Perdemos el mes más lluvioso: diciembre se queda seco y sin frío

Desde aproximadamente la mitad de este diciembre de 2023, la estabilidad ha sido la tónica dominante en la mayor parte del territorio español. El protagonismo se ha repartido entre las nieblas y el sol, con heladas que han ganado extensión poco a poco. No obstante, esta estabilidad es una mala señal: la escasez de lluvias en diciembre ha alcanzado en la última década valores nunca antes medidos. Además de seco, en diciembre las temperaturas se han disparado desde los años 60.

Las temperaturas en diciembre son cada vez más elevadas

Para realizar este análisis se han obtenido los datos de temperatura para cada década, avanzando año a año. Es decir, los datos de temperatura para 1961-1970, 1961-1972, etc. Así hasta llegar a la década 2011-2020.

De acuerdo a los datos, la realidad es clara y contundente: las temperaturas medias han subido en España desde 1961-1970 hasta 2011-2020 de forma notable en el mes de diciembre. Las mayores subidas se concentran en el interior, el norte y el noreste de la península.

Como se puede apreciar, no hay ninguna estación de todas las disponibles que haya visto su temperatura media en diciembre reducida. La mayor subida se aprecia en La Molina, con un incremento de +4.1ºC. En el Puerto de Navacerrada también hay una subida acusada de +3.4ºC. En otros sitios, como Cuenca o Sevilla - Aeropuerto, el incremento ha sido de +2.7ºC y +2.1ºC, respectivamente.

No es una anomalía puntual

¿Podría ser esta subida un efecto puntual por comparar estos períodos? Para comprobarlo podemos analizar la evolución completa de una estación. Dado que hablamos de temperatura, el mejor caso será usar una estación fuera de ciudad y con una serie larga: Daroca.

Como se aprecia, las temperaturas medias más elevadas se han dado en los períodos decenales más recientes. Además, se observa cómo el ascenso térmico más acusado se ha dado desde el período 1961-1970. En la gráfica se incluyen además las décadas que incluyen 2021 y 2022. Se aprecia cómo los dos diciembres más recientes han disparado aún más la media.

Por otro lado, se puede ver cómo el incremento se ha dado en las temperaturas máximas.Su valor medio se ha disparado más de 2ºC respecto a la primera mitad del siglo pasado. En las mínimas no se aprecia variación, pero esto es esperable, ya que Daroca es una zona favorable para las inversiones térmicas, donde la estabilidad favorece la pérdida de calor nocturna. Esa misma estabilidad, no obstante, dispara las temperaturas por el día.

Este patrón se observa en amplísimas zonas de la península, con temperaturas que se han disparado durante los últimos 30 años y especialmente durante el día.

Diciembre ha sido muy seco muchos de los últimos 15 años

No es ningún secreto: diciembre es el mes más lluvioso del año en amplias zonas del país, especialmente del suroeste peninsular. No obstante, una realidad preocupante aflora en los últimos 15 años: hemos perdido ese mes más lluvioso. Para este análisis hemos seguido la misma metodología de usar períodos decenales con avance año a año empleada en temperaturas.

En el valle del Guadalquivir, el acumulado decenal ha descendido más de 400 mm de media. Esto es una cantidad muy importante, ya que implica que el mes más lluvioso del año apenas ha visto lluvia en la década 2011-2020. Sevilla - Aeropuerto, por ejemplo, en 1961-1970 acumuló 949 mm de lluvia en la suma de sus diciembres. 2011-2020 apenas ha acumulado 337mm, lo que implica un descenso de 612 mm.

Esto no es algo puntual, si analizamos la evolución año a año de los períodos decenales. Para la precipitación podemos usar cualquier estación, y en este caso vamos a emplear la estación de Molina de Aragón.

El mapa refleja la evolución del acumulado decenal. Dicho de otro modo: se suman las precipitaciones acumuladas de cada década (1961-1970 vs 2011-2020) y se calcula la diferencia. Como se refleja, el descenso es casi generalizado en España. Los mayores descensos, no obstante, se dan en el norte y, especialmente, en el sur.

Este municipio, ubicado en el extremo noreste de Guadalajara, es conocido por el frío. En cuanto a precipitaciones, no es un lugar con lluvias muy abundantes, pero diciembre estaba entre los 6 meses más lluviosos del año. Sin embargo, como se aprecia, desde 2001-2010 los acumulados decenales en diciembre han sido muy bajos.

El punto crítico se alcanzó en torno a la década 2006-2015, con apenas unos 150 mm acumulados entre esos 10 diciembres. Si comparamos con el siglo pasado, el descenso es claro y apreciable. También se ve cómo el 2022, con su diciembre tan húmedo, ha disparado la media decenal para el período 2013-2022. Aún así, sigue estando por debajo de lo que previamente era normal para este mes.

El noreste acusa de forma muy alarmante el descenso de precipitaciones

Este patrón de encadenar diciembre tras diciembre seco es incluso es más acusado en zonas del noreste. En Tortosa (Tarragona), por ejemplo, desde 2008-2017 los acumulados decenales no superan los 170mm. Lo habitual, en el siglo previo, era tener unos acumulados decenales de entre 350-400 mm.

Este período de diciembres secos es el más largo que ha registrado la estación, seguido por otro que se dio entre finales de los 70 e inicios de los 80.

Diciembre más cálido y seco podría explicarse por nuevos patrones atmosféricos

¿Por qué tanto diciembre seco? Estos cambios en temperatura y precipitación parecen tener su motivo en los cambios de patrones atmosféricos. Si bien hace falta un estudio meticuloso, los datos parecen indicar que hay cambios notables en variables atmosféricas.

La altitud a la que nos encontramos 500 hPa de presión, por ejemplo, se ha disparado en las últimas décadas, lo cual indica un incremento de la estabilidad atmosférica. También se aprecia una subida evidente de las temperaturas a 850 hPa (unos 1500 metros de altitud).

De hecho, se aprecia claramente cómo la temperatura media de las máximas sigue una relación directa con la altitud geopotencial a 500 hPa. Correlación no implica causalidad (el r² es de 0.81 en este caso), pero es evidente que la mayor estabilidad repercute de forma clara en la subida de temperaturas.