¿Qué es una tormenta de arena y cómo se forman?
Las tormentas de arena son cada vez más frecuentes. Pueden dañar gravemente nuestra salud y el medio ambiente.
Juan Salado
Aunque la tormenta de arena es un fenómeno que aún no ha llegado a nuestro país, cada vez es más habitual en otros lugares del mundo. Te contamos cómo se producen, por qué son peligrosas y cómo podemos protegernos frente a ellas.
¿Qué es una tormenta de arena?
Una tormenta de arena es un fenómeno meteorológico en el que fuertes vientos levantan y arrastran extensas cantidades de arena a través del aire.
Al hacerlo, forman grandes nubes que pueden alcanzar más de 1 kilómetro de altura y durar varias horas.

Causas de las tormentas de arena
Como decíamos, las tormentas de arena surgen de la combinación de vientos fuertes y suelos arenosos. Pero existen otros factores que también influyen en su formación y que pueden ser tanto naturales como humanos.
Vientos fuertes
En primer lugar, la causa principal de que se formen las tormentas de arena es la presencia de fuertes vientos. Deben serlo lo suficiente como para levantar grandes cantidades de partículas de arena y transportarlas durante largas distancias.
Desertificación
Junto al viento, el otro componente necesario para que surjan las tormentas de arena es precisamente la arena. Y si hay un lugar en el que podemos encontrar este material en grandes cantidades, ese es el desierto.
Es por eso que la desertificación o transformación de tierras fértiles en desiertos fomenta la aparición de este tipo de fenómenos.

Cambio climático
El cambio climático también ha contribuido a que las tormentas de arena sean cada vez más habituales. Al aumentar las temperaturas y disminuir las precipitaciones, favorece la aparición de sequías y, por tanto, de suelos más secos. También puede influir en la presencia de vientos más fuertes.
Efectos de las tormentas de arena
Como muchos otros fenómenos meteorológicos, las tormentas de arena son impresionantes de ver. Pero también es cierto que son capaces de provocar graves daños en la salud, el medio ambiente o las infraestructuras.
Impacto en la salud
Por un lado, las tormentas de arena afectan directamente a la salud de las personas. En este sentido, pueden agravar problemas respiratorios como el asma o la bronquitis, o incluso producir lesiones en los pulmones. En ocasiones también transportan microorganismos que producen infecciones o cortan la piel.
Por otro lado, dificultan enormemente la visibilidad, por lo que pueden causar accidentes de tráfico.

Daños al medio ambiente
Las tormentas de arena erosionan el suelo, eliminando así su capa más superficial. Esto hace que ese suelo pierda fertilidad y no pueda utilizarse para sembrar.
Además, los sedimentos transportados por el viento pueden ser depositados en otros ecosistemas que se verían también afectados.
Efectos en la infraestructura
Las tormentas de arena no sólo afectan a nuestra salud y al medio ambiente. También dañan superficies de gran importancia en nuestro día a día como son los edificios, las máquinas o los sistemas eléctricos.
Podrían incluso interrumpir las comunicaciones al afectar al tendido eléctrico u obstruir carreteras y vías de tren.

Regiones del mundo afectadas por tormentas de arena
Las tormentas de arena necesitan de lugares con escasa vegetación y suelos formados por grandes masas de arena. Esto implica que sólo podremos verlas en dos tipos de zonas: los desiertos y las zonas semiáridas.
Desiertos
Los desiertos son los escenarios más comunes en los que puede surgir una tormenta de arena. Apenas tienen vegetación y su suelo está compuesto de extensiones de arena lo suficientemente grandes como para que el viento pueda transportarlas.
La mayoría de ellas tienen lugar en el Norte de África y Asia Central, principalmente en los Desiertos del Sáhara y del Gobi.

Zonas semiáridas
Aunque tienen algo más de vegetación y son menos secas que los desiertos, las tormentas de arena también pueden darse en zonas semiáridas.
Es el caso de algunas partes del sur de Estados Unidos y del norte de México.
Medidas de protección y prevención
A pesar de que en nuestro país no hay tormentas de arena (no las confundas con la calima), no está de más conocer algunas medidas útiles para protegerte frente a ellas.
Medidas personales
Las tormentas de arena pueden producir daños respiratorios. Por eso, es importante cubrirte nariz y boca con una mascarilla o algún instrumento similar.
También es conveniente utilizar gafas que protejan tus ojos frente a posibles irritaciones o lesiones.

Por otro lado, siempre que sea posible intenta resguardarte en un lugar cerrado. Ya sea un vehículo o un edificio, una vez estés dentro sella las puertas y ventanas con trapos húmedos. De esta forma, evitarás que las partículas de polvo y arena pasen al interior.
Medidas comunitarias
Además de como individuos, como sociedad o comunidad también podemos poner nuestro granito de arena para evitar este tipo de fenómenos.
Por ejemplo, plantar árboles y otro tipo de vegetación en zonas propensas reduciría el riesgo de que aparezcan. También lo haría disminuir la cantidad de tierra dedicada a la agricultura o utilizarla de una forma más sostenible.
Tecnología y monitoreo
Las tormentas de arena son cada vez más predecibles. Gracias a los últimos avances, podemos monitorearlas y emitir alertas tempranas que nos permitan prepararnos a tiempo. Una forma de hacerlo es mediante los sensores de partículas que miden la calidad del aire.
Conclusión
La tormenta de arena es un fenómeno que necesita de fuertes vientos y suelos con grandes extensiones de arena. Aunque sólo se den en desiertos y zonas semiáridas, cada vez son más habituales debido a factores como el cambio climático.
Esperamos que este artículo te haya sido útil para saber qué es una tormenta de arena, cómo se forman y cómo puedes protegerte frente a ellas.