El Sol alcanza su máximo en 2024: ¿serán las tormentas solares más fuertes?

Las previsiones apuntan a que, en este 2024, el Sol llegará a su máximo, por lo que las tormentas solares serán más frecuentes. La duda, sin embargo, es si serán más intensas que las que se han vivido en picos anteriores, cuando el Sol se ha mostrado más tranquilo…

El Sol entra en el máximo solar en 2024

Aunque el Sol puede parecer una estrella inalterable, desde hace siglos sabemos que experimenta ciclos en su actividad. Pasa por períodos de mayor actividad (caracterizados por una mayor cantidad de manchas solares y tormentas) y otros más tranquilos.

Al período tranquilo se le denomina mínimo solar. Es el momento en el que se pasa de un ciclo solar al siguiente y, en ocasiones, nos puede dejar estampas del Sol libre de manchas solares. El máximo solar, por contra, es el punto álgido.

Es el momento en el que podemos observar la mayor cantidad de manchas solares en la superficie de nuestra estrella. Esas manchas son las responsables de las tormentas solares que llegan a la Tierra y que pueden afectar a nuestro entorno.

VÍDEO: ¿QUÉ ES UNA TORMENTA SOLAR?

Aunque no se puede predecir con absoluta certeza cuándo se producirá el mínimo o el máximo solar, el estudio del estado del Sol permite hacerse una buena idea de cuándo debería suceder. A esto hay que sumarle que la duración del ciclo solar es de unos 11 años.

Actualmente, nos encontramos en el ciclo solar 25, que comenzó a finales de 2019, cuando el Sol entró en el mínimo solar. Las primeras previsiones, teniendo en cuenta esa fecha y la duración típica del ciclo solar, apuntaban a que el máximo solar se produciría en 2025.

Sin embargo, el aumento de actividad, y mayor presencia de manchas solares, observado en el Sol a lo largo de 2023 provocó que se tuviese que analizar de nuevo la estimación. Todo apunta a que 2024 será el año del máximo solar.

¿Qué supone entrar en el máximo solar?

El Sistema Solar tiene 4500 millones de años (igual que la Tierra). La vida en nuestro planeta está presente desde hace miles de millones de años. Esto es suficiente para que podamos sospechar que las tormentas solares no son peligrosas para la vida.

De hecho, esto es lo más importante que hay que mencionar. Las tormentas solares no suponen ningún tipo de amenaza para la vida en la Tierra. La acción, en realidad, se concentra en las capas altas de la atmósfera y en el campo magnético del planeta.

Algunas partículas del viento solar se ven atrapadas por el campo magnético terrestre y son enviadas a las capas altas de la atmósfera, en las regiones polares. Allí, dan lugar a la aparición de uno de los fenómenos más espectaculares: las auroras polares.

Las tormentas solares no suponen ningún tipo de amenaza para la vida en la Tierra.

Generalmente, la actividad auroral se concentra en las regiones polares, tanto en el hemisferio norte como el sur. Es un fenómeno que podemos observar a lo largo del año, pero que, al depender de la actividad solar, también muestra variaciones.

Cerca del máximo solar, las auroras son mucho más espectaculares y pueden producirse a mucha más distancia de lo habitual, siendo visible en latitudes más bajas de lo común. A finales de 2023, llegamos a observar auroras en la Península Ibérica.

Esto nos lleva a dos preguntas inevitables: ¿veremos auroras en España en 2024? Y, por otro lado, aunque la vida no se vea afectada, ¿las tormentas solares pueden provocar una situación peligrosa para nuestra civilización?

El temor a un nuevo «evento Carrington»

En 1859, una enorme tormenta solar afectó a la Tierra. En aquella época, la infraestructura eléctrica era muy básica. El telégrafo se estaba comenzando a extender, pero nuestra dependencia de la tecnología era mínima.

El evento Carrington, como se conoce a aquella tormenta solar, llegó a dejar auroras que fueron visibles en lugares tan poco habituales como España o Colombia. También provocó que ardiera la instalación eléctrica y que los operadores de telégrafos llegasen a sufrir descargas.

Lo cierto es que no hay nada que impida que se pueda repetir una tormenta de esas características. La pregunta, de hecho, es cuándo emitirá el Sol, de nuevo, una tormenta solar similar. Naturalmente, cerca del máximo solar es más probable que pueda suceder.

Aunque la posibilidad es pequeña, puede que en 2024 tengamos la oportunidad de ver auroras boreales desde el territorio español. En cuanto al impacto en la tecnología, las opiniones están más divididas, puesto que se ha avanzado mucho.

Desde hace años, se trabaja activamente en proteger la infraestructura eléctrica (y los satélites) para mitigar el impacto de una gran tormenta solar. En los peores escenarios, de repetirse algo similar al evento Carrington, se sugiere que podríamos quedarnos sin electricidad.

Esto sería un problema enorme. Nuestra sociedad depende de la tecnología para funcionar. Si bien es cierto que, por suerte, la frecuencia de tormentas solares como la que desató el evento Carrington es baja y, por tanto, no tiene por qué suceder…

Un máximo solar más activo o tranquilo

En realidad, lo cierto es que en los máximos solares anteriores, lo que se observó fue lo contrario. Cada máximo solar es diferente. En ocasiones, el Sol se muestra más activo en unos máximos solares, y más tranquilo en otros.

Es decir, la cantidad de manchas solares (y tormentas solares) no tiene por qué ser especialmente elevada. Sucedió así en los dos últimos máximos solares, donde el Sol se mostró algo más tranquilo de lo habitual, y podría ser una señal de una tendencia.

Podría significar que el Sol se está dirigiendo a un período más tranquilo, en el que los máximos solares tengan menos manchas solares. O, simplemente, puede ser parte de la variabilidad habitual de nuestra estrella y que en 2024 tengamos un máximo solar más activo.

La posibilidad de que haya una gran tormenta solar en este máximo solar (o el siguiente, o el posterior) siempre va a estar presente. Las buenas noticias son que, con los años, la monitorización del Sol ha mejorado notablemente.

Ahora, es posible saber con días de antelación si se producirá la llegada de una tormenta solar. Eso permite que se disponga de tiempo suficiente para tomar cualquier medida necesaria para reducir el impacto que pudiera tener en satélites o tendido eléctrico.

Por lo que, si se emitiese una tormenta solar que pudiese ser comparable al evento Carrington, esta vez sí estaremos en la posición de poder reaccionar de manera acorde. En cualquier caso, el máximo solar es parte de la actividad natural del Sol, y no es motivo de preocupación.