Punto SIGRE: más de 20 años reciclando nuestras medicinas

Probablemente todos lo hemos utilizado en alguna ocasión o, al menos, lo tenemos localizado. Es ese pequeño cubo blanco con el distintivo verde y la cruz que vemos cuando entramos a nuestra farmacia de confianza. Es el Punto SIGRE, el contenedor donde debemos depositar los envases vacíos de los medicamentos o bien aquellas que se nos han caducado o ya no necesitamos y acumulamos innecesariamente en el botiquín.

Las medicinas no podemos tirarlas al cubo de la basura convencional. Como el plástico, el vidrio o el papel, los medicamentos deben tirare al contenedor indicado, y este es el Punto SIGRE, el único punto de reciclaje que existe en España, localizado en más de 22.000 farmacias.  

Pastillas, cápsulas, cremas, jarabes, ampollas, sueros… Todo este tipo de fármacos, junto a su envase, prospecto y vía de dispensación ha de depositarse en este punto. Y nunca ser tirado a la basura o, mucho menos, por el desagüe.

¿Por qué? Porque los medicamentos no sólo curan, también contaminan. Reciclándolos evitamos que sus restos terminen en el medio ambiente (especialmente en ríos y mares, dañando a flora y fauna). Y, además, ayudamos a reutilizar los materiales de los envases (cartón, plástico, vidrio…), reduciendo así, por ejemplo, la tala de árboles y favoreciendo la economía circular.

El trabajo que lleva haciendo esta entidad sin ánimo de lucro tiene mérito. Trabajar de forma colaborativa con 340 laboratorios,140 almacenes y más de 22.000 farmacias es para Mario Zarzuela, su Director de Comunicación y Sostenibilidad, el principal «logro» que desde SIGRE han alcanzado es los 21 años de andadura.

Una alianza sectorial, que aúna a la industria farmacéutica, a empresas de distribución y a las farmacias, garantizando el correcto tratamiento medioambiental de los medicamentos de uso doméstico que ya no usamos.

¿Qué se hace con los medicamentos depositados en el Punto Sigre?

El modelo que sigue SIGRE es sencillo: se basa fundamentalmente en los principios de la economía circular. El distribuidor farmacéutico en una de sus visitas a la farmacia, cuando las bolsas de los contenedores se llenan, se encarga de recogerlas y las almacena en contenedores estancos ubicados en sus instalaciones.

De esta manera, se garantiza también que la gestión de los residuos procedentes de estos medicamentos esté controlada, evitando problemas en la salud pública.

En los almacenes aparece la figura del gestor de residuos, que se los lleva a la planta de Tudela de Duero, Valladolid. Se trata de la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos de SIGRE, una instalación pionera a nivel mundial para el tratamiento ambiental de estos residuos.

Aquí, los restos se separan según su tipología. Los envases vacíos se reciclan para ser utilizados, los que están impregnados de medicamento no peligroso se aprovechan para generar nueva energía para procesos industriales y los residuos peligrosos se destruyen.

Con este sistema de logística circular e inversa, SIGRE consigue ahorrar más de 1.400 toneladas de CO2 al año, el principal gas contaminante emitido a la atmósfera causante del cambio climático, y evita la tala y deforestación de 50.000 árboles.

«Para que haya personas sanas es necesario contar con un planeta saludable. La mejor forma de hacerlo, la más cómoda, es a través de reciclaje. En el caso de los medicamentos, es muy sencillo, solo hay que acudir al Punto SIGRE de tu farmacia», recuerda Zarzuela.

*Autora del vídeo: Jessica Rodríguez