Qué ver en Burdeos, una ciudad ideal en el sur de Francia
Vive una de las mejores escapadas urbanas del sur de Europa. Viaja a Burdeos.
David Escribano
Fundada en el siglo III a. de C. por los romanos con el nombre de Burdigala, la ciudad de Burdeos es, hoy en día, conocida con el sobrenombre de la “perla de Aquitania”. Y es que son muchas las cosas que ver en Burdeos.
Otros se empeñan en llamarla la “Bella Durmiente”, apodo que hace referencia al tiempo – no muy lejano – en el que sus espectaculares monumentos y su importante historia estaban relegados a un segundo plano, ocultos por la polución y el caos de la ciudad.
Sea como fuere, en la actualidad Burdeos supone una de las mejores escapadas urbanas del sur de Europa. En ella, el vino es sólo un incentivo más de un lugar que acaba enamorando a todos sus visitantes.
¿Dónde se localiza Burdeos?
Burdeos se halla enclavada en el sur de Francia, a orillas del río Garona. Es la capital de la región de Nueva Aquitania y de la prefectura del departamento de Gironda.
No se halla lejos de la frontera española, pero sigue siendo el avión el medio de transporte más utilizado para viajar hasta allí.
Podremos volar directamente a Burdeos desde varias ciudades españolas. Por ejemplo desde Barcelona, Madrid, Santiago de Compostela, Valencia, Málaga o Alicante. También desde Ibiza, Menorca, Sevilla, Palma de Mallorca, Lanzarote y Santa Cruz de Tenerife.
Sin embargo, la distancia en coche es asumible desde San Sebastián (2 horas y 40 minutos) y Barcelona (unas 6 horas).
¿Cuántos días son necesarios para ver Burdeos?
Burdeos es una ciudad muy completa, tanto desde el punto de vista cultural, como desde el histórico, patrimonial y gastronómico. Por ello, el número mínimo de días para visitarla adecuadamente es tres.
Si además queremos conocer sus interesantes alrededores – viñedos, pueblos con encantos y bellos parajes naturales -, cuatro o cinco días sería lo ideal.
¿Qué no hay que perderse en Burdeos?
Un recorrido básico para conocer Burdeos nos llevará a los siguientes lugares de interés:
La Plaza de la Bolsa y el Espejo de Agua
Burdeos se liberó de las murallas de su casco antiguo cuando se construyó esta majestuosa plaza en la orilla izquierda del Garona. En la década de 1720.
El arquitecto favorito de Luis XV, Jacques Gabriel, la diseñó, y la plaza no tardó en convertirse en un símbolo de la ciudad.
Estando en ella, seguro que querrás cruzar la calle hasta el Espejo de Agua, creado por el paisajista Michel Corajoud.
Se trata de una especie de piscina de 3.450 metros cuadrados. Esta se llena, cada cierto tiempo, con una fina película de agua (o se crea una niebla). De esta manera, refleja el perfil de la Plaza de la Bolsa. Sin duda alguna, una de las fotos más buscadas de Burdeos.
Los muelles de Burdeos
La orilla izquierda del Garona es uno de los paseos fluviales más espléndidos del mundo. También forma parte de ese conjunto, Patrimonio de la Humanidad, del siglo XVIII. Ahí, las majestuosas fachadas de los grandes edificios neoclásicos enmarcan un paseo, junto al río, de 80 metros de ancho.
Hay bancos, flores, jardines e incluso tiendas y bares. Por el muelle veremos a gente caminando, corriendo, paseando en bicicleta o en monopatín. Algunos, simplemente, pasean admirando cómo el abundante y lechoso caudal del río Garona se desliza bajo los arcos del imponente Pont de Pierre.
La Ciudad del Vino
La Ciudad del Vino (o Cité du Vin) es un centro cultural ultramoderno. En él que se celebra todo lo relacionado con el mundo del vino. Para un visitante ocasional, es un museo de alta tecnología en el que poder aprender sobre la historia del vino y dónde y cómo se elabora en todo el mundo.
Hay tanta información que un enófilo podría pasar aquí un día entero sin aburrirse. La arquitectura del edificio, con su torre de 55 metros, es deslumbrante. El recorrido culmina con una visita al bar Belvedere, donde se puede tomar una copa de vino con impresionantes vistas de Burdeos y el Garona.
Centro histórico de Burdeos
El casco histórico de Burdeos emana una gran belleza señorial. La mejor manera de conocerlo es reservando alguno de los tours guiados que ofrecen entusiastas residentes y estudiantes.
Así, nos podrán mostrar monumentos como el impresionante Grand Théâtre (de 1780 y obra maestra del famoso arquitecto francés, Victor Louis). También la catedral de Burdeos (famosa por acoger, en el siglo XII, la boda de Eleonor de Aquitania y el futuro Luis VII). Sin olvidar las impresionantes puertas medievales de La Grosse Cloche y Cailhau.
Además, también puedes perderte haciendo compras en Sainte Catherine, la calle comercial peatonal más larga de Europa.
¿Qué visitar en Burdeos en 3 días?
Si disponemos de 3 días para disfrutar de las mejores cosas que ver en Burdeos, podemos dedicar uno a ver los muelles, la Ciudad del Vino y el casco histórico.
La segunda jornada se puede utilizar para visitar el impactante espacio alternativo Darwin. Se trata de un antiguo cuartel militar del barrio de La Bastide (en la orilla derecha del Garona). Este ha sido reconvertido en un punto multicultural. Cuenta con tiendas de artesanía, arte urbano, zona de skaters, conciertos, bares alternativos y otros muchos atractivos.
También podemos pasear por el encantador barrio de Chartrons, donde se halla el interesante Museo del Vino y el Comercio de Burdeos.
Por último, el tercer día lo podemos emplear para visitar la espectacular Duna de Pilat (la más grande de Europa) y el pueblo de Arcachon. Un municipio famoso por sus ostras.
También es una buena idea acercarse a conocer las bodegas que se hallan en los alrededores del pueblo medieval de Saint-Émilion.
¿Qué hacer en Burdeos en dos días?
Si tan sólo disponemos de 2 días en la ciudad, quizás deberíamos ceñirnos a las mejores cosas que ver en Burdeos. Dejando los alrededores de la ciudad para otra ocasión.
¿Qué visitar en Burdeos en un día?
Aunque tratar de ver Burdeos en un día es algo realmente utópico, si nos queremos marchar de la capital de Nueva Aquitania con una idea de la belleza que encierra, lo mejor será que recorramos su casco histórico y caminemos por el muelle del margen izquierdo del Garona. La “Bella Durmiente” guardará sus atractivos para nuestra siguiente visita.