Si ves este «bicho» en la playa no te asustes: son salpas y cada vez hay más
Las salpas, inofensivas pero vitales para el ecosistema, invaden las costas cántabras y españolas, confundidas frecuentemente con medusas.
Redacción
Este verano, varias playas de Cantabria, como El Sardinero, Mataleñas, San Juan de la Canal y La Maruca, han sido invadidas por salpas, organismos marinos transparentes y gelatinosos. La aparición de estos invertebrados ha sorprendido a los bañistas, generando cierta inquietud.
Sin embargo, los expertos aseguran que las salpas no suponen ningún riesgo para la salud humana.
Los primeros avistamientos de salpas en Cantabria se produjeron hace aproximadamente una semana, coincidiendo con un aumento de las temperaturas del agua, lo que ha favorecido su proliferación. Esta situación es distinta y mucho menos alarmante que la presencia de carabelas portuguesas, también avistadas en algunas playas de la región como Laredo, Santoña, Noja y San Vicente.
¿Qué son las salpas?
Las salpas son invertebrados del grupo de los tunicados, caracterizados por su cuerpo transparente y gelatinoso. Aunque su apariencia puede recordar a las medusas, las salpas pertenecen a una categoría diferente de organismos marinos y no presentan ningún riesgo para los humanos.
Según Alfonso Ramos, catedrático del departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada en la Universidad de Alicante, «las salpas son cordados, como nosotros, y tienen un ciclo vital muy corto y de rápido crecimiento».
Aparición de las salpas en las costas españolas
Las salpas son especialmente visibles durante el final de la primavera y principios del verano en las playas del Mediterráneo y Atlántico. Su presencia en la costa se debe a las corrientes marinas, los vientos y los cambios de temperatura del agua.
En los últimos años, se ha notado un incremento en su aparición debido al aumento del fitoplancton, su principal fuente de alimento.
Identificación y características de las salpas
Las salpas pueden encontrarse tanto en colonias de cientos de ejemplares como de forma individual o encadenadas. Estas cadenas pueden llegar a medir hasta 15 metros de longitud y se desplazan arrastradas por las corrientes marinas. Cada salpa tiene un cuerpo compuesto en un 95% de agua, lo que las hace extremadamente frágiles y efímeras fuera del agua.
A diferencia de las medusas, las salpas no pican ni provocan lesiones. Su función en el ecosistema es vital, ya que ayudan a limpiar el aire y capturar dióxido de carbono (CO2) del agua, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
Valor medioambiental
Las salpas desempeñan un papel fundamental en la biodiversidad oceánica. Al alimentarse de fitoplancton, facilitan la deposición de CO2 en el fondo marino, lo que contribuye significativamente a la reducción de este gas en la atmósfera.
Además, al morir, sus cuerpos descienden a grandes profundidades, donde sirven de alimento a diversas especies marinas, incluyendo cetáceos y tortugas.
Recomendaciones para los bañistas ante presencia de salpas
No tocar ni sacar las salpas del agua: Aunque no son peligrosas, las salpas pueden morir si son sacadas de su entorno natural.
Evitar el contacto directo: A pesar de ser inofensivas, es recomendable no manipularlas para no dañar su frágil estructura.
Informar a los socorristas: Si se observan grandes bancos de salpas, es útil informar a los socorristas para que puedan tomar medidas adecuadas y orientar a otros bañistas.
Conciencia medioambiental: Comprender el valor ecológico de las salpas y su papel en el ecosistema ayuda a fomentar su protección y conservación.