2021 ha sido un año de récords por los incendios forestales

El 2021 ha sido un año especialmente activo en cuanto a incendios forestales y emisiones de gases se refiere en algunas regiones del planeta. Estos son los datos.

Mario Picazo

Mario Picazo

El 2021 ha sido otro año de devastadores incendios, no solo porque han arrasado millones de hectáreas de bosque, matorrales, y estructuras varias, sino porque también han inyectado a la atmósfera cantidades récord de dióxido de carbono. 

El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), ha seguido de cerca el impacto de esos incendios utilizando observaciones satelitales de todos los incendios activos. El CAMS estima la cantidad de contaminantes que se emiten casi en tiempo real y predice el impacto que tienen en la concentración global de gases y en la calidad del aire.

Este 2021 las condiciones atmosféricas han sido especialmente propensas para que se produzcan incendios de grandes dimensiones.

Los incendios forestales a nivel global en 2021, han generado un total estimado de 1.760 megatoneladas de emisiones de carbono, lo que equivale a 6.450 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2).

Los incendios de 2021 han generado 6.450 megatoneladas de dióxido de carbono, un 148 por ciento más que las emisiones que generó la Unión Europea ese mismo año.

Las emisiones totales de CO2 que proceden de los combustibles fósiles en la Unión Europea en 2020 rondaron las 2.600 megatoneladas. Solo los incendios forestales de este 2021 han generado un 148 por ciento más que las emisiones totales de combustibles fósiles de la Unión Europea en 2020.

Según Mark Parrington, científico del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Mediano Plazo (ECMWF), la actividad de incendios forestales este año en algunas regiones del planeta, ha sido mucho mayor que la medida anteriormente por el CAMS.

Durante la recta final del año, se han registrado incendios forestales intensos y de larga duración en zonas muy extensas. Las condiciones atmosféricas más secas y cálidas en el clima cambiante que vivimos, han aumentado el riesgo de incendios de muchas superficies con vegetación.

Como consecuencia, ha habido varias regiones del mundo que han experimentado sus emisiones más elevadas este 2021. Un registro que llama la atención cuando se compara con el registro de incendios de el CAMS que se remonta a 2003. 

Las regiones que han vivido los incendios forestales más extremos, especialmente en el verano de 2021, se extienden por Siberia, América del Norte, el Mediterráneo oriental y central y el norte de África.

De los registros de el CAMS, destacan los siguientes datos sobre estas regiones:

Mediterráneo y Sub-continente Asiático

Un buen número de países del Mediterráneo oriental y central vivieron varios días de incendios forestales de alta intensidad entre julio y agosto. Como consecuencia se registraron altas concentraciones de partículas finas (conocidas como PM2.5) con el consiguiente deterioro de la calidad del aire. 

En estas regiones las condiciones particularmente secas y calurosas durante los meses de verano, proporcionaron el entorno ideal para que proliferarán los incendios forestales intensos y de larga duración. 

En 2021 los incendios forestales han generado más dióxido de carbono que durante muchos otros años de la década.

Turquía fue el país más afectado en julio, y los datos de el CAMS mostraron una intensidad de fuego diaria a un nivel muy alto, muy por encima del promedio de la región. Otros países también afectados por los devastadores incendios forestales fueron Grecia, Italia, Albania, Macedonia del Norte, Argelia y Túnez. 

En España, 2021 también se ha convertido en uno de los años más devastadores de la década en cuanto a incendios de 2021. De todos ellos, destaca el incendio de Navalacruz (Ávila) que el pasado verano arrasaba 21.300 hectáreas convirtiéndolo en el séptimo más destructivo del último cuarto de siglo. 

La quema de rastrojos de cultivos estacionales en Pakistán y el noroeste de la India se produce todos los años entre finales de septiembre y finales de noviembre. La mayoría de los incendios ocurridos en los estados de Punjab y Haryana durante ese periodo, estuvieron relacionados con esas actividades agrícolas provocando una gran cantidad de emisiones de gases y partículas. 

Siberia y América del Norte

El oeste de Siberia, alrededor de Omsk y Tyumen, también ha registrado un elevado número de incendios este 2021. Como consecuencia, las emisiones diarias de gases contaminantes han estado muy por encima de la media de años anteriores en el conjunto de datos de el CAMS para el periodo 2003-2021.

Otras regiones del este de Rusia, incluidas zonas del Círculo Polar Ártico, también experimentaron incendios, pero con emisiones inferiores a las registradas durante 2019 y 2020.

Emisiones de carbono durante el incendio de la República de Sakha comparado con otros años y la media de 2003-2020. Fuente: CAMS

En el oeste de América del Norte, los incendios de gran dimensión también han sido la nota dominante durante un período significativo, desde finales de junio hasta finales de agosto.

Las zonas más afectadas incluyen varias provincias de Canadá, así como California y los estados del noroeste del Pacífico en Estados Unidos.

Destaca el mayor incendio registrado en la historia del estado de California, apodado ¨Dixie Fire¨ por la carretera en la que comenzó. Este monstruoso incendio consiguió quemar más de 400.000 hectáreas, hasta que se consiguió contener en octubre.

En total, las emisiones totales de carbono derivadas de los incendios de Siberia y Norte América fueron de aproximadamente 83 megatoneladas.

El cambio climático no ayuda a la hora de mitigar la frecuencia de los incendios

Las altas temperaturas, los rayos severos, los vientos fuertes y otros fenómenos climáticos extremos crean las condiciones ideales para que los incendios forestales se están volviendo cada vez más comunes debido a los efectos del cambio climático. 

Con estas condiciones cada vez más frecuentes, es de vital importancia que la toma de decisiones se lleve a cabo utilizando las predicciones meteorológicas más actualizadas y precisas. Con ellas, se pueden tomar las medidas necesarias para proteger a la población del fuego y de la malísima calidad del aire que generan los incendios.