Segundo estudio de atribución: esta DANA ha sido más intensa por el cambio climático
Dos estudios de atribución relacionan el Cambio Climático humano con la intensificación de la DANA que en algunas zonas ha generado mucha agua
Mario Picazo
La DANA de esta recta final de octubre y arranque de noviembre ha sido excepcional en muchos sentidos. Todo ha sumado: la dinámica atmosférica que la ha caracterizado, la temperatura del agua del mar que la ha alimentado y la orografía con la que ha contado para amplificar su impacto.
Ya se la conoce como la DANA del siglo, principalmente por el daño que ha causado en pocas horas en muchos rincones de España. Como con la mayoría de los fenómenos meteorológicos extremos que afectan a nuestro planeta, ya se han realizado dos estudios de atribución relacionando la contribución del cambio climático de origen humano con su impacto meteorológico.
Hace unos días se publicaba un primer estudio de atribución elaborado por World Weather Attribution (WWA). En él, se confirmaba la aportación del cambio climático de origen humano a la intensidad de la DANA.
En concreto este estudio anunciaba que la DANA del 31 de octubre que afectó a diferentes zonas de España como Valencia, dejo más agua. Hizo que las precipitaciones fueran un 12% más intensas y el doble de probables que las precipitaciones registradas durante otras DANAs promedio.
DANAs más potentes en un mundo más cálido
Ahora, un segundo estudio elaborado por ClimaMeter en un proyecto financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) coincide con el primer estudio. La DANA, que ha anegado zonas de la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla La Mancha, Baleares y Cataluña, ha sido excepcional meteorológicamente hablando.
Entre los hallazgos de este reciente análisis se ha descubierto que hoy las depresiones similares a la DANA son hasta un 15% más húmedas en el litoral Mediterráneo español que en el pasado. Un Mediterráneo más cálido ayuda a que las tormentas se formen con mayor facilidad cuando aparece una DANA con ese aire más frío sobre nuestras cabezas.
Es llamativo el dato de lluvia registrado durante este episodio de Gota Fría (lo mismo que DANA) en la localidad Valenciana de Turís. Allí el pluviómetro del pueblo ha recogido la friolera de 179.4 litros en tan solo 1 hora. Un dato que supera en 20 litros el anterior récord de Vinaroz, registrado en 2018.
En estos estudios no sólo se incluyen todas las anomalías que está experimentando el sistema climático de la Tierra, también se incluye la variabilidad climática natural. Así, por ejemplo, se contemplan fenómenos como El Niño, La Niña, las erupciones volcánicas o ciclos en la actividad solar.
¿Qué ha hecho que está DANA fuera excepcional?
La transformación que está experimentando el Ártico puede ser uno de los puntos de partida para explicar y entender parte de la intensificación de las DANAs que vivimos hoy en día. Con el deshielo en esa región del planeta, también ha cambiado la dinámica atmosférica en el hemisferio norte.
La corriente en chorro ondula más que antes y es más frecuente que embolsamientos de aire muy fríos que se mueven en capas medias de la atmósfera, se descuelguen de esa corriente y lleguen al sur de Europa. Ese aire frío ayuda a aumentar y mucho la inestabilidad atmosférica en la región que se encuentre bajo la DANA.
Cuando a ese escenario sumamos otro marcado por temperaturas de agua cálidas y aire también cálido en superficie, la situación se torna más inestable si cabe. Las temperaturas del agua tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico están bien por encima de la media.
Ese escenario de calentamiento oceánico supone un aporte importante de vapor de agua para el tren de tormentas que ha ido entrando de mar a costa impulsado por un persistente viento de levante.
Además, dado que el aire en superficie también está más cálido de lo normal, tiene la capacidad de sostener más vapor de agua para hacer que las nubes se hagan más grandes y acaben descargando más agua. Todo lo que suponga aportar energía al sistema climático de la Tierra, implica hacer más extremo el tiempo que experimentamos.
También hemos visto que está DANA en particular, ha sido una más bien estática y que ha permanecido en la misma región prácticamente los 7 días que ha durado. Eso ha favorecido la acumulación de lluvia en las mismas zonas durante días provocando las gravísimas inundaciones que han vivido en un buen número de comunidades.
Las DANAs del futuro serán más duraderas e intensas
El Cambio Climático de origen humano está amplificando un buen número de fenómenos meteorológicos. Desde sequías a huracanes o fuertes precipitaciones como las de Valencia este octubre de 2024. Una meteorología cada vez más extrema en un país como España no habituado históricamente a vivirla con tanta frecuencia e intensidad.
DANAs siempre hemos tendido, y más por estas fechas de octubre y noviembre en el Mediterráneo español, aunque se pueden registrar durante otras estaciones del año. Las ha habido incluso más fuertes y con acumulaciones más grandes pero su duración ha ido menor y la intensidad de la precipitación en poco tiempo inferior.
El impacto de una DANA puede verse afectado por un buen número de variables. La temperatura del mar, la intensidad de la DANA en altura, la orografía o incluso la sobre urbanización o la hora de su presencia durante el día.
En un estudio reciente realizado por expertos de varios centros de investigación de Europa ya se ha calculado que las DANAs se volverán más frecuentes e intensas en regiones terrestres del hemisferio norte. Parece que lo serán más durante los meses de otoño que en otras estaciones. Además esos cambios implicarán que descarguen un volumen de agua mucho mayor con el consiguiente impacto.