Trastorno afectivo estacional: ¿Qué es y cuando influye?

El otoño y el invierno son los periodos del año en el que este problema de salud es más común en la sociedad.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Para muchas personas, la llegada de los meses más fríos del año vienen acompañados de sensaciones de desánimo, cansancio y abatimiento.  Estos síntomas forman parte de un cuadro característico de un problema de salud propio de este periodo del año denominado trastorno afectivo estacional. 

Resulta interesante hablar sobre él y conocerlo en profundidad.

¿Qué es el trastorno afectivo emocional?

El trastorno afectivo emocional «es un trastorno depresivo recurrente que va y viene con las estaciones. Como mínimo dos años seguidos. Lo más destacable es que hay una remisión al cambiar de estación». Así lo apunta Connie Capdevila, psicóloga clínica, doctora en Psicología y vocal de la junta de gobierno del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC).

«No obstante, no se debe confundir con un episodio de depresión sucedido durante el invierno. Así como también importa que no esté relacionado con un tema estacional. Ya sea por el calendario escolar, el desempleo estacional o este tipo de factores externos», añade Capdevila.

Entre el 1% y el 10 % de la población puede padecer este trastorno en algún momento de su vida

Se calcula que entre el 1% y el 10 % de la población puede padecer este trastorno en algún momento de su vida. Y puede darse en diferentes intensidades. Es un problema de salud más frecuente en mujeres en edades comprendidas entre 20 y 35 años. «La incidencia decrece con la edad y se ha visto que en los países nórdicos tienen más frecuencia a este tipo de trastornos».

Síntomas más comunes

Los síntomas frecuentes de este trastorno afectivo estacional suelen ser el enlentecimiento de la actividad física, dificultades para despertarse por la mañana y una menor energía. También una mayor sensación de tristeza, perspectiva sombría, deseo de ingesta de carbohidratos y aumento de peso. En los casos más graves, el paciente puede llegar a tener pensamientos de suicidio.  

Es importante que sea un profesional quien diagnostique este tipo de trastornos

Este tipo de cuadros remiten al cambiar de estación y suelen desaparecer en primavera y el verano. Por lo tanto, se deduce que es más común en las estaciones más frías, cuando hay menos luz solar y los días son más cortos. 

«No obstante, hay algunas personas que tienen episodios de depresión que comienzan en la primavera- verano. Aún así, es menos común y un poco diferentes en cuanto a la sintomatología», destaca Capdevila. 

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De todos modos, hay que tener en cuenta que estos síntomas pueden coincidir con otras patologías y problemas de salud. Por ello, su diagnóstico debe ser preciso para pautar la terapia más adecuada a cada caso.

«Hay que descartar que no sea la presentación de otra cosa que coincida con otras patologías que se parezcan. Por eso, es importante que sea un profesional quien diagnostique este tipo de trastornos». Así lo recalca la doctora en Psicología. 

Posibles tratamientos contra el trastorno afectivo estacional

Tal y como se ha dicho anteriormente, para tratar el trastorno afectivo estacional, lo más adecuado es acudir a un profesional de la psicología que indique el tratamiento y la terapia más adecuada a cada paciente, de forma personalizada. De todos modos, pequeñas acciones del día a día, también pueden ayudar a sobrellevar en cierta medida este tipo de problemas de salud. 

Se recomienda permanecer en lugares más luminosos y levantar bien las persianas

Por ejemplo, se debe intentar cambiar de forma saludable las conductas evasivas y a mantener las relaciones sociales y la realización de actividades al aire libre. Del mismo modo, se debe aprender a gestionar las situaciones de estrés.

Para todo ello, una buena medida es permanecer en lugares más luminosos y levantar bien las persianas. “A veces las personas con ese trastorno tienden a aislarse y no están en contacto con la luz solar y se recomienda actividades fuera salir para que les dé el sol y el aire libre, especialmente por la mañana. Además, la realización de actividad física también ayuda mucho”, concluye Capdevila.