Fotos

vienen a olvidarse de la ciudad que en mayor o menor medida, los rodea. Este parque, que estuvo amenazado por la codicia de un antiguo regidor municipal, que pretendía hacer sobre él setecientas viviendas, ahora goza de protección y la Diputación tiene abiertas más de 80, de sus algo más de 100 hectáreas. No es más que una pequeña parte del mayor robledal de la Península, que comienza en el oeste de Palencia y atraviesa casi todo León de este a oeste. La especie predominante es por mayoría aplastante el roble rebollo, aunque podremos encontrar algún ejemplar de quejigo, abedul, mostajo, encina…y pinos, principalmente el silvestre, seguido del Nigra. Es todo un lujo poder contar en las ciudades con lugares como estos, bosques autóctonos que estaban ahí mucho antes que nosotros, y que en este caso nos recuerdan que en León, la naturaleza manda, y mucho. Esta vez eso si, al contrario que la anterior, no vimos ningún corzo. Seguro que andaba más cauteloso, ahora que el follaje se ha desprendido de los árboles, tendrá que esperar hasta mayo, para poder esconderse entre las hojas. Con la tregua de la noche, que aunque descienda unos cuantos grados bajo cero, al menos la puerta estará cerrada, y por tanto, no estaremos allí para molestarlo.