Fenómenos meteorológicos extremos
A lo largo de la historia se conocen numerosas catástrofes asociadas a la meteorología, pero, en la actualidad, cada vez que tenemos un episodio de tiempo severo cabe preguntarse si su ocurrencia está relacionada o no con el cambio climático, ya que el cambio climático “lo cambia todo”.
¿Qué se considera como condiciones meteorológicas extremas?
La atmósfera está en constante evolución, proporcionando en cada instante una situación meteorológica. Hay ciertos eventos que se consideran extremos, ya que son poco habituales en un lugar puntual o época del año.
Estos extremos pueden referirse tanto al frío como al calor, a las intensas lluvias o a las sequías, a los fuertes vientos, huracanes, etc. y tienen asociado cierto grado de severidad, ya que tienen un impacto negativo sobre las zonas afectadas.
¿Cuál es su relación con el cambio climático?
Para definir el clima de una región se emplean largas series de datos meteorológicos, normalmente de más de 30 años. Las series contienen valores para las distintas variables meteorológicas (temperatura, precipitación…) comprendidos en un rango, siendo los valores intermedios los más habituales y los extremos los menos frecuentes.
El cambio climático no solo cambiará el clima medio de las regiones sino también sus extremos.
Como ejemplo, tenemos el calentamiento global. En este caso toda la distribución de temperatura se desplazará hacia valores más altos, lo cual implica que no solo la temperatura media será más alta, sino que habrá mayor frecuencia de lo que hoy en día consideramos temperaturas extremas.
Evidencias de tiempo extremo
Se han observado cambios en la intensidad y frecuencia de algunos eventos meteorológicos y climáticos extremos desde 1950, mientras el planeta aumentó su temperatura 0.5ºC (Fuente: IPCC).
A partir de distintos estudios de atribución al cambio climático para los distintos fenómenos, se observó un descenso de los episodios de frío extremo y un aumento de las temperaturas cálidas extremas.
A su vez, también se vio un mayor número de episodios de precipitaciones intensas en ciertas zonas. Por tanto, el cambio climático no afectará a todos los fenómenos extremos por igual, ni tampoco a todas las regiones.
Huracanes o ciclones tropicales
Desde los años 80 se ha producido un aumento de la intensidad, la frecuencia, la duración y el número de grandes huracanes (Categoría 4 o 5 en la escala de clasificación de huracanes) en el Atlántico Norte. El aumento de la intensidad se relaciona con el aumento de la temperatura superficial del mar en las zonas donde los huracanes se forman y por las que se desplazan (Fuente: National Climate Assessment).
Hay otros factores ambientales que influyen en el desarrollo y la intensificación de los huracanes, como la temperatura de las capas altas de la atmósfera, la humedad relativa y la cizalladura del viento (Fuente: NOAA).
Probablemente aumente la proporción global de ciclones tropicales que alcanzan niveles muy intensos y también es probable un incremento en el promedio de las intensidades de ciclones tropicales a nivel mundial, según indica el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) en sus últimos estudios.
Sequías y lluvias intensas
La sequía se produce principalmente cuando las precipitaciones son muy escasas durante un largo periodo de tiempo, lo que causa un desequilibrio hidrológico grave.
Estos eventos guardan relación con las riadas, ya que un periodo largo periodo de sequía puede ocasionar mayor aridez en el suelo, lo que conduce a un mayor impacto en caso de episodios de lluvia intensa.
Son muchas más las regiones en las que el número de eventos de precipitación intensa ha aumentado que en las que ha disminuido.
Episodios de altas temperaturas
Es muy probable que el número de días y noches fríos haya disminuido y el de días y noches cálidos haya aumentado a nivel global. En buena parte de Europa, Asia y Australia es probable que las olas de calor hayan aumentado su frecuencia.
Se espera que el número de días calurosos aumente en la mayoría de las regiones terrestres, especialmente en los trópicos. Además, las temperaturas extremas sufrirán un mayor calentamiento que la temperatura media a nivel global.
Los días de calor extremo en latitudes medias pueden suponer 4ºC más con un aumento medio de 2ºC a nivel global (IPCC).
Meteorología extrema en España
La región Mediterránea es de las más propensas a sufrir sequías. La sequía veraniega comenzará antes y durará más, de hecho, se espera un aumento de entre una a tres semanas de días secos hasta final de siglo (Fuente: Giannakopoulos et al., 2009).
Además es la que más sufre el impacto de los episodios de lluvias intensas en nuestro país. El calentamiento de la cuenca Mediterránea supone una mayor disponibilidad energética que favorece la severidad de estos fenómenos.
También los medicanes –ciclones formados en el Mediterráneo con ciertas similitudes a los huracanes– se verán afectados por el cambio climático.
Aunque serán menos frecuentes durante el otoño, serán más peligrosos, con mayor duración y mayores rachas de viento y precipitaciones asociadas, adquiriendo una estructura con características más tropicales (González?Alemán et al., 2019).
En cuanto a las temperaturas, el calentamiento en España se siente ya más en verano que en invierno y, junto a veranos más largos que hace unas décadas, también se observa que las olas de calor se concentran en los últimos años, destacando especialmente su duración.
También las noches tropicales son cada vez más habituales y el fenómeno isla de calor en las ciudades se ve amplificado en un contexto de cambio climático, según la Agencia Estatal de Meteorología.
Proyecciones futuras
Las proyecciones apuntan a un aumento de las temperaturas cálidas extremas en la mayor parte de las regiones habitadas, de la precipitación intensa en numerosas zonas y de la probabilidad de sequía y déficit de precipitación en algunas áreas.
En cuanto a los ciclones tropicales no se espera que sean más frecuentes a nivel global pero sí que podrían sean más intensos y peligrosos.