¿Pesa más el hielo que la nieve?

Explicamos cómo se forma la nieve y qué pasa al convertirse en hielo.

Maddalen Iza

Maddalen Iza

Después de la gran nevada vivida en el interior peninsular llega una severa ola de frío. Las frías temperaturas que se alcanzarán pueden convertir en hielo la nieve aún acumulada en las calles, terrazas y alféizares de ventanas. Debemos retirar la nieve antes que pase a helarse, pero no es porque el hielo pese más que la nieve.

¿Cómo se forma la nieve?

La nieve se forma al sublimarse el vapor de agua de las nubes, esto significa que pasa de un estado gaseoso, vapor de agua, al sólido sin pasar por el estado líquido. Los cristales de hielo chocan entre sí dentro de la nube, hasta formarse un copo de nieve que cae por su propio peso. Si las temperaturas desde la base de la nube hasta el suelo son inferiores a cero los copos de nieve nos llegaran como tal.

Transformación de nieve a hielo

Después de que la nieve haya caído en la superficie se producen distintos procesos que trabajan juntos para transformar la nieve en hielo. Por un lado se produce el asentamiento de la nieve. En este proceso los cristales de nieve se asientan y la nieve se va empaquetando.

Al mismo tiempo, debido a los procesos termodinámicos que buscan minimizar la energía, los cristales van perdiendo su forma original y se van redondeando, cuanto más redondos más estables serán. Por último, los cristales de hielo se van encajando entre sí, disminuye la porosidad y la capa, formada por granos de hielo, se comprime hasta convertirse en sólida.

¿Qué pesa más, el hielo o la nieve?

En este paso de nieve a hielo aumenta la densidad, no el peso. La masa del agua en un estado u otro sigue siendo la misma, pero ha variado el volumen, que ha disminuido al compactarse la capa de nieve inicial. A misma masa pero menor volumen aumenta la densidad.

En condiciones en calma la nieve tiene una densidad de 100 kilogramos por metro cúbico. El hielo glaciar puede alcanzar densidades superiores a los 800 kilogramos por metro cúbico.

Por tanto, sí, debemos eliminar la nieve de nuestras ventanas y terrazas, pero por la carga acumulada que estas están soportando.