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La carrera por la sostenibilidad llega a los neumáticos

La movilidad sostenible va más allá del motor. Los neumáticos eco-responsables son una de las últimas tendencias.

Si algo pusieron de manifiesto los acuerdos del clima de París fue la importancia de tomar decisiones en sectores imprescindibles en la lucha contra el cambio climático. El de la movilidad es uno de los que parece haber tomado nota de manera cuasi inmediata. 

Una transformación va más allá de los vehículos híbridos, eléctricos o incluso de hidrógeno. Todos los elementos, desde las carreteras hasta los neumáticos, juegan un papel importante. Que las carreteras sean inteligentes no es, precisamente, una novedad del siglo XXI. El imperio romano, cuyo uno de sus muchos legados fue la construcción de una red de caminos que se extendían por el sur de Europa, ya aplicaba la tecnología en sus vías. Por ejemplo, estos caminos nunca tenían pendientes superiores al 8% para que pudieran avanzar los carruajes. 

 

Asfaltos reciclados y carreteras inteligentes

Dos milenios después, las carreteras se preparan para una nueva evolución con una palabra entre carril y carril: sostenibilidad. Se está trabajando ya en asfaltos reciclados que son capaces de reducir la contaminación acústica hasta en seis decibelios. También se están investigando materiales sostenibles que serán capaces de autorrepararse o de, por lo menos, dar la señal de alarma cuando se hayan deteriorado.

Algunos asfaltos hechos a partir de materiales 100% reciclados son más fuertes y duraderos que los convencionales

Existen también iniciativas para dotar de inteligencia a las carreteras para que, por ejemplo, los peajes sin barreras se conviertan en una realidad en todas las carreteras con el objetivo de poner freno a los atascos que producen ocasionalmente. Dicho de otra forma: que sea la propia vía la encargada de avisar a los conductores de los posibles peligros que le esperan más adelante, como una colisión o una inclemencia meteorológica. Proyectos innovadores que también pondrán su granito de arena para la reducción de emisiones.

En línea con la progresiva implantación del coche eléctrico, también existen proyectos para que las carreteras se conviertan en enormes puntos de recarga. Uno de ellos se ha puesto en marcha en Oslo, donde se están instalando carriles de carga por inducción, al estilo de la de un teléfono móvil, que rellena la pila del coche cuando este pasa justo por encima. El problema al que se enfrentan estas infraestructuras, por el momento, es el elevado coste de desarrollo e implantación.

Llegan los neumáticos sostenibles

La innovación no empieza y acaba en la carretera, ya que existen otras opciones sostenibles y que ni siquiera obligan a dar el salto al vehículo eléctrico. Una solución más económica para conductores se encuentra en los neumáticos. Esos cuatro compañeros de viaje que habitualmente pasan desapercibidos también tienen mucho que decir a la hora de reducir emisiones y ruidos, mejorar la seguridad e incluso alargar la vida de las baterías.

Un ejemplo de neumático pensado por y para la sostenibilidad es el e·Primacy de Michelin, cimentado tanto sobre el pilar de la responsabilidad ambiental como desde el de la duración, porque de poco sirve que una goma sea respetuosa con el planeta si hay que cambiarla en el taller cada poco tiempo.

La elección de un neumático es importante: puede ayudar a reducir las emisiones de CO2, alargar la vida de una batería o aminorar la contaminación acústica

En el caso de los e·Primacy, hablamos de unos neumáticos capaces de ahorrar hasta 80 euros en carburante durante todo su ciclo de vida así como de evitar la emisión de 174kg de CO2 gracias al uso de materiales fabricados con menos materias primas y que reducen el consumo de gasolina. Si hablamos de híbridos y eléctricos, según la marca, la disminución de consumo de energía supera el 30%, lo que conlleva también un aumento de su autonomía.

Esas novedosas técnicas también permiten que los vehículos eléctricos equipados con los e·Primacy disfruten de una autonomía mayor. Según el fabricante, sus compuestos son capaces de estirar las prestaciones hasta un 7% más, lo que supone un ligero ahorro en la factura de la luz. Además, según relata la marca, «han puesto en práctica los principios del diseño ecológico para reducir el impacto medioambiental del neumático en todas las etapas de su ciclo de vida, desde el suministro de materias primas, pasando por la producción, la utilización y en el final de su vida útil, la fase de reciclado».

Menor consumo, mayor seguridad, aumento de la vida útil de los componentes… y todo ello sin renunciar a la durabilidad. Una iniciativa enmarcada en el reto de Michelin de integrar un 100% de materiales sostenibles en la fabricación de sus neumáticos en 2050, y que es un empujón más para alcanzar la meta global de ser cero emisiones de carbono a mitad del siglo XXI.

Menos emisiones, más duración
Menos emisiones, más duración