¿Gusanos zombies? Reviven un gusano congelado del permafrost siberiano

Data de finales del Pleistoceno, hace entre 45.839 y 47.769 años.

Mar Gómez

Mar Gómez

Los científicos han logrado revivir una especie de gusano de 46.000 años de antigüedad que se ha encontrado congelada en el permafrost siberiano.

Los hallazgos, publicados en la revista PLOS Genetics, detallaron que estas criaturas «han desarrollado la capacidad de entrar en un estado de metabolismo suspendido llamado criptobiosis cuando las condiciones ambientales son desfavorables». Algo que les permite «suspender la vida a través de escalas de tiempo geológicas».

gusano permafrost
Fuente imagen: Alexei V. Tchesunov y Anastasia Shatilovich del Instituto de Problemas Fisicoquímicos y Biológicos en la Ciencia del Suelo

El permafrost es un tipo de suelo o subsuelo que se encuentra permanentemente congelado a lo largo de largos períodos de tiempo. Generalmente durante al menos dos años consecutivos. 

Está compuesto por tierra, rocas, sedimentos y hielo. Se encuentra, principalmente, en regiones frías del mundo como las zonas árticas y subárticas, así como en algunas áreas de alta montaña. Se estima que cubre aproximadamente el 24% de la superficie terrestre del hemisferio norte, especialmente en Rusia, Canadá, Alaska y el norte de China.

Pues bien, un reciente trabajo afirma que han logrado revivir un nematodo congelado en el permafrost que estaba en estado latente desde hace 46.000 años. Se encontró a 40 metros de profundidad en el permafrost a orillas del río Kolyma, en el noreste de Siberia. Este hallazgo se realizó en 2018 pero se había estimado que los nematodos tenían algunos miles de años menos.

Ahora se ha logrado revivir uno de ellos, que data de finales del Pleistoceno, hace entre 45.839 y 47.769 años. Además, los investigadores determinaron que pertenece a una especie no descrita anteriormente, Panagrolaimus kolymaensis.

El gusano sobrevivió a través de un proceso llamado criptobiosis, que le permitió reducir sustancialmente su metabolismo y no requerir agua ni oxígeno.

Otros hallazgos en el permafrost

En el año 2018, un hombre que paseaba cerca de un río en la republica de Sajá-Yakutia se encontró con algo alucinante. Una cabeza de lobo gigante de 40 cm de largo que databa de hace unos 40.000 años. Se trató del descubrimiento único de los primeros restos de un lobo del Pleistoceno completamente desarrollado.

Nunca antes se había encontrado una especie con la cabeza tan grande ni mucho menos tan bien conservada. Tenía el pelaje, los colmillos, la piel e incluso el cerebro intacto. Se consideró que podría ser un 25% más grande que los lobos de hoy en día, cuya cabeza mide entre 23 y 28 cm.

La gran ventaja de este hallazgo es que se puede comparar su ADN con el de los lobos modernos. Con ello, se puede comprender mejor la evolución de su especie, además de reconstruir su apariencia.

Otro hallazgo fue el de un potro congelado de hace 42.000 años. Este ejemplar tenía, incluso, sangre líquida en sus venas y fue encontrado en ese mismo año. Conservaba piel y cabello e incluso orina en su vejiga.

También se encontró en 2017 un cachorro de león de las cavernas perfectamente congelado. Se calcula que vivió hace 50.000 años (en la época en la que vivían los mamuts) y lo localizaron a unos 10 metros de profundidad en el permafrost de Yakutia.