tornados. El embudo es mucho más delgado, puede adoptar varias formas y no es tan consistente ni recto como el clásico. Adopta más curvaturas.
Tornado múltiple o gemelo
Es un tornado grande que contiene varios vórtices en su interior que lo pueden hacer más destructivo. Aunque no es tipo de tornado muy común.
Tornado de agua o tromba marina
El origen es el mismo que un tornado, la nube embudo proviene de la base de la tormenta y va a buscar a la superficie aire más cálido y húmedo. La única diferencia es que en vez de la superficie terrestre, ocurren sobre los mares y océanos cálidos.
Impacto destructivo de los tornados
El impacto de los tornados puede ser devastador absolutamente en según que casos y supone un riesgo extremo para la vida humana en general. Cabe destacar que, en el centro de un tornado de los de categoría máxima se pueden superar con facilidad los 400 km/h en su vórtice.
Son velocidades de viento que pueden arrancar techos de edificaciones, hacer volar escombros que se convierten en proyectiles e incluso derribar algún edificio entero que no esté muy bien construido.
Además, otro aspecto que favorece a la destrucción es la diferencia de presión atmosférica entre el centro del tornado y las zonas circundantes. Este hecho contribuye a la inestabilidad estructural y colapsos en edificaciones.
¿Se producen tornados en España?
Casos documentados en la Península y Baleares
España no es un país donde los tornados nos afecten directamente al día a día, pero, aun así, si que ha habido bastantes casos en la Península, aunque la mayoría de ellos han sido de baja intensidad. De hecho, según la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) en España se producen una media de entre 20 y 40 tornados al año.
En regiones de Cataluña, la Comunidad Valenciana y Murcia presentan algún caso documentado casi cada año en situaciones mediterráneas y de gotas frías, sobre todo en lo que a trombas marinas se refiere. Por otro lado, también hay casos documentados de tornados en la meseta central y la Comunidad de Madrid.
¿Cuándo son más frecuentes?
Los tornados van asociados directamente a las nubes convectivas y a las tormentas más potentes. Con lo cual, durante la segunda parte de la primavera, el verano y primeras semanas del otoño es cuando se producen con mayor probabilidad este tipo de fenómenos devastadores en España.
Regiones con mayor riesgo
La Comunidad Valenciana, Cataluña y Murcia son las áreas que suelen experimentar más este tipo de fenómenos, aunque también la costa andaluza es una región bastante proclive.
Por otra parte, las zonas llanas del interior peninsular también favorecen mucho a este tipo de fenómenos en situaciones de choque de masas de aire, pero allí, en muchas ocasiones, lo que falta es el «chute cálido» en superficie que sí hay en el mediterráneo para que se produzcan este tipo de fenómenos severos.
Los tornados más destructivos de la historia
El Tri-State Tornado (EE.UU., 1925)
Es el tornado más mortal de toda la historia de Estados Unidos. Aunque la documentación de aquella época es limitada, sabemos que fue en marzo y el tornado afectó los estados de Missouri, Illinois e Indiana, de aquí la denominación de «Tri-State tornado».
Recorrió unos 322 km a los que dejó a su paso devastación absoluta de viviendas, vegetación, casi 700 fallecidos y miles de personas heridas provocando una crisis humanitaria en las áreas afectadas.
Moore, Oklahoma (2013)
Es uno de los tornados más devastadores del país. Fue clasificado como la categoría máxima EF5 en la Escala Mejorada de Fujita, con vientos que superaron los 400 km/h.
Además, el principal problema de este tornado fue que afectó de lleno a zonas densamente pobladas dejando una estela de destrucción absoluta a su paso interrumpiendo las comunicaciones y suministros eléctricos. Hubo decenas de muertos y cientos de heridos.
Hubo un antes y un después del tornado de Moore en Estados Unidos. Les sirvió para impulsar mejoras en los sistemas de detección y alerta temprana de fenómenos meteorológicos extremos. Posteriormente, se revisaron también los métodos de construcción en Estados Unidos para que las infraestructuras sean más resistentes ante futuros fenómenos meteorológicos extremos.
Tornados recientes en Europa
Aunque no nos lo parezca, en el continente europeo se registran tornados de forma bastante regular, aunque en general son de baja intensidad. Unos 300 por año, pero nada que ver con la intensidad de los Estados Unidos.
Diversos estudios y bases de datos como la European Severe Weather Database (ESWD) indican que han habido tornados destacables en Europa, siempre más frecuentes durante los meses veraniegos.
Un tornado notable de los últimos años fue el que golpeó a Birmingham, en el Reino Unido, el 28 de julio de 2005. Decenas de casas fueron devastadas, pero no tuvimos que lamentar ninguna víctima.
Otro caso destacable fue un tornado EF3 que golpeó la pequeña ciudad de Micheln, en Alemania, el 23 de julio de 2004, que aquí sí, acabó con la vida de seis personas y hubo más de 250 heridos. Además, hubo una gran devastación en muchos edificios de la localidad.
¿Cómo se mide la intensidad de un tornado?
Escala Fujita y Fujita Mejorada (EF)
Dentro de los tornados, hay diferentes intensidades entre ellos y es por eso que hay que clasificarlos según el grado de su potencial como muchos otros fenómenos meteorológicos. La Escala Fujita fue la primera escala de clasificación de tornados, aunque luego se corrigió con algunos detalles, por la Fujita Mejorada.
La clasificación se divide en 5 categorías que van del EF0, los más débiles a los EF5, que son los más devastadores y que generan daños inconcebibles.
- EF0: De 105 a 137 km/h.
EF1: De 138 a 177 km/h.
EF2: De 178 a 218 km/h.
EF3: De 219 a 266 km/h.
EF4: De 267 a 322 km/h.
EF5: >322 km/h.
Tecnología y métodos de detección
Los tornados siguen siendo uno de los fenómenos severos más difíciles de predecir con total precisión. Aun así, se han mejorado mucho las herramientas que facilitan su detección, formación y trayectoria.
Uno de ellos es el radar meteorológico «Doppler» que emite ondas que rebotan contra las precipitaciones y permiten analizar el movimiento horizontal de las partículas en suspensión o precipitación, lo que permite ver si hay rotación y posible tornado, o no.
En Estados Unidos se estila mucho también los «stormchasers» aquellos observadores preparados para ir a corroborar si hay tornados o no «in situ». Lo que supone un gran riesgo.
Otras opciones también interesantes son la predicción de los modelos numéricos o las observaciones satelitales de nubes.
A través de la temperatura observada en las cimas de las nubes también se puede saber el grado de severidad de las tormentas. Tampoco hay que olvidar los datos más reales, que son los que nos ofrecen las estaciones meteorológicas de la zona concreta o cercana a donde se producen los tornados.