Volvamos al presente:
Después de desayunar con el resto de los peregrinos y despedirme de Santiago el hospitalero comenzó la caminata del caluroso día (estábamos en plena ola de calor desde hacía varios días) .
Lo primero fue afrontar la subida al Teso de Mostelares donde en un kilómetro y 300 metros se supera un nivel de 140 metros, lo que conlleva un 11% de pendiente y así entre en la
llamada Tierra de Campos y continué caminando hasta encontrar la antigua parroquia de San Nicolás del que he hablado previamente y después el punte Fitero sobre el río Pisuerga donde se termina la provincia de Burgos y comienza la de Palencia.
El camino discurría entre una explanada de verdes, dorados y ocres. Antes de llegar a Boadilla del Cánimo me encontré con Marc de Barcelona al que hacía varios días que no veía, pero como iba muy deprisa y no iba a quedarse en Bromista, enseguida me dejo atrás. En Boadilla del Camino hay un interesante rollo jurisdiccional junto al templo de Nuestra Señora de la Asunción cuyo tejado estaba plagadito de nidos de cigüeña.
Poco después de salir de Boadilla el camino se acerca al Canal de Castilla y sigue paralelo hasta entrar en Fromista donde me encontré otra vez con Marc que estaba tomando un refresco con otro viejo conocido Daniel que ya se iba a casa.
Antes de llegar al albergue me pare para sacar un par de fotos a la iglesia románica de San Martín.
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Volvamos al presente: Después de desayunar con el resto de los peregrinos y despedirme de Santiago el hospitalero comenzó la caminata del caluroso día (estábamos en plena ola de calor desde hacía varios días) . Lo primero fue afrontar la subida al Teso de Mostelares donde en un kilómetro y 300 metros se supera un nivel de 140 metros, lo que conlleva un 11% de pendiente y así entre en la
llamada Tierra de Campos y continué caminando hasta encontrar la antigua parroquia de San Nicolás del que he hablado previamente y después el punte Fitero sobre el río Pisuerga donde se termina la provincia de Burgos y comienza la de Palencia. El camino discurría entre una explanada de verdes, dorados y ocres. Antes de llegar a Boadilla del Cánimo me encontré con Marc de Barcelona al que hacía varios días que no veía, pero como iba muy deprisa y no iba a quedarse en Bromista, enseguida me dejo atrás. En Boadilla del Camino hay un interesante rollo jurisdiccional junto al templo de Nuestra Señora de la Asunción cuyo tejado estaba plagadito de nidos de cigüeña. Poco después de salir de Boadilla el camino se acerca al Canal de Castilla y sigue paralelo hasta entrar en Fromista donde me encontré otra vez con Marc que estaba tomando un refresco con otro viejo conocido Daniel que ya se iba a casa. Antes de llegar al albergue me pare para sacar un par de fotos a la iglesia románica de San Martín.