COP28: ¿qué están haciendo las empresas para reducir el impacto del aceite de palma?

La COP28 queda a la vuelta de la esquina y el debate sobre el uso del aceite de palma sigue candente. ¿Han actuado las empresas tras el acuerdo firmado hace dos años?

Juan Carlos Broncano

Juan Carlos Broncano

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tendrá su cita anual el próximo 30 de noviembre y se llevará a cabo hasta el 12 de diciembre. La COP28 reuniría a los principales líderes gubernamentales, activistas y representantes para abordar las principales preocupaciones en relación con el medio ambiente y la climatología.

Entre las cuestiones candentes, la problemática del aceite de palma es uno de los temas más debatidos, como hicieron patente en la COP26.

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Omnipresente en productos cotidianos (aceites y mantecas, biodiésel, jabones de lavar, chocolatería y confitería y un largo etcétera), el aceite de palma ha sido vinculado repetidamente con la deforestación, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero, ¿cuáles son las medidas que las empresas están llevando a cabo para reducir su uso? Eso es lo que trataremos de responder en este artículo.

¿Qué dice el pacto de la COP sobre reducir el uso del aceite de palma?

Con sus claros y sombras, el pacto alcanzado en la COP26 incluye compromisos para reducir la deforestación y el uso del aceite de palma. Los gobiernos de 28 naciones se comprometieron a acabar con la deforestación para la producción de alimentos de exportación.

A pesar de no ser legalmente vinculante, el documento final de la COP26 cita una «reducción progresiva» del uso del carbón, lo que implica un compromiso para reducir el uso de combustibles fósiles.

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Otro de los puntos clave incluye inversiones de miles de millones de dólares para proteger selvas y bosques, pero el escepticismo persiste debido a la falta de renovación de moratorias sobre el aceite de palma en países como Indonesia.

Aunque el acuerdo es considerado insuficiente por algunos, se espera que establezca una agenda global contra el cambio climático para la próxima década.

El resto de puntos tienen que ver con la adopción de medidas por parte de gobiernos y empresas para paliar económicamente los efectos del cambio climático y la duplicación de fondos destinados a países en desarrollo.

Esta promesa choca frontalmente con el hecho de que algunos de los principales patrocinadores de la COP26 producen más de 300 millones de toneladas de CO₂ al año.

¿Qué han hecho las empresas para deshacerse del aceite de palma?

La Mesa Redonda sobre El Aceite de Palma Sostenible une a las partes interesadas de la industria del aceite de palma y busca desarrollar e implementar estándares globales para el aceite de palma sostenible.

Según un informe de la organización ecologista WWF, la mayoría de grandes corporaciones están incumpliendo su compromiso de evitar la deforestación derivada del uso del aceite de palma en su cadena de suministro. La cuestión es, ¿se han llevado estas medidas a cabo?

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Afortunadamente, algunas de las principales productoras de alimentos han tomado medidas para reducir el uso del aceite de palma a través de políticas que limitan la compra de aceite de palma a proveedores cuya producción se realiza de manera sostenible, entre las que se incluyen Unilever, PepsiCo, Kellogg, Nestle y Mars.

En el caso de Nestlé, ha manifestado su compromiso con el abastecimiento de aceite de palma de origen responsable. En este sentido, la empresa ha expresado su intención de reducir la presión sobre los bosques y los ecosistemas sensibles al utilizar aceite de palma como ingrediente en varios productos.

También ha comunicado que ha rastreado más del 90% de su aceite de palma hasta el molino de origen y casi dos tercios al nivel de plantación. A esta iniciativa se le han sumado empresas como, Iceland Foods, una de las principales cadenas de supermercados británicas.

En concreto, la compañía hizo pública en 2018 la decisión de dejar de usar aceite de palma como ingrediente en todos sus alimentos de marca privada para finales de año. Otras empresas de menor calado también han comenzado a pronunciarse a este respecto. Pero no es oro todo lo que reluce.

Las palabras se las lleva el viento: promesas caídas en saco roto

O al menos así lo exponen los diferentes informes de organizaciones independientes. A pesar de que formar parte de la RSPO desde hace más de una década, empresas como Ikea, L’Oréal, Colgate-Palmolive, Hershey, Procter & Gamble, Kraft Heinz, Mondelez, Danone, Ferrero, Johnson & Johnson y PZ Cussons, han sido vinculadas a la deforestación a través de sus cadenas de suministro.

Fuente imagen: RSC de Nestlé

El informe de GreenPeace publicado en 2018, que incluye a Nestlé como una de las 25 empresas productoras de aceite de palma, asegura que la superficie total de deforestación supera las 130.000 hectáreas de bosque tropical desde finales de 2015.

El 40% de la deforestación se produjo en Papúa y expone la falta de compromiso de Wilmar International, el mayor comerciante de aceite de palma del mundo.

La promesa de la multinacional incluía romper sus vínculos con la destrucción de la selva, sin embargo, Wilmar todavía continúa suministrándose de aceite de palma procedente de empresas que están destruyendo bosques tropicales y robando tierras de las comunidades locales, como expone dicho informe.

Tampoco hemos encontrado demasiadas referencias a estas políticas en algunas de las empresas mencionadas anteriormente, como sí sucede con Nestlé.

¿Cuáles serán los acuerdos que se llevan a cabo en esta nueva edición de la COP? ¿Volverán a caer en saco roto las promesas de gobiernos y multinacionales en materia de conservación? Sólo el tiempo nos lo dirá.