«Vecino, ¿y si compartimos la electricidad?». La nueva moda del ‘electric-sharing’

La colocación de instalaciones para autoconsumo energético se ha incrementado de forma notable en el último año, especialmente, aquellas basadas en paneles fotovoltaicos 

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Las instalaciones para el autoconsumo energético que producen electricidad, como los paneles solares, han dejado de ser algo puntual para convertirse en toda una tendencia. De hecho, cada vez es más frecuente encontrar este tipo de instalaciones en comunidades de vecinos y edificios.  Es lo que se comienza a llamar ‘electric-sharing’.

Según los últimos datos publicados por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el año 2019 fue el “mejor” para este tipo de energía. Tanto es así que se establecieron nuevos récord de capacidad instalada. Y entre todos los tipos de instalaciones, aquellas placas solares destinadas al autoconsumo de energía han logrado el incremento más destacado con más de 459 MW.

“Todas las formas de autoconsumo están creciendo gracias a varios factores. Por un lado, el abaratamiento de la tecnología, que ha reducido los costes hasta en un 95% sus precios en los últimos 10 años”, detallan a Eltiempo.es desde UNEF.  

Impulso a la energía comunitaria

No obstante, aunque tanto el autoconsumo individual como el colectivo son una tendencia al alza, aún hay mucho trabajo por hacer en materia de normativa y adecuación de la legislación y de las limitaciones existentes. En especial, a la hora de aprobar este tipo de instalaciones por parte de los miembros de una comunidad. 

“En España es imprescindible que impulsemos el autoconsumo colectivo: casi el 70% de la población según EUROSTAT vive en edificios plurifamiliares, el doble frente a países de nuestro entorno como los Países Bajo”, estiman desde esta entidad. 

Las placas solares destinadas al autoconsumo de energía han logrado el incremento más destacado durante 2010

Estos datos son el reflejo de una tendencia al alza en todo el país desde la aprobación del Real Decreto que regula el autoconsumo con medidas como la remuneración de excedentes, las instalaciones colectivas y el autoconsumo a través de la red ya instalada. 

“Cada vez hay más opciones disponibles para que una comunidad de vecinos, por ejemplo, instalen esta tecnología que se amortiza rápido y ofrece una energía muy barata y sin emisiones. La ciudadanía cada vez está más concienciada y quiere contribuir en la medida de sus posibilidades”, explican desde esta entidad. 

Inversión y rentabilidad del autoconsumo de energía

Tal es la  tendencia que el pasado verano, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico abrió una consulta pública para la elaboración de la Estrategia Nacional de Autoconsumo. Un plan que marcará las líneas de actuación con respecto a la promoción de un autoconsumo renovable, situando al ciudadano en el centro del sistema energético, y activar su uso como herramienta clave en la lucha contra la pobreza energética.

Además, hay que tener en cuenta que este tipo de instalaciones, especialmente las basadas en la energía fotovoltaica – la más común en las comunidades de vecinos-, aportan múltiples beneficios económicos y medioambientales.

“Con una instalación fotovoltaica los vecinos ahorran dinero desde el primer día de instalación. Es una inversión que se amortiza, en un escenario sin ayudas, en unos 8-10 años, disminuyendo el recibo de la luz en aproximadamente un 40%”, estiman desde la UNEF.