¿Ha impactado La Niña en la hiperactiva temporada de huracanes?

Cómo afecta La Niña a las condiciones que favorecen la ocurrencia de huracanes.

Maddalen Iza

Maddalen Iza

Ha terminado oficialmente la hiperactiva temporada de huracanes del 2020. Se han llegado a nombrar hasta 30 tormentas tropicales, cifra que supera cualquier récord anterior. Entre las posibles causas que pueden explicar esta temporada tan activa está el patrón de La Niña, que continúa intensificándose en el Pacífico y que es capaz de alterar la meteorología de medio planeta.

Trayectoria de ciclones tropicales y subtropicales en el Atlántico durante la temporada 2020.

¿Cómo puede un fenómeno del Pacífico afectar al Atlántico?

La Niña, la fase fría del fenómeno ENSO (El Niño y la Oscilación de Sur), conlleva alteraciones en el océano y la atmósfera del Pacífico ecuatorial: cambian las temperaturas superficiales del mar, en el caso de La Niña pasan a estar más frías de lo habitual, y se modifica la circulación atmosférica.

Durante La Niña los vientos alisios que soplan del este se intensifican, desplazando el agua cálida de la superficie del mar y las lluvias hacia el oeste del Pacífico.

Durante los años de La Niña, el agua más cálida, que favorece la convección y las precipitaciones, se concentra el oeste del Pacífico. Como consecuencia, las precipitaciones se reducen en el este y aumentan en el oeste del océano Pacífico. Estas variaciones en la gran cuenca del Pacífico son capaces de alterar los patrones atmosféricos tropicales y subtropicales del Atlántico.

Patrón de La Niña en el océano Pacífico.

Impacto en las condiciones que favorecen los huracanes

En la zona del Pacífico subtropical oriental, donde se ha reducido la convección, la depresión se amplifica y hay vientos más fuertes en altura. Esto resulta en que la diferencia de vientos entre los niveles superiores y la superficie del mar, que da lugar a la cizalla vertical del viento, aumenta. La mayor cizalladura vertical del viento se asocia con una menor actividad de huracanes, ya que su efecto impide el desarrollo de los huracanes.

La Niña favorece el aumento de la actividad de los huracanes del Atlántico al reducir la estabilidad atmosférica.

Justo los opuesto sucede en el Mar Caribe y el Atlántico tropical occidental. En contraposición al Pacífico, La Niña favorece que los vientos en altura sean más débiles sobre esta región. La diferencia en la velocidad del viento entre los niveles altos y la superficie es menor.

Disminuye la cizalladura vertical del viento y aumenta la actividad de los huracanes. Este mecanismo es el que probablemente ha alimentado la temporada de huracanes de este año.

Impactos de La Niña en el desarrollo de los huracanes.

La Niña no actúa sola

Otro ingrediente a tener en cuenta es que este año el océano Atlántico ha estado anómalamente cálido. Este es otro ingrediente necesario para el desarrollo de los huracanes, aguas cálidas en la superficie del mar que favorecen su formación. Obviamente, el cambio climático está contribuyendo a este calentamiento, pero los científicos también señalan a la Oscilación Multidecadal del Atlántico como culpable de las cálidas temperaturas del océano.

La Oscilación Multidecadal del Atlántico es un modo de variabilidad natural que se produce en el Océano Atlántico Norte. Aproximadamente cada 60 años el norte del Océano Atlántico pasa de estar más frío a más cálido o viceversa. Desde finales del siglo pasado estamos en una fase positiva, es decir, el agua de la superficie del mar está más cálida.

Índice de la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO) observado, definido en la cuenca del Atlántico Norte (0ºN-65ºN, 80ºW-0ºE), utilizando el conjunto de datos HadISST (Rayner et al. 2003) para el período 1870-2015. Fuente: Climate Guide UCAR.

Los fases negativas de esta oscilación se asocian con una baja actividad de huracanes, como sucedió en el periodo desde 1971 a 1994. En cambio, las fases positivas, como la que vivimos ahora, pueden favorecer una mayor actividad.

El monzón africano

Además, otra característica clave de la fase positiva de la Oscilación Multidecadal del Atlántico es la intensificación del monzón en el oeste de África, en la zona del Sahel. Un monzón más fuerte hace que se debiliten los vientos alisios que soplan desde el este y se reduce la cizalladura vertical del viento, favoreciendo, de nuevo, el desarrollo de los sistemas tropicales.

Patrones asociados a la fase positiva de la Oscilación Multidecadal del Atlántico.

A medida que estos sistemas se desplazan hacia el oeste, sobre las aguas cálidas del Atlántico tropical, se van intensificando. Por tanto, La Niña, junto con otros elementos, puede haber contribuido de forma significativa al gran número de huracanes que han cruzado al Atlántico esta temporada.