El Everest se convierte en una trampa humana tras una violenta tormenta de nieve
La nevada sorprendió a centenares de excursionistas en el valle tibetano de Gama, a más de 4.000 metros, en plena Semana Dorada china.
María Rivas
La nieve empezó el viernes, sin aviso. Primero fueron copos sueltos, después ráfagas que borraron el camino. A última hora, la montaña se cerró. El valle de Gama, en la vertiente oriental del Everest, quedó bloqueado.
Algunos grupos intentaron retroceder, otros improvisaron refugios. Para el sábado, todo estaba cubierto: tiendas, mochilas, cuerdas. El viento no dejó de soplar en toda la noche. Octubre suele ofrecer cielos tranquilos en el Himalaya. Esta vez, el tiempo dio un vuelco.
El rescate, paso a paso
Durante el fin de semana, más de 350 personas fueron evacuadas hasta el municipio tibetano de Qudang, donde recibieron asistencia. Otras 200 siguieron la ruta guiadas por equipos de rescate. Un hombre falleció por hipotermia en una zona cercana.
Bomberos, soldados y aldeanos participaron en la operación, retirando nieve a casi cinco mil metros de altitud. Con el acceso cubierto, hubo que abrir senderos a mano. Las autoridades chinas confirmaron el cierre temporal de varias áreas turísticas, entre ellas el valle Rongxia y el Cho Oyu, hasta que mejoren las condiciones.
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Nieve, humedad y frío extremo
El temporal dejó acumulaciones cercanas a un metro. En los campamentos, los excursionistas trabajaron sin descanso para evitar que las tiendas colapsaran. “Cada diez minutos teníamos que quitar la nieve del techo”, relató un montañista a Reuters. Otros grupos compartieron tiendas para mantener el calor.
El aire era húmedo y el descenso térmico fue brusco. Tres personas sufrieron hipotermia pese a llevar equipamiento adecuado. “Nunca había vivido algo así en octubre”, comentó una senderista china al medio estatal CCTV.
La coincidencia con la Semana Dorada
El episodio ocurrió en plena Semana Dorada, el gran periodo vacacional en China, cuando miles de viajeros se desplazan a destinos naturales del país. En el Tíbet, octubre es temporada alta de senderismo y los caminos del Everest suelen estar llenos de visitantes.
Esa coincidencia multiplicó la magnitud del problema: más turistas en la montaña y menos margen para maniobrar cuando el tiempo cambió.
En Nepal, un escenario distinto pero igual de complicado
En el lado nepalí del Everest, las lluvias torrenciales provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra. Los primeros balances hablaban de decenas de víctimas y aldeas incomunicadas. El mal tiempo afectó también a varias rutas hacia el campamento base, que permanecen cerradas.
El suceso vuelve a poner el foco sobre la masificación del Everest. Lo que durante años fue símbolo de aventura se ha convertido en un destino turístico con miles de visitantes cada temporada.
Los expertos advierten que una montaña tan alta, con cambios meteorológicos súbitos, no puede tratarse como un parque natural convencional. Cada año, las autoridades tibetanas y nepalesas deben realizar evacuaciones de gran escala, cada vez más complejas.
