Consejos clave para cuidar de tu piel en invierno

Claves y consejos para cuidar y proteger la piel en invierno para evitar lesiones cutáneas por los rayos del sol.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

A pesar de ser la estación con menos hora de luz solar del año, durante el invierno también resulta necesario extremar el cuidado de la piel. Un dato interesante que reafirma lo anterior es que las quemaduras solares durante la estación más fría del año son de las lesiones cutáneas más habituales.

Durante los meses que lo componen, muchas personas no habitúan a proteger la piel de la misma manera con la que lo hacen en verano.

Sin embargo, en invierno también estamos expuestos al sol. Es un sol diferente al estival ya que en invierno hay un menor número de horas de luz. Además, incide con menos energía pero, aún así tiene importantes riesgos, especialmente en las actividades al aire libre.

«Normalmente en invierno también pasamos tiempo haciendo deportes en alta montaña, como el esquí. En las zonas montañosas, el sol incide con mucha más energía porque la nieve lo refleja». Así lo indica a ElTiempo.es la doctora Ana Molina, reputada dermatóloga y divulgadora de contenido especializado en cuidado de la piel.

Precisamente de la mano de ella, resulta interesante ofrecer consejos e información sobre el cuidado de la piel durante todo el año, pero especialmente en invierno.

Consejos para cuidar la piel en invierno

Las cremas, fundamentales para hidratar y proteger la piel

El primer aspecto que debemos tener en cuenta para evitar las lesiones cutáneas en invierno es la protección. La piel es la parte del cuerpo más expuesta y debe protegerse e hidratarse durante todo el año. Eso sí, esa protección debe intensificarse durante los días más soleados y en los que se comienza a pasar más tiempo al sol.  

«La crema hidratante es al invierno lo que el fotoprotector solar es al verano. Por ello, lo más importante en invierno es hidratar la piel porque lo que sucede en invierno es que estamos expuestos a condiciones climáticas más duras. El ambiente, normalmente, es más seco, con vientos y cambios de temperatura bruscos. Esto produce un daño a nuestra piel que se manifiesta principalmente en forma de sequedad, que produce picor y escozor», incide Molina.

De este modo, se debe minimizar el riesgo de daños derivados de la sobreexposición solar. «En invierno, si queremos que nuestra piel esté protegida frente al frío, tenemos que aplicar crema hidratante en la piel. A ser posible, una crema hidratante espesa. No valen los bodymilk o las leches corporales, porque casi toda su composición es agua. Lo que queremos es cremas que tengan mucha composición de grasa, es decir, pomadas o cremas espesas», especifica la dermatóloga.

Este tipo de cremas hidratan y protegen la piel frente a agentes externos, como el viento o el frío. Por su parte, en el caso de las mucosas como la de la nariz, la de los labios o incluso la de los ojos, se puede optar por el uso de vaselinas.

Las lociones y cremas solares deben utilizarse de una forma frecuente, y con factores elevados. Especialmente si vamos a pasar un tiempo prolongado al aire libre. Según la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) «es fundamental el uso de fotoprotectores todos los días (aunque no se vaya a la playa)».

El objetivo es preparar al máximo la piel para «contrarrestar los efectos negativos de los rayos ultravioletas del sol». Además, lo recomendable es comprobar si nuestras cremas están caducadas y, estarlo, renovarlas.

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En las zonas de montaña, por el reflejo de la luz solar en la nieve, resulta fundamental extremar la protección de la piel. Fuente imagen: Pixabay

Mantener una dieta saludable

Otro aspecto que se debe tener en cuenta para conseguir una piel que luzca y esté sana es la alimentación. Mantener una dieta saludable y equilibrada contribuye de forma directa a la salud de nuestra piel. Por ejemplo, ingiriendo alimentos con vitamina C, conseguiremos retrasar el envejecimiento y la oxidación.

Tener una hidratación abundante

Además de la alimentación, mantener una hidratación abundante es otra acción fundamental para que la epidermis funcione de forma correcta. Una piel bien hidratada reduce el riesgo de lesiones ya que se fortalece la barrera cutánea.

A través de su cuenta de Instagram, la doctora Ana Molina pfrece información y consejos útiles para el correcto cuidado de la piel.

Claves para evitar las quemaduras solares en invierno

Otro punto a tener en cuenta son las condiciones meteorológicas. Cuando los días cuentan con cielos despejados y no hay ninguna nubosidad, la incidencia del sol en nuestra piel es más evidente, la notamos más.

Sin embargo, esta perspectiva cambia con días nublados y/o con viento. Durante estas jornadas, el sol suele ser menos intenso, la brisa hace que la sensación de frío aumente y no notamos la radiación del sol de una manera tan directa e intensa.

Sin embargo, no hay que olvidar que a pesar de estas condiciones también la radiación solar puede afectar a la piel. El ejemplo más visible con las quemaduras que se producen en la piel durante las jornadas de esquí.

«En la montaña, el índice ultravioleta aumenta considerablemente y hay que protegerse mucho más. Además, hay que tener en cuenta que el sol incide más en función de la superficie sobre la que se refleja. No es lo mismo que el sol refleje en el asfalto que refleje en la nieve», explica la doctora Molina.

Por ejemplo, se estima que la nieve refleja casi el 80-90% de la radiación solar. Este dato hace que en entornos de montaña nevada las posibilidades de quemarse la piel y producir lesiones cutáneas se multiplique.

Y por último, en la medida de lo posible, se recomienda evitar la exposición solar en las horas centrales del día ya que es el momento en el que el Sol afecta de forma más directa sobre la superficie de la Tierra.