Los «motores» de los incendios forestales: causas y factores de propagación

La propagación y dimensiones de los incendios forestales dependen de factores como la falta de lluvias, temperaturas altas, vientos, negligencias e imprudencias y falta de gestión forestal

Redacción

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Los incendios forestales son episodios complejos y multifactoriales. Cada año, arrasan miles de hectáreas en España, tanto de bosques como de cultivos. Al ser episodios que afectan de manera generalizada a la población, siempre surgen las mismas cuestiones, dudas y preguntas en torno a ellos.

¿Cómo y por qué se originan? ¿Son de origen natural o está el ser humano detrás de ellos? Antes de explicarlos en detalle, cabe destacar que, tras la gravedad de estos, existen múltiples factores. Es decir, nunca hay una sola causa detrás de ellos. 

Todo lo contrario, el origen, propagación y dimensión de un incendio forestal depende de muchos factores. Por ejemplo: las condiciones ambientales, las precipitaciones o el estado de la vegetación. 

Así mismo, los incendios tienen otros “motores” que contribuyen de forma directa a su origen, propagación y virulencia. La falta de lluvias, temperaturas altas o las rachas de viento fuertes suelen ser los más nombrados.

Sin embargo, no todo son fenómenos meteorológicos lo que influye en los incendios forestales. También tiene un peso fundamental el factor humano. Las negligencias, las imprudencias, la falta de recursos en la gestión forestal, el cambio de uso del suelo en el entorno natural o el abandono del medio rural.

«Ningún factor por sí solo produce incendios forestales. Más bien ocurren cuando se cruzan los umbrales de incendios como los encendidos, los combustibles y la sequía», explica un estudio del CSIC. 

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¿Cómo se produce los incendios forestales? Principales motores

Para que se produzca un incendio forestal es necesario que participen cuatro motores. La ignición, el combustible, la sequía y las condiciones meteorológicas apropiadas. Estos cuatro factores interaccionan entre sí y determinan, en gran medida, la gravedad y las dimensiones del incendio.

Un reciente estudio publicado por el CSIC explica que los grandes incendios se producen cuando se traspasan simultáneamente tres umbrales: el de las igniciones, el de la disponibilidad de combustible y el de la sequía.

Así, ante unas condiciones ambientales con vientos secos y altas temperaturas es más probable que se produzca un gran incendio forestal. Ambos factores son mucho más frecuentes actualmente debido al cambio climático. 

«Estas condiciones se han dado en diversas ocasiones en la Comunidad Valenciana, y es previsible que se amplifiquen en los próximos años a medida que el cambio climático avanza», aseguraba Juli G. Pausas, investigador del CSIC en el CIDE y coautor de este estudio junto a Jon Keeley, del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

Factores meteorológicos de los incendios forestales 

De todos estos “motores de los incendios”, las condiciones meteorológicas son el principal factor desencadenante de las llamas. El calor, la falta de lluvias y el viento secan la vegetación, convirtiéndola en un combustible mucho más fácil de arder. Además, los vientos actúan como aceleradores de las llamas en caso de incendio. 

Según este estudio del CSIC, el cambio climático (en forma de sequía y altas temperaturas) hace posible que se necesiten menos igniciones y menos combustible para provocar grandes incendios forestales.

«Es importante tener en cuenta que una ignición y unas condiciones meteorológicas propicias para los incendios no son suficientes para los grandes incendios; se necesita también biomasa extensa e inflamable», explica el investigador del CIDE. 

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¿Por qué se propaga un incendio forestal?

Cuando se origina un incendio, la propagación y avance de las llamas depende de manera directa del combustible que tenga disponible. De este modo, la vegetación en el entorno determina la virulencia de las llamas. 

Así, el tipo de vegetación, su grado de humedad, su estructura y densidad juegan un papel esencial en el incendio forestal. Por ejemplo, una masa forestal gestionada, ofrece menos combustible disponible para las llamas y más oportunidades a los responsables de la extinción del incendio. 

Por contra, un bosque sin gestionar y abandonado, es mucho más probable que arda de forma más rápida y virulenta. En este caso, el abandono del medio rural, la despoblación y la falta de actividad económica en el monte ha propiciado que los montes actuales están mucho menos gestionados que hace 40 años.

«Se requiere cierta continuidad del combustible para que se generen grandes incendios y en toda la cuenca mediterránea, esta continuidad se genera principalmente por el abandono rural, por la reducción de la agricultura y del pastoreo», sostiene Pausas.

Por otro lado, hay que recordar que otros factores como la topografía del terreno también pueden favorecer la propagación del fuego. 

Causas de los incendios forestales 

Se estima que más del 80% de los incendios forestales se producen por la acción humana. Principalmente por negligencias, imprudencias, accidentes o intencionalidad. 

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Fuente imagen: Miteco

Según las estadísticas que maneja el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico las causas principales la intencionalidad (provocan el 52% de los de los incendios incendios), las negligencias y los accidentes (generan el 28% de estos episodios). Las causas menos comunes son los rayos (el 4%), la reproducción de incendio (el 2%) y un otras cuyo origen es desconocido. (12%).

Los factores relacionados con el clima no explican toda la complejidad de los cambios en el régimen global de incendios, ya que los patrones de ignición alterados, como el comportamiento humano, y las estructuras de combustible, como el cambios en el uso de la tierra, son extremadamente importantes.

«Es importante reducir las igniciones en las zonas donde el viento tiene un papel preponderante en generar grandes incendios. En cambio, generar discontinuidades del combustible, los llamados mosaicos, es más relevante en los ecosistemas donde la sequía es clave para los incendios», revela Pausas. 

Así, los expertos abogan por reducir al mínimo la actividad humana cuando las condiciones meteorológicas sean muy favorables para la propagación de incendios forestales. De un modo similar al que se actúa en zonas limítrofes con volcanes activos o en zonas propensas a inundaciones.