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Tres innovaciones del presente que han cambiado el mundo del campo para siempre

La agricultura es probablemente la actividad más importante para la supervivencia del ser humano desde que este está sobre la Tierra. Su evolución durante miles de años ha permitido el acceso a alimentos cada vez más seguros, diversos y abundantes. Este proceso de mejora constante viene determinado por la tecnología.

Año a año crece la población y decrecen los recursos naturales en un contexto donde se acentúa el cambio climático. Este escenario propicia que la innovación sea imprescindible.  En el  horizonte 2030, aparecen soluciones como la biotecnología para revitalizar regiones difícilmente cultivables, o la inteligencia artificial para sustituir a la persona en determinados trabajos a pie de campo. 

En Sembrando el mañana tendremos tiempo de hablar sobre ellas, pero hoy nos queremos centrar en algunos avances que han contribuido a que el sector sea lo que es hoy.

Tecnologías aplicadas a semillas

A la hora de hablar de semillas, es preciso mencionar el concepto de “semilla híbrida”, hoy presente en multitud de cultivos. La semilla híbrida es en general aquella que se beneficia de las características propias de diferentes parentales de una misma especie, lo que la confiere el llamado “vigor híbrido”, asociado a una mayor productividad y fortaleza frente a enfermedades, plagas y condiciones climáticas adversas. Esta semilla es resultado de la aplicación de técnicas de mejora convencional y (en el caso de determinados híbridos de maíz en la UE) de la inclusión de material genético procedente de otra especie.

Con el fin de proteger la semilla frente a las amenazas que suponen ciertas plagas del suelo y la voracidad de las aves del entorno, desde hace tiempo las compañías semilleras ponen en el mercado semilla tratada que ayuda a una nascencia de las plantas más regular, paso importante para alcanzar un mejor desarrollo del cultivo y una mayor productividad final.

“La semilla es el inicio de la cadena de valor. Es el primer (y esencial) eslabón de la cadena. En ella se acumula un gran esfuerzo inversor en I+D+i, dirigido a resolver desde las necesidades de los agricultores hasta las expectativas de los consumidores”

Elena Sáenz García-Baquero, Directora de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE)

En este ámbito, Corteva Agriscience, líder mundial en semillas a través de su marca Pioneer, ha lanzado algunas soluciones como Lumivia®, Lumisena® o Lumiposa® que permiten a los agricultores un control eficaz de plagas como el gusano de alambre, la rosquilla o el mildiu, cuyo impacto compromete la rentabilidad de los cultivos de maíz, girasol y colza.

Estas tecnologías aportan soluciones eficaces para asegurar la viabilidad de las semillas en el campo, mejorando su desarrollo radicular, su capacidad de absorción de nutrientes y protegiéndolas del impacto de ciertas plagas.

La apuesta de Corteva por este tipo de soluciones aplicadas a la semilla es clara. Prueba de ello es la apertura en Europa de su primer Centro de Tecnologías Aplicadas a la Semilla (CSAT) con 6 millones de euros de inversión y decenas de profesionales enfocados a crear soluciones precisas y eficaces. Es el tercer centro de la firma en el mundo.

Desarrollo de nuevas soluciones biológicas

La agricultura del siglo XXI está enfocada en llevar la innovación a la actividad diaria de los agricultores en el campo. La reducción de los residuos, el cuidado del suelo y la utilización de soluciones de origen natural son algunos de los principales objetivos en los que las empresas dedicadas a la agricultura y nuevas tecnologías trabajan en el presente, en conjunción con lograr la mayor sostenibilidad económica y medioambiental. Lo mismo ocurre con las soluciones biológicas, que han aparecido y se han desarrollado cada vez más conforme el sector agrícola va evolucionando.

Sean de origen químico o biológico, y en contra de una creencia extendida, los fitosanitarios son positivos siempre y cuando se aplique respetando las recomendaciones de uso tanto en dosificación como en manipulación. Suponen una contribución a una agricultura más avanzada y concienciada con el futuro del planeta, y Corteva lo sabe.

Por esta razón han enfocado sus Objetivos Globales hacia 2030 en proyectos como BioEficiencia, que recoge innovación, soluciones al servicio del agricultor y eficacia.

“Queremos reforzar nuestra contribución a una agricultura más rentable y respetuosa con el planeta, poniendo la tecnología a disposición de los agricultores con soluciones eficientes que les permitan adaptarse a una agricultura en constante movimiento”

Manuel Melgarejo, presidente de Corteva Agriscience para España y Portugal

En el marco europeo, la reducción del uso de fertilizantes por opciones más naturales es uno de los grandes aspectos que continúan tratando. En línea con las estrategias de la UE, Corteva está desarrollando una nueva vía de fertilización inteligente y más sostenible con el cuidado del suelo como eje principal. Estos microorganismos tienen como principal función favorecer la absorción y asimilación de los nutrientes en los cultivos, además de tratar el estrés abiótico o controlar la falta de humedad y/o luz, entre otros.

Del mismo modo, cuidar el suelo de cultivo pasa por implementar una serie de prácticas que reúnan los conocimientos de siempre con las nuevas tecnologías del presente. Desde la FAO, apuntan que el mantenimiento de los suelos permite una mayor seguridad alimentaria, biodiversidad y la reducción de gases de efecto invernadero.

No podemos esperar alimentar a la creciente población mundial y producir el 50% más de alimentos que necesitamos para 2050 sin considerar y preservar la calidad de nuestros suelos

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Agricultura 4.0: pasar del dato a la acción

La modernización del campo permite especialmente un exhaustivo control de las diferentes fases productivas, derivando en una mayor optimización de los recursos y un aumento de la productividad. Dicho de otra manera: en una agricultura cada vez más sostenible. 

Es la llamada agricultura 4.0. Técnicas láser, robots, imágenes aéreas multiespectrales… El futuro esconde un mundo de posibilidades, pero si miramos al presente, al día a día de los agricultores, las dos tecnologías más extendidas son la teledetección y el GPS. 

La teledetección u observación por satélite es una herramienta para observar los cultivos a gran escala de manera remota y no destructiva. En la actualidad, la agricultura es una de las industrias que más usa estas tecnologías de monitoreo espacial y drones.

Las imágenes (ya sean con color real o con otras técnicas) permiten un análisis general del estado del cultivo en el conjunto de la parcela y de su evolución a lo largo del tiempo, permitiendo identificar zonas específicas que necesiten una inspección. 

“Esta tecnología permite disponer de sus datos en todo momento y en todo lugar, para controlar su productividad, optimizar las tareas y conseguir un aumento en la eficiencia de las explotaciones con información en tiempo real”

Jorge Martínez, Responsable de Agronomía Digital de Corteva en España y Portugal

Del mismo modo, herramientas como el GPS de precisión centimétrica o los sistemas incorporados a la maquinaria agrícola, son muy comunes en el mercado y permiten generar grandes volúmenes de información de valor para el agricultor en tiempo real. Para hacer actuable esta información, Corteva ha lanzado hace unos meses Granular Link.

Esta app tiene funcionalidades que convierten los datos en tiempo real en una serie de pasos sencillos que permiten, por ejemplo, hacer un seguimiento diario de las parcelas con imágenes por satélite, generar “recetas” para la aplicación optimizada de productos. Del móvil o tablet al campo en pocos minutos.

La agricultura, la actividad económica más antigua que existe, continúa marcando el porvenir de nuestra civilización. Cada pequeño paso dado, forma parte de un proceso que, tomado en su conjunto, permite hablar de un antes y un después en la vida de todos nosotros. Y en este proceso, la innovación es la clave del mañana.