Vuelta al cole sostenible y «zero waste»: todo lo que necesitas saber

Tras el largo verano, las aulas se preparan para recibir a los estudiantes en el nuevo curso que comienza. Con unos pocos trucos podemos lograr una vuelta al cole sostenible y zero waste.

No todo el mundo disfruta de un colegio cerca de casa. En el caso de que el centro educativo no esté próximo al domicilio familiar, hay alternativas sostenibles a llevar a los niños a la escuela en coche.

Ir andando o en bici al colegio combate el sedentarismo y favorece la autonomía de los niños.

Vuelta al cole sostenible: alternativas al coche

Si el trayecto no es demasiado largo, siempre se puede ir andando o en bici. Muchos colegios organizan ‘rutas seguras’, con recorridos diseñados para llevar a los niños. Tanto a pie como en bicicleta o en patinete. Pregunta si tu centro es uno de ellos, o si se organizan estas rutas desde tu ayuntamiento. A lo mejor pueden ayudarte a crear una.

Ir a pie o en bicicleta hasta el colegio es un ejercicio diario muy aconsejable. Así se evitan hábitos de sedentarismo poco saludables. En el caso de los alumnos de secundaria con edades más mayores, pueden ir solos con sus compañeros. Esto favorece el desarrollo de su autonomía.

Dejando el coche en casa se reduce el volumen de vehículos en los entornos escolares. Con ello se evita la contaminación y se mejora la calidad del aire en los entornos escolares. Al mismo tiempo que eliminan ruidos.

El transporte es responsable del 9% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y por supuesto, caminando hasta el colegio o usando la bici habremos evitado una enorme cantidad de emisiones a la atmósfera. No hay que olvidar que el transporte es responsable del 9% de los gases de efecto invernadero.

Por lo tanto, el camino a clase se convertirá en una rutina más saludable y habremos contribuido a generalizar una vuelta al cole sostenible.

Vuelta al cole sostenible: reutilizar la ropa y los uniformes

Los niños crecen sin parar y es inevitable que algunas prendas del curso anterior ya se les hayan quedado pequeñas. Antes de comprarlo todo nuevo, mejor echar un vistazo a la ropa de otros años de los hermanos mayores.

Aquel chándal que se quedó corto sin casi llevarlo con un inesperado estirón o las prendas de mayor abrigo, que no se usan a menudo, seguro que están perfectas para el nuevo usuario.  

Pasa la ropa que se ha quedado pequeña del curso pasado a familiares o amigos.

Igualmente, en el caso de la ropa ya pequeña que esté todavía en buen estado, podemos pasarlas a otros familiares o amigos a cuyos hijos les sirvan. Este gesto no sólo es un ahorro para los bolsillos familiares.

También ayuda a combatir el cambio climático, ya que la industria textil es responsable de entre un 4% y un 10% de las emisiones de efecto invernadero, según el Programa Medio Ambiental de Naciones Unidas.

Al igual que le damos una segunda oportunidad a la ropa, podemos seguir con esa mochila que tanto nos acompañó el año anterior. Lo mismo con los estuches y plumieres. No hace falta estrenar uno nuevo cada año.

Bastará con reponer los bolis, lapiceros o pinturas que se hayan acabado o las reglas rotas o perdidas.

Bolígrafos recargables y plumas

Nada más insostenible que el ‘usar y tirar’. Busca bolígrafos a los que se pueda cambiar la carga. O plumas estilográficas con carga de tinta, siempre que no hablemos de niños muy pequeños que puedan mancharse con ellas.

Son ya muchos los fabricantes que ofrecen productos fabricados siguiendo criterios ecológicos, como los bolis creados con plástico reciclado. O las pinturas sin madera Alpino WFC, con los colores de toda la vida.

Otro buen ejemplo son los lápices de grafito BIC Ecosolutions, respetuosos con el medio ambiente porque se crean utilizando resina sintética.

Usa los lápices hasta el final

No es que haya que cerrar la puerta a las pinturas o lápices de madera, simplemente asegúrate de que esté libre de tóxicos y provenga de bosques gestionados de manera sostenible. Puedes alargar la vida de los lápices con extensores. Estos son unas piezas a las que se sujetan para poder utilizarlos hasta el final por mucha punta que les saques.

Puedes elegir también cuadernos y folios de papel reciclado. No siempre es posible porque hay algunos usos que no lo admiten. En esos casos, comprueba que el papel tiene el certificado FSC o PEFC, que garantizan que provienen de bosques gestionados de manera sostenible, y que no se ha fabricado usando cloro.

No pienses que siempre es mejor usar una pantalla porque con ello evitas cortar árboles. También la web consume mucha energía, y necesita grandes espacios de almacenamiento, que acaban generando altas cotas de CO₂. Lo más sostenible es no malgastar ninguno de estos recursos y usarlos de forma razonable.

Vuelta al cole sostenible: no tires los cuadernos

En ese sentido, mejor revisa los cuadernos que quedaron sin acabar el curso pasado. Si apenas se usaron algunas hojas, puedes quitar las viejas y aprovechar las que quedan. Si sólo hay unas pocas sin usar, puedes juntarlas con las de otros cuadernos, y utilizarlas como papel borrador o perforarlas y unirlas en un bloc de anillas.

Antes de adquirir el material escolar, lo mejor es hacer una lista de lo que se necesita y procurar no salirnos para no caer en la compra por capricho de cosas que luego no se van a utilizar. Ya sabes que el mejor residuo es el que no se genera. Así que mejor evitar objetos inútiles adquiridos solo por impulso o por la duda de si ya lo teníamos.

La OCU calcula que este año las familias gastarán unos 500 euros por niño en la vuelta al cole. Buena parte de ellos en los libros para clase. Afortunadamente, comienzan a generalizarse los bancos de libros en las escuelas y algunas comunidades autónomas lo incorporan directamente en la organización de su sistema educativo.

Existen también plataformas de venta de libros de texto de segunda mano, y pueden encontrarse igualmente en las apps de compraventa más conocidas. La economía familiar lo agradecerá y también el planeta porque por cada kilo de papel que se fabrica se emiten a la atmósfera 3 kilogramos de CO₂.  

Almuerzos sin desperdicio

No sólo en el aula, también en el recreo podemos contribuir en la misión de hacer del cole un lugar más sostenible. Llevar el almuerzo envuelto en papel de aluminio o papel film sigue siendo un clásico en algunas familias. Según la firma Roll Eat, una escuela media en España consume 324.000 m2 de papel de aluminio, que significan la emisión la 6 millones de kg de CO2 a la atmósfera.

La fruta tiene un envoltorio 100% biodegradable y, muchas veces, comestible.

No hay ninguna necesidad, porque existen alternativas mucho más ecológicas. Podemos usar bolsitas de tela, portabocadillos de tela reutilizables, envoltorios de silicona, O, simplemente, tupper de los de toda la vida.

Los bocadillos se pueden alternar con la fruta que, como señala Teachers For Future en su campaña ‘Recreos Residuos Cero’, tiene un envoltorio 100% biodegradable y, en muchas ocasiones, comestible. Y llevar una botella rellenable, de metal o plástico (que sean BPA Free, es decir, libres de Bisphenol).

Si pese a todas alternativas, sigues siendo un irreductible del papel de aluminio, ayuda al planeta reciclándolo. El aluminio es uno de los pocos materiales recuperables al 100%. Para su reciclaje debes depositarlo en el contenedor amarillo. Muy importante: haz una bola compacta con él antes de echarlo al contenedor. Así tiene el peso suficiente para ser detectado en el proceso de reciclaje.

Todos los cursos comienzan con un objetivo marcado. Con todos estos apuntes que te acabamos de pasar, hacer una vuelta al cole sostenible y zero waste es una meta a tu alcance.