Día de la Bicicleta: la mejor alternativa de transporte sostenible
El 3 de junio es el Día de la Bicicleta. Montar en bici es un ejercicio muy sano y la mejor alternativa de transporte sostenible.
María José Montesinos
Cada 3 de junio, el Día de la Bicicleta se celebra para recordar las ventajas de pedalear. La bicicleta es una forma de movilidad beneficiosa para la salud humana y la del medio ambiente.
Montar en bici es un ejercicio muy sano. Es, además, la mejor alternativa de transporte sostenible, ya que no produce contaminación ni emite gases de efecto invernadero.
Montar en bicicleta, el mejor ejercicio
La Organización Mundial de la Salud recomienda un ejercicio físico moderado de 30 minutos de duración al día. Es lo que puede llevar el desplazamiento en bicicleta hasta el trabajo o al lugar de estudio.
Al elegir la bici para esos trayectos ya se está logrando un gran beneficio para la salud.
Recientemente, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) lanzó una afirmación muy interesante. Las personas que acuden a la oficina en bicicleta tienen un 20% menos de riesgo de sufrir estrés que las que se desplazan en otros medios de transporte.
Otros estudios realizados en los Países Bajos afirman que el ciclismo reduce las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunas formas de cáncer.
La bicicleta reduce el riesgo de sufrir estrés, enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.
También para el medio ambiente la bicicleta es una opción ganadora. No contamina ni emite gases de efecto invernadero, por lo que es una gran herramienta en la lucha contra el cambio climático.
Además, las bicis reducen la polución acústica y liberan a las ciudades del dominio de los vehículos a motor.
Las emisiones del transporte urbano
El transporte urbano es actualmente la mayor fuente de emisiones de carbono por persona de todo el transporte en su conjunto. Por sí solo, supone un 23% de los gases de efecto invernadero (GEI) relacionados con la energía.
Los desplazamientos dentro de la ciudad son una parte importante del problema de contaminación y emisiones GEI que genera el transporte.
Y es que, no hay que olvidar que más de 50% de la población mundial vive en ciudades. No sólo esto, sino que se espera que para 2050 la población urbana alcance el 70%.
En el caso de España ya se ha llegado a ese umbral. Un 70% de la población de España vive en grandes áreas urbanas.
La Agencia Internacional de la Energía pronostica que las emisiones globales del transporte van a seguir creciendo si no lo evitamos.
Según la Agencia Internacional de la Energía, se prevé que las emisiones globales anuales del transporte urbano crezcan. Y lo harán a pesar de los avances tecnológicos y las mejoras en la eficiencia de los vehículos y los combustibles.
Los pronósticos apuntan además a que el 90% de este crecimiento en las emisiones del transporte urbano provenga de los viajes motorizados privados.
La bicicleta es el medio mecánico más eficiente para transformar la energía humana en movimiento. Mantiene puro el aire de nuestras ciudades y no produce gases de efecto invernadero.
En el sitio que ocupa un coche pueden aparcarse hasta 10 bicicletas.
No menos beneficioso es el espacio que libera en las calles, ya que en el sitio que ocupa un coche pueden aparcarse 10 bicis. En movimiento, el sitio ocupado por un automóvil es 28 veces el de una bicicleta.
Además de todo, se trata de un medio de transporte mucho más asequible económicamente que otros y accesible para todos. Con la llegada de las bicicletas eléctricas, pedalear se ha vuelto aún más fácil, incluso entre la gente mayor.
Las bicis no sufren atascos
Además, destaca por su comodidad ya que traslada al conductor de puerta a puerta. Por tanto, no hace perder tiempo en atascos o en buscar aparcamiento.
Un ciclista puede estar mucho más seguro al calcular el tiempo que le va a llevar un desplazamiento que un conductor de coche. Por eso la bicicleta se está imponiendo, incluso, para el reparto de mercancías ligeras.
Así, no es de extrañar que se vea cómo España está viviendo un auténtico ‘boom’ de la bicicleta. La industria ciclista nacional vendió en el año 2021 un 10,76 % más que en 2020. Esta conclusión es según los datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).
Más ventas y establecimientos de reparación y alquiler
En total, la producción del sector ciclista en España aumentó un 75,1%. Las ventas llegaron a la cifra récord de 2.887 millones de euros, mientras que la exportación creció un 50%.
La AMBE también ha destacado que se incrementaron los puntos de venta, reparación y alquiler de bicicletas. Llegando así a pasar de los 3.000 establecimientos en todo el país.
Veinte millones de españoles son usuarios de los dos pedales, según el último Barómetro de la Bicicleta
El último Barómetro de la Bicicleta, del año 2019, mostraba cómo el uso de la bicicleta había crecido 2 puntos por encima de 2017. Una cifra récord, ya que 20 millones de españoles usa la bicicleta.
Aumenta sobre todo en el camino al centro de estudios, con un 8,6%, aunque también crecían los desplazamientos al trabajo, un 2,2%.
Las responsables de este incremento eran sobre todo las mujeres, es el segmento que más ha crecido. Ya representan el 43% de los usuarios de bicicleta. Se ha extendido el uso de sistemas públicos de alquiler, que ya utilizan tres millones de españoles.
Los ciclistas relacionan el uso de la bicicleta con el medio ambiente.
En este estudio, realizado por la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB), se mostraba como los ciudadanos relacionan cada vez más este medio con el medio ambiente. Una percepción que en 2009 compartían el 36,5% de los encuestados y que en 2019 se había elevado al 46,3%.
Además, uno de cada cuatro ciclistas señalaba que, después de la salud, la principal ventaja de la bici son sus beneficios ambientales. Esta última faceta era la más defendida por las mujeres mientras que, entre los jóvenes, primaba sus virtudes de movilidad.
Bicicleta, buena para el medio ambiente
Las ventajas para el medio ambiente de la bicicleta se han estudiado desde diversos centros de investigación europeos. Estos han revelado que pasar del coche a la bicicleta ahorra 150 gramos de CO2 por kilómetro.
Dejar el coche y coger la bici evita la emisión de 150 gramos de CO2 por kilómetro.
Desplazarse en bicicleta también evita la emisión de otros gases de efecto invernadero. Por ejemplo, al cambiar el volante por el pedal cada kilómetro se dejan de lanzar a la atmósfera 0,2 gramos de dióxido de nitrógeno (NOx).
El dióxido de nitrógeno es un gas tóxico en parte responsable de esa nube contaminante que se forma en las ciudades. A esa nube, se le suele denominar ‘boina’. Además también elimina las emisiones de partículas cancerígenas.
Igualmente, la bicicleta evita otras molestias. Una encuesta realizada en ciudades holandesas registró que el ruido del tráfico suponía una molestia para el 30% de la población.
Una rebaja de esa contaminación acústica, al sustituir el tráfico rodado por el ciclista, podía suponer una reducción de hasta 3 decibelios de media.
Una diferencia perceptible para el oído humano, y más aún para el de la fauna, que también resulta muy perjudicada por la contaminación acústica.