Problemas respiratorios por calefacción: qué puedes hacer

Un mal ambiente puede derivar en problemas respiratorios por calefacción.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

En los meses más fríos del año, la climatización del hogar y de los entornos de trabajo es una constante para conseguir un ambiente óptimo. También lo es para evitar las bajas temperaturas. Pero un calor excesivo o escaso, así como unos inadecuados niveles de humedad pueden derivar en importantes problemas respiratorios por calefacción, como puede ser la tos o la sequedad nasal y de otras vías respiratorias. 

De hecho, durante el otoño y el invierno, las personas pasan la mayor parte del tiempo en espacios cerrados. Por esta razón, conseguir un condiciones adecuadas es fundamental para minimizar los riesgos y la aparición de posibles problemas de salud. Es más, tanto los ambientes húmedos como el uso de una calefacción a temperatura excesiva pueden contribuir a la mala calidad en interiores. 

Efectos negativos de la calefacción

El uso de los sistemas de climatización y la calefacción en los meses más fríos es fundamental para mantener una calidad de vida óptima. Por tanto, la calefacción no es mala en sí misma.

Sin embargo, cuando hay un uso inoportuno o un mantenimiento incorrecto, una temperatura inadecuada puede ser la causa principal de importantes problemas respiratorios por calefacción. Además de esto, hay otras consecuencias que pueden dañar el organismo, como la deshidratación o la aparición de infecciones.

Lo más conveniente es mantener la temperatura del hogar o la oficina entre los 19ºC a 22ºC

Entre los principales problemas respiratorios por la calefacción destacan el empeoramiento de las alergias y otras dificultades respiratorias, entre muchos otros. Estos problemas dependen, en gran medida, de varios factores:

– La temperatura que se mantenga en el hogar

– La humedad del ambiente

– El mantenimiento correcto del sistema de calefacción. 

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Igualmente, la temperatura excesiva y la sequedad del ambiente crean condiciones propicias para la aparición de otras enfermedades. Las más comunes son los resfriados, los catarros u otras infecciones respiratorias.

Del mismo modo, un excesivo calor puede disminuir la capacidad y el funcionamiento del sistema inmune. Esto sucede porque la humedad óptima de las vías respiratorias, que es una de las primeras líneas de defensa del cuerpo ante muchas patologías, se ve afectada.

Sequedad nasal y tos por calefacción

Otro de las situaciones que pueden derivarse de una mala climatización son los problemas respiratorios por la calefacción que provocan sequedad en las vías respiratorias. De hecho, muchas personas sienten que se les seca la garganta por la excesiva calefacción. Esta sensación suele manifestarse en forma de tos seca por el calor y el ambiente seco.

Del mismo modo, es importante conocer que es igual de perjudicial tener un ambiente con temperaturas frías y una humedad excesiva. Todas estas condiciones ambientales pueden producir importantes problemas respiratorios por la calefacción inadecuada como la aparición de moho, la proliferación de alérgenos y bacterias como la aparición de partículas de polvo y la falta de renovación del aire. 

No obstante, este tipo de problemas de salud dependen en gran medida del tipo de calefacción del que se disponga. Es decir, los riesgos son distintos con radiadores, con aire acondicionado con bomba de calor o con una chimenea, por citar solo algunos de ellos. 

Por todo ello, los expertos aseguran que lo más conveniente es mantener la temperatura del hogar o la oficina entre los 19ºC a 22ºC con unos niveles de humedad de entre el 50 y el 70%. 

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¿Qué hacer ante problemas respiratorios por calefacción? 

En estos casos, la mejor alternativa es recurrir a un humidificador. Estos aparatos evitan una sequedad excesiva del ambiente e incrementan la humedad a unos niveles óptimos.

Gracias a ello, los humificadores, que emiten vapor de agua, evitarán la sequedad de la garganta y las vías respiratorias (especialmente durante la noche o ante grandes periodos de tiempo en casa).

Otra opción menos eficaz es recurrir a cuencos o recipientes con agua colocados estratégicamente cerca de las fuentes de calor, ya sea en el propio radiador o en el suelo cerca del mismo. El incremento de la temperatura en este punto irá evaporando poco a poco el agua contribuyendo de este modo al incremento de la humedad de la estancia. 

Gracias a estas medidas, se pueden reducir en gran medida los problemas respiratorios por calefacción que padecen miles de personas en los meses más fríos del año.