¿Qué pasaría si el asteroide 2024 YR4 impactase contra la Luna?

El asteroide 2024 YR4 podría colisionar tanto con la Tierra como con la Luna en diciembre de 2032,m ¿cuáles serían sus consecuencias?

Sergio Delgado Martorell

Es una de las noticias que más interés ha despertado en la comunidad científica. El asteroide 2024 YR4 ha sido identificado como un objeto de atención prioritaria debido a su trayectoria, que, aunque con una probabilidad baja, contempla la posibilidad de colisión tanto con la Tierra como con la Luna en diciembre de 2032.

Descubierto en diciembre de 2024, este asteroide tiene un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros y viaja a una velocidad de 48.000 km/h. Aunque la probabilidad de impacto es reducida, su estudio permite evaluar las posibles repercusiones de un eventual choque con nuestro satélite natural.

Posibilidades de colisión con la Luna

De acuerdo con los cálculos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, la probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra el 22 de diciembre de 2032 se sitúa en un 2,3%. Sin embargo, también existe una posibilidad del 0,3% de que colisione con la Luna.

David Rankin, ingeniero del Catalina Sky Survey de la Universidad de Arizona, ha indicado que, si bien la probabilidad de impacto lunar es remota, no puede descartarse por completo. Este nivel de incertidumbre subraya la necesidad de continuar con su monitoreo.

¿Qué sucedería si el asteroide 2024 YR4 impacta la Luna?

En el caso de que 2024 YR4 colisione con la Luna, las estimaciones sugieren que generaría un cráter de aproximadamente 2 kilómetros de diámetro. La energía liberada en este impacto equivaldría a la explosión de más de 340 bombas de Hiroshima.

Desde la Tierra, el impacto podría ser visible como un destello de gran intensidad, incluso más brillante que la luna llena. No obstante, según Gareth Collins, profesor de ciencias planetarias en el Imperial College de Londres, cualquier fragmento desprendido hacia la Tierra se desintegraría en la atmósfera, sin representar un riesgo significativo.

Otro aspecto relevante es el impacto sobre la geología lunar. Debido a la ausencia de una atmósfera densa, los cráteres en la superficie de la Luna permanecen intactos durante millones de años. Esto significa que la huella del impacto del 2024 YR4 quedaría registrada de forma permanente en el paisaje lunar.

Además, la colisión generaría una gran cantidad de polvo y escombros que podrían permanecer suspendidos en la exósfera lunar durante semanas, lo que potencialmente afectaría la visibilidad y operatividad de futuras misiones espaciales.

La necesidad de un seguimiento detallado

Dada la incertidumbre sobre su trayectoria exacta, los astrónomos han priorizado su observación. Un equipo internacional de científicos ha obtenido acceso al Telescopio Espacial James Webb, que se utilizará para recopilar datos precisos sobre 2024 YR4 antes de que este objeto se vuelva inaccesible desde la Tierra hasta 2028.

Estos estudios permitirán determinar con mayor precisión su tamaño, composición y trayectoria, lo que ayudará a refinar las estimaciones de impacto y a diseñar eventuales estrategias de mitigación en caso de ser necesarias.

El análisis también considera el posible impacto en misiones futuras. La Luna es un objetivo clave para programas como Artemis de la NASA, que planea establecer una presencia humana sostenible en su superficie. Un impacto significativo podría alterar los planes de aterrizaje y exploración, e incluso modificar la composición del regolito lunar, afectando la estabilidad de futuras bases lunares.

Preparación ante amenazas espaciales

Aunque la probabilidad de impacto es reducida, este escenario pone en evidencia la importancia de la defensa planetaria. La comunidad científica trabaja activamente en el desarrollo de estrategias eficaces para detectar, monitorear y mitigar posibles colisiones con la Tierra y su satélite.

Si el impacto del 2024 YR4 en la Luna llegara a concretarse, supondría una oportunidad única para estudiar en tiempo real la dinámica de los impactos cósmicos. Las agencias espaciales podrían analizar la dispersión de escombros, la alteración del regolito y la generación de ondas sísmicas lunares.

El avance de la astronomía y la exploración espacial depende en gran medida de la cooperación internacional y del uso de tecnología de vanguardia. Herramientas como el Telescopio Espacial James Webb permiten una vigilancia constante del entorno cósmico, garantizando una mayor preparación ante posibles amenazas.

Un impacto en la Luna no representaría un riesgo para la Tierra, pero abriría nuevas líneas de investigación sobre la formación y evolución de cuerpos celestes, proporcionando información clave para futuras misiones espaciales y estrategias de defensa planetaria.