Qué ver en Fez, la capital espiritual de Marruecos

La capital espiritual y cultural de Marruecos es una ciudad fascinante. ¿La descubrimos?

David Escribano

David Escribano

A pesar de la fama que tiene Marrakech, al descubrir los muchos atractivos que ver en Fez entenderemos por qué esta es la ciudad favorita de aquellos que quieren descubrir el Marruecos más auténtico.

Fez es el centro cultural y religioso más importante de Marruecos. Su medina es sólo el epicentro de una ciudad que alberga más de 1,4 millones de almas y que muestra un buen número de caras diferentes.

En esta fascinante urbe se nos pondrán los pelos de punta al escuchar la llamada a la oración de los muecines; colmaremos los sentidos en los mercados y restaurantes; conoceremos una cultura completamente distinta; y, en definitiva, viviremos una experiencia inolvidable.

Estas son algunas de las mejores cosas que ver en Fez.

La medina de Fez

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Fotografía © David Escribano

Fes El Bali, o la medina de Fez, fue fundada en el siglo IX, teniendo el honor de ser la más grande del mundo.

Caminar por sus laberínticas calles estrechas es entrar, literalmente, en otro mundo. Un mundo repleto de olores, colores, sonidos y sensaciones realmente intensas.

Nada menos que nueve mil calles conforman este enjambre de vida. En ellas habitan unas 50.000 personas, que se mueven cada día entre tiendas de todo tipo – especias, esencias, zapatillas, babuchas, ropa de todo tipo, artículos de cuero, frutas, verduras, carnes, etc. -, madrasas – como la de Bou Inania -, mezquitas, alojamientos turísticos, bares, restaurantes y mucho más.

Lo mejor que podemos hacer para disfrutar de esta maravilla que ver en Fez es perdernos por sus calles sin rumbo (pero con un buen GPS) y abiertos a charlar con la gente.

La madrasa de Al-Attarine

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Fotografía © David Escribano

Esta madraza del siglo XIV, situada junto al mercado de especias y perfumes en el Souk al-Attarine, es una obra maestra de la dinastía merínida, encargada por el sultán Abu Sa’id Uthman II.

En la misma línea que otras escuelas religiosas merínidas en Fez, Al-Attarine Madrasa tiene una decoración sofisticada en su patio rectangular.

Sin embargo, lo más impresionante es la decoración creada con azulejos, utilizando una técnica llamada «taqshir» en la que el esmalte de los mismos se ha raspado cuidadosamente para crear un patrón brillante. Ya no se encuentra en uso, pero es una de las madrasas – escuelas árabe – más bellas e interesantes que ver en Fez.

Las curtidurías de Fez

Curtidurías Fez
Fotografía © David Escribano

Sin duda, este es el lugar más curioso, colorido… Y oloroso de los que ver en Fez. Nada más entrar en el barrio de los curtidores notamos una esencia fuerte. Allí existe un recinto en el que se encuentran cientos de pozos de tierra llenos de tintes de varios colores, que se utilizan para teñir las pieles de los animales.

Para paliar el efecto del intenso olor, los comerciantes de la zona nos darán ramitas de menta antes de invitarnos a subir a los balcones para poder admirar el espectáculo desde las alturas. Por supuesto, después deberemos echar un vistazo a su mercancía.

Los amantes de las prendas de cuero tendrán aquí un auténtico paraíso en el que elegir.

Atardecer en las ruinas de las tumbas Merínidas

Atardecer en Fez
Fotografía © David Escribano

Salimos de las murallas de la medina de Fez para tomar un par de rampas y llegar, justo al atardecer, a una colina que domina toda la ciudad vieja.

Allí se hallan las ruinas de las Tumbas Merínidas – también llamadas benimerinas o meriníes – que datan del siglo XIV y desde las que se puede contemplar una estampa inolvidable cuando cae el sol en el horizonte.

La experiencia llega a rozar el éxtasis si coincide con la llamada a la oración. El canto de los muecines se extiende entonces por toda la medina creando una atmósfera indescriptible.

El Barrio Judío (Mellah) de Fez

Barrio Judío Fez
Fotografía © David Escribano

Durante muchos años, en Fez vivió una gran – y próspera – comunidad judía, llegando a alcanzar las 250.000 personas.

Este barrio se creó en el siglo XIV y es una auténtica joya que ver en Fez. Aunque también posee puestos de artesanías, comida y ropa; restaurantes y cafeterías, el lugar es mucho más calmado y menos concurrido que la medina.

Con el paso del tiempo, los judíos se marcharon de este barrio y los pocos que quedaron en Fez residen en la zona de la Ciudad Nueva (Ville Nouvelle).

Merece la pena pasear por sus calles con los ojos bien abiertos para admirar la arquitectura de las casas e incluso buscar la sinagoga Ibn Danan, ubicada en el corazón de la Mellah.

Los jardines de Jnan Sbil

Jardines en Fez
Fotografía © David Escribano

Entre Fes el-Jdid (el barrio judío) y Fes el-Bali (la medina) se halla el parque más antiguo que ver en Fez. No en vano, fue ajardinado en el siglo XVIII por orden del sultán Moulay Abdallah.

Un inesperado pulmón verde donde puedes huir de las multitudes de la medina por unos minutos y refrescarte los días de intenso calor.

Cuidado con esmero, el parque tiene un gran estanque y jardines acuáticos donde las fuentes geométricas están adornadas con vistosos azulejos y rodeadas por hermosos setos.

A la hora de buscar sombra, palmeras, naranjos, pinos y cipreses están siempre bien dispuestos a cobijarnos.

Bab Bou Jeloud (la Puerta Azul)

Puerta Azul Fez
Fotografía © David Escribano

El elegante minarete de la madrasa Bou Inania se puede divisar a través del arco de herradura de la gran puerta occidental de la medina de Fez.

Aunque, en comparación con el resto de la medina, la Puerta Azul es realmente moderna (fue construida en 1913, en la época del protectorado francés), presenta una belleza neoclásica que no podemos perdernos. Al pasar por ella entramos a ese otro mundo medieval del Fez amurallado.