Garrapatas al acecho: las lluvias y el calor anticipan una oleada inusual esta temporada

Las condiciones meteorológicas de este año podrían intensificar su presencia en un corto espacio de tiempo.

Pablo Ramos

Con la primavera en pleno auge y un ascenso progresivo de las temperaturas, los expertos alertan de un fenómeno que se repite cada año pero que, en esta ocasión, podría manifestarse con mayor intensidad: el incremento de la actividad de las garrapatas en espacios al aire libre.

«Es probable que a finales de primavera asistamos a una explosión de actividad en estos parásitos. No necesariamente porque haya más ejemplares, sino porque se concentrarán en un intervalo temporal más reducido», señala Jorge Galván, director general de ANECPLA (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental).

Aunque habitualmente comienzan a detectarse entre marzo y abril, en numerosos puntos del país su aparición ha sido hasta ahora testimonial.

La combinación de humedad acumulada y temperaturas suaves puede propiciar un cambio repentino: «En mayo y junio podríamos ver un repunte especialmente intenso, coincidiendo con su pico biológico habitual, pero más pronunciado de lo normal», advierte Galván.

Las lluvias de primavera retrasan su aparición, pero potencian su virulencia

La frecuencia e intensidad de las precipitaciones registradas en los últimos meses están modulando el ciclo vital de estos ácaros hematófagos. El efecto, sin embargo, no es homogéneo en todo el territorio.

«En especies mediterráneas como Hyalomma, las lluvias han demorado su eclosión, pero podrían desencadenar un aumento masivo de ejemplares en cuanto cesen las lluvias y las temperaturas superen ciertos umbrales», apunta Galván.

Mientras que en zonas del norte las precipitaciones prolongadas podrían extender su presencia hasta bien entrado el verano, en áreas más cálidas podrían generar una eclosión breve pero intensa.

Hospitalizaciones al alza y nuevos riesgos sanitarios

No se trata de una mera molestia estacional. Las garrapatas están asociadas a la transmisión de enfermedades infecciosas que, en algunos casos, revisten una elevada gravedad clínica.

En España, las hospitalizaciones por mordedura de garrapata se han triplicado en los últimos quince años. Y al menos una muerte al año está vinculada a estas picaduras, según datos sanitarios.

Desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recuerdan que «algunos de estos artrópodos portan patógenos virales, bacterianos o parasitarios, capaces de provocar enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la fiebre exantemática mediterránea o la enfermedad de Lyme».

Actuar con rapidez es crucial. Si se localiza una garrapata adherida a la piel, lo recomendable es acudir a un centro sanitario para que sea retirada por profesionales. De no ser posible, debe extraerse con pinzas finas, agarrando la base del cuerpo, sin girar ni aplicar calor.

Una vez retirada, es importante desinfectar la zona y prestar atención a la aparición de síntomas. Fiebre, erupciones, fatiga o malestar general podrían indicar una infección. En ese caso, conviene acudir sin demora a un centro de salud y mencionar el antecedente de picadura.

«El verdadero peligro reside en la capacidad de transmisión de patógenos específicos. Por ejemplo, la garrapata Hyalomma marginatum es el principal vector de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Pero el riesgo se reduce drásticamente si se detecta a tiempo y se retira antes de 24 horas», recalca Galván.

Cómo eliminar una garrapata de forma segura y eficaz

Tras la extracción, es recomendable asegurar su destrucción. Algunos optan por aplastarla directamente, mientras que otros prefieren sumergirla en alcohol o envolverla en cinta adhesiva hermética.

En determinados casos, puede resultar útil conservar el ejemplar en un recipiente cerrado, sobre todo si se presentan síntomas posteriores. Analizar el parásito puede facilitar la identificación del agente patógeno implicado.

La amenaza también puede estar en casa

Aunque se asocian principalmente al ámbito rural, las garrapatas pueden aparecer en el hogar, especialmente cuando hay mascotas que frecuentan zonas verdes, o si la vivienda se encuentra próxima a áreas con fauna silvestre.

Ante esta posibilidad, se recomienda una inspección minuciosa: revisar el pelaje de perros y gatos, así como sofás, mantas y ropa que haya estado en contacto con el exterior.

Si se detecta una garrapata en el entorno doméstico, conviene eliminarla de inmediato, lavar la ropa potencialmente afectada y, si se repite la situación, consultar con un especialista en control de plagas.

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Fuente imagen: Pixabay

Claves para prevenir picaduras durante salidas al campo

La AEMPS ha elaborado una serie de pautas preventivas para minimizar el riesgo de contacto con estos parásitos durante excursiones o paseos por zonas boscosas:

  • Vestir ropa clara, que facilite la localización de las garrapatas.
  • Usar mangas largas, pantalones cerrados y calzado alto con calcetines.
  • Aplicar repelentes autorizados, especialmente en las zonas de mayor exposición: tobillos, cintura y cuello.
  • Evitar sentarse directamente sobre el suelo o en zonas con vegetación alta.
  • Caminar siempre por el centro de los senderos y evitar el contacto con matorrales o arbustos.

Al regresar a casa, se aconseja realizar una revisión exhaustiva del cuerpo, prestando atención especial a zonas cálidas y húmedas como axilas, ingles y detrás de las orejas. Una detección precoz puede marcar la diferencia.