Las zonas verdes de las ciudades ayudan a reducir la criminalidad
Los espacios ajardinados y zonas verdes urbanas mejoran la calidad de vida y contribuyen a reducir la criminalidad.
Pablo Ramos
Las zonas verdes de las ciudades no sólo incrementan la calidad de vida y de aire de los ciudadanos. Estos espacios también ayudan a reducir la criminalidad. En los últimos años, varios estudios realizados por diferentes universidades y centros de investigación del mundo han demostrado esto. Hay una disminución de las faltas y delitos en las zonas verdes.
Uno de ellos, elaborado por la revista científica Environment and Behavior, ha concluido que las ciudades con más zonas verdes tienen menos tasas de criminalidad. Según los expertos, la presencia de plantas reduce los niveles de estrés, ansiedad e irritabilidad y aumenta el control de los impulsos.
Igualmente favorece que las personas adopten una energía positiva y mejor carácter, lo que haría las ciudades más seguras.
Mayor vida social en zonas verdes
Esta afirmación tiene su lógica. Y es que, hay que tener en cuenta que, un mayor número de zonas verdes lleva a los ciudadanos a pasar más tiempo al aire libre. Por tanto, los propios delincuentes se sentirían más cohibidos a la hora de perpetrar cualquier tipo de delito.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos que analizaron el caso se centraron en un suburbio de la ciudad de Chicago. Se trata de un barrio que se encuentra entre los 12 peores de Estados Unidos. Es una zona con mucha población en riesgo de exclusión y más de un 90% de paro.
También hablamos de una zona en la que se habían ido perdiendo poco a poco las áreas verdes y esto había derivado en una criminalidad muy alta.
Las zonas verdes favorecen la felicidad
Por su parte, otros estudios señalan que los árboles y los espacios naturales contribuyen de forma directa a incrementar la felicidad. En concreto, un trabajo realizado por la Universidad de Bogotá concluye que en barrios o bloques de pisos cercanos a estaciones, hoteles y edificios con un alto flujo de personas tenían un mayor número de hurtos.
Asimismo, dentro de esta investigación se analizó una correlación directa entre plantar árboles y un descenso de hurtos. Al plantar un 10% más de árboles en el entorno de un bloque de pisos o comunidad, se reducía en 1,34 el número de hurtos al trimestre.
Esta reducción se extendía incluso no solo al momento de plantar el árbol, sino hasta seis meses más tarde. Pero también bloques o zonas cercanas al lugar en el que se había aumentado el número de árboles tuvieron un ‘efecto llamada’ y redujeron el número de hurtos, en este caso en un 0,17%.
Revegetar propiedades para reducir la criminalidad
En esta línea, trabajos anteriores ya comprobaron que convertir zonas degradadas de las ciudades en espacios verdes evitaba asaltos. También dejaban de cometerse delitos de vandalismo y daños en propiedades, al ofrecer estos espacios una gran seguridad al ciudadano.
Es más, en el 10% de las propiedades en la que había vegetación fueron donde eran menores los ataques con armas y donde se reducía el vandalismo. Además, los vecinos aseguraban sentirse menos estresados.
«Existe evidencia de que las intervenciones ecológicas a nivel urbano reducen los delitos violentos, específicamente la violencia armada». Así lo explica Hessam Sadatsafavi, investigador y uno de los autores principales de este trabajo.
«El impacto positivo de la naturaleza local en el apoyo mutuo de los vecinos puede desalentar el crimen. Incluso en áreas con factores socioeconómicos más bajos». Esta es otra de las conclusiones de un informe elaborado por la Universidad de Cardiff.
Sin embargo, no todos los análisis o investigaciones han tenido como resultado datos positivos. Una investigación también realizada en 2001 en la ciudad de Washington DC, se estableció una relación negativa entre la vegetación y el número de robos. En este caso, de coches.
Así, se informaba de que, a más vegetación mayor, número de sustracción de vehículos. Y es que, los ladrones utilizaban estas zonas para evitar que la gente los viera.