Canarias usa mallas «atrapanieblas» para combatir la sequía

Los sistemas atrapaniebla capturan agua de la atmósfera en puntos estratégicos y la canalizan hasta una red de suministro.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

La falta de agua es un problema muy común en muchos puntos del planeta. La sequía y las escasas precipitaciones han obligado a idear sistemas que sean capaces de obtener agua de las maneras más ingeniosas y eficaces posibles. Y uno de los más eficientes son los atrapanieblas de las Islas Canarias, también denominados atrapanubes. Y es que, islas como Lanzarote o Fuerteventura son puntos de España donde cada gota es un tesoro.

Qué es un «atrapaniebla» y cómo funciona

Un sistema «atrapaniebla» consiste en una malla colocada de forma estratégica en un punto. Normalmente, estos puntos se encuentran zonas en el que la formación de nieblas, nubes bajas o altos niveles de humedad son habituales. Estas mallas se colocan de forma vertical, a modo de ‘pared’

Este es el aspecto de una malla «atrapaniebla» Fuente: Web Fundación Aquae.

De este modo, la acción del viento hace que la niebla traspase la malla y se humedezca. De tal manera que se forman gotas de agua. Así, por el efecto de la gravedad, el agua atrapada cae a un sistema de canalización hasta un depósito. 

Por qué se usan los «atrapanieblas» 

Estas mallas atrapanieblas pretenden aprovechar todo el agua posible en zonas en las que la falta de agua es importante. Suele utilizarse en zonas elevadas de las Islas Canarias. Se hace así para garantizar un suministro de agua para:

– Abastecer plantaciones de árboles.

– Repoblaciones.

– El mantenimiento de la humedad del suelo, un factor fundamental. 

Por ejemplo, entornos como el Morro Velosa y el Pico de la Zarza (Fuerteventura) son los enclaves con mayor altura sobre el nivel del mar. Por lo tanto, son zonas con altos niveles de humedad en los que se han instalado este tipo de mallas. 

Las precipitaciones anuales en Fuerteventura son muy bajas en el sur de Fuerteventura se recogen unos 98 l/m2. Fuente: Pixabay

Estas particularidades hacen que en este ecosistema único habiten especies endémicas para las que la falta de agua puede poner en riesgo su supervivencia. De ahí, la instalaciones de estas mallas captura nubes en estos puntos. 

En este sentido, desde hace unos años, se ha puesto en marcha el Proyecto Life Nieblas. Su objetivo es estudiar y poner a prueba innovadores sistema de captación de niebla. También se quiere evaluar la efectividad y beneficios derivados de estas prácticas en varios puntos de España. Tales como las Islas Canarias y Cataluña. Incluso también en otros países como Portugal.

Este tipo de prácticas y sistemas atrapanieblas son bastante comunes en otros puntos del planeta. Los entornos más desérticos de Chile, Israel, Perú y otros estados de Latinoamérica y África ya los tienen instalados desde hace décadas. No debemos obviar que son zonas que en un futuro sufrirán de una manera peligrosa las sequías generalizadas del siglo XXI. Lo usan para poder utilizar agua, no sólo para el riego y mantenimiento del suelo, sino incluso para el consumo humano. 

Otros sistemas para conseguir agua de la atmósfera

La aplicación de las mallas atrapaniebla han tenido una importante implantación por su buena relación eficacia/coste. Sin embargo, la captación de la humedad de la atmósfera, las nubes o las nieblas no es una idea novedosa. 

De hecho, a finales del siglo XIX y principios del XX ya se diseñaron infraestructuras denominadas pozos aéreos o condensadores. Estas construcciones tienen una forma y unas ‘ventanas’ que permiten la condensación de la humedad hasta convertirse en agua para después almacenarse. 

Los primeros pozos aéreos no requerían de ningún tipo de energía para funcionar. Pero, con los años, algunos ingenieros fueron mejorando la tecnología. Crearon así sistemas radiantes para capturar agua de la atmósfera mediante el contraste térmico o con nanotecnología aplicada a la construcción de dispositivos de almacenaje.