Por qué Saturno «perderá» sus anillos en 2025
Alejandro Riveiro
Cada entre 13 y 15 años, los anillos de Saturno desaparecen desde nuestro punto de vista, y los «perderá» de nuevo en 2025. El motivo está, simplemente, en el hecho de que la orientación de Saturno, respecto a la Tierra, hace que sus anillos sean casi invisibles.
Un fenómeno natural y que no tiene nada de alarmante
Si quieres ver los anillos de Saturno próximamente, no esperes mucho, porque durante gran parte de 2025, el gigante gaseoso perderá sus anillos desde nuestra perspectiva en la Tierra. Si utilizamos un telescopio pequeño, veremos que, ahora mismo, cada vez son más finos.
En realidad, si pudiésemos verlos desde otro lugar del Sistema Solar, observaríamos que los anillos de Saturno están en perfecto estado. Su aspecto no ha variado significativamente en los últimos años. Cada entre 13 y 15 años, se repite el mismo fenómeno.
El ángulo de inclinación de Saturno, respecto a la Tierra, provoca que veamos sus anillos completamente de perfil. Además, son extremadamente finos, por lo que, desde nuestro planeta, desaparecen durante unos meses. Eso comenzará en marzo de 2025.
Si tenemos un pequeño telescopio, todavía tenemos unos meses para observar ese espectacular sistema de anillos. Si tenemos prismáticos astronómicos, no podremos verlos en cualquier caso, porque su capacidad de resolución no es suficiente.
En realidad, en 2025 tendremos algunas dificultades para observar a Saturno. Entre febrero y mayo, el planeta estará muy cerca del Sol (en el firmamento) por lo que será muy difícil verlo. En mayo, podremos verlo de nuevo con más facilidad.
Sin embargo, tendremos unos meses por delante en los que Saturno parecerá no tener anillos. Algo que se mantendrá hasta noviembre de 2025, cuando los anillos volverán a estar casi de perfil. Poco a poco, su visibilidad irá mejorando gradualmente.
La fecha para la mejor visibilidad de los anillos de Saturno es lejana
Será en 2032 cuando, finalmente, los anillos de Saturno estén en la mejor orientación posible para observarlos desde nuestro planeta. Así que, a partir de la recta final del año que viene, tendremos mucho tiempo para observar esos anillos.
Un sistema que, por cierto, fue observado por primera vez por Galileo Galilei en 1610. Aunque su telescopio no era lo suficientemente potente para mostrar los anillos con claridad, por lo que el célebre astrónomo italiano creyó que se trataba de satélites.
En 1612, al observar de nuevo el planeta, se sorprendió al ver que esos satélites ya no estaban presentes. En realidad, lo que le sucedió fue que observó lo mismo que veremos nosotros en 2025. En realidad, es una buena oportunidad para estudiar el planeta.
Porque, sin sus anillos reflejando luz hacia nosotros, Saturno es menos brillante de lo habitual. Así que es posible encontrar objetos más tenues en su entorno. De esta manera, Giovanni Cassini pudo descubrir, en 1671 y 1672, los satélites Jápeto y Rea.
En 1684, descubrió otros dos, Dione y Tetis. William Herschel, en 1789, durante otro episodio de «desaparición» de los anillos, descubrió Mimas. Otros satélites fueron descubiertos, a lo largo del tiempo, aprovechando esos momentos de visibilidad sin los anillos del planeta.
¿Qué provoca que sus anillos desaparezcan? Todo se debe a que, como la Tierra, Saturno tiene un eje de rotación inclinado 26,7º respecto al plano imaginario en el que se mueve alrededor del Sol. Esa inclinación es lo que cambia la visión que tenemos de los anillos.
La composición de los anillos de Saturno
Los anillos de Saturno son espectaculares, muy brillantes, porque están compuestos principalmente por partículas de hielo. Su tamaño, sin embargo, es mucho más pequeño del que pudiéramos imaginar. Muchas de las partículas tienen apenas el tamaño de granos de arena.
Otros llegan a ser tan grandes como casas o autobuses. El sistema de anillos está compuesto por varias secciones bien definidas. Su forma está muy influenciada por las interacciones gravitacionales con los satélites del planeta, incluyendo las «lunas pastoras».
Estos satélites reciben su nombre porque, al orbitar cerca del borde de los anillos, mantienen un orden en la estructura de los anillos por la influencia gravitacional que ejercen. Hay motivos para creer que no estamos viendo un sistema de anillos longevo.
Una de las grandes preguntas sobre Saturno es si su sistema de anillos es tan antiguo como el planeta o, por el contrario, es mucho más joven. Algunos estudios apuntan a que se trata de un sistema reciente, de apenas unos cuantos millones de años.
Poco a poco, el material que lo compone se precipita hacia la atmósfera del planeta. Por lo que se calcula que podría sobrevivir entre 100 y 300 millones de años más. Así que, aunque desaparecerán temporalmente de nuestra visión, sí tienen fecha de caducidad…
En cualquier caso, si tienes la oportunidad de observar los anillos de Saturno próximamente, no dejes pasar la oportunidad. Es una de las vistas más espectaculares que podemos obtener de los objetos que componen el Sistema Solar.