Volvamos al presente:
Después de recoger unas pocas cerezas para el camino y un buen desayuno compartido con Gladis y Joan comenzó otro día de bastante calor.
Según iba caminando me llamaron la atención unas cápsulas gigantescas de algo que a primera vista eran amapolas normales, pero al acercarme me di cuenta que tras las amapolas normales de la especie Papaver rhoeas había un campo de cultivo de unas preciosas amapolas blancas
con sus consiguientes cápsulas gigantes que creo que son P. somniferum o adormideras que tienen un uso farmacéutico. Tanto ese día como los siguientes tuve la oportunidad de ver más cultivos de dicha planta.
El camino pasa por los pueblos de Belorado y Tosantos donde también hay un albergue donde los hospitaleros son voluntarios y se paga la voluntad.
Finalmente en el pueblo de Villafranca Montes de Oca pare a recopilar alimentos para ese día y el siguiente pues por unos cuantos kilómetros no hay tiendas.
Me adentré en los Montes que Oca que en su momento eran un lugar arriesgado pero hoy solo ofrecen paz y sosiego. El inicio es un poco duro y empinado pero luego el camino es muy agradable por una pista rodeada de robles, enebros y brezos. Así como a mitad de camino había una furgoneta y unas sombrillas donde a cambio de la voluntad se podía comer o beber algo. Yo por mi parte repose un rato y tomé un zumo de naranja que me sentó muy bien
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Volvamos al presente: Después de recoger unas pocas cerezas para el camino y un buen desayuno compartido con Gladis y Joan comenzó otro día de bastante calor. Según iba caminando me llamaron la atención unas cápsulas gigantescas de algo que a primera vista eran amapolas normales, pero al acercarme me di cuenta que tras las amapolas normales de la especie Papaver rhoeas había un campo de cultivo de unas preciosas amapolas blancas
con sus consiguientes cápsulas gigantes que creo que son P. somniferum o adormideras que tienen un uso farmacéutico. Tanto ese día como los siguientes tuve la oportunidad de ver más cultivos de dicha planta. El camino pasa por los pueblos de Belorado y Tosantos donde también hay un albergue donde los hospitaleros son voluntarios y se paga la voluntad. Finalmente en el pueblo de Villafranca Montes de Oca pare a recopilar alimentos para ese día y el siguiente pues por unos cuantos kilómetros no hay tiendas. Me adentré en los Montes que Oca que en su momento eran un lugar arriesgado pero hoy solo ofrecen paz y sosiego. El inicio es un poco duro y empinado pero luego el camino es muy agradable por una pista rodeada de robles, enebros y brezos. Así como a mitad de camino había una furgoneta y unas sombrillas donde a cambio de la voluntad se podía comer o beber algo. Yo por mi parte repose un rato y tomé un zumo de naranja que me sentó muy bien