¿Cómo se forman los huracanes?

Pasos y procesos en la formación de un huracán, uno de los fenómenos meteorológicos más peligrosos.

Irene Santa

Irene Santa

De todos los fenómenos de la naturaleza, los huracanes son, quizás, los más violentos y destructores. Es muy común que arrasen poblaciones y dejen centenares (sino miles) de fallecidos a su paso. Es por ello normal que la palabra huracán genere temor.

No es para menos, ya que pueden originar vientos de más de 300 kilómetros por hora, capaces de hacer volar y levantar una casa desde los cimientos. Ante el interés y miedo que levanta este fenómeno, resulta interesante responder a una pregunta tan común como cuáles son las causas e ingredientes necesarios para la formación de un huracán.

¿Cómo se forma este fenómeno natural tan arrasador?

Para que un huracán se inicie y tome forma se necesitan dos ingredientes principales: calor, por una parte, y humedad de los océanos tropicales por otra. Estos dos son los que les aportan energía.

Pero para que se terminen viendo imágenes de huracanes, como las que se acostumbran a ver en periódicos, televisiones o redes sociales, son necesarios cuatro elementos más.

– Una superficie del mar a una temperatura de al menos 27ºC.

– Inestabilidad con aire frío en altura y cálido en superficie.

– Poca variación en la dirección y velocidad del viento a distintas alturas

– Estar, al menos, a 500 kilómetros del Ecuador (para que la fuerza de Coriolis le haga girar).

Proceso de formación de los huracanes

El aire cálido y húmedo sobre los océanos es más ligero, pesa menos y se eleva. Al alejarse de la superficie queda allí menos aire y se forma una especie de agujero o zona de bajas presiones.

Esta diferencia de presión se compensa generando vientos hacia las presiones más bajas para rellenar el hueco y después el aire vuelve a subir. Al ascender se produce condensación y se forman nubes.

huracanes
Así se ve un huracán desde el espacio. Fuente imagen: NASA Earth Observatory

De este modo, el sistema gira y crece, alimentado por el calor del mar y el agua que se evapora de la superficie.

Cuando gana fuerza forma un ojo en el centro, allí la presión es muy baja y es el único lugar de calma dentro de un huracán. Si se está dentro del ojo, la calma no va a durar mucho, pues queda otra tanda de viento huracanado. Es por ello que lo mejor es no salir del refugio.