Lo nunca visto en el Polo Norte en febrero
Mientras Europa se congela esta semana, las temperaturas en el Polo Norte y zonas próximas alcanzan valores nunca vistos. Te explicamos las razones de tan insólita anomalía.
Mario Picazo
Esta semana, mientras Europa se congela, las temperaturas en el polo norte y zonas próximas superan el punto de congelación. No hay precedente alguno desde que hay registros en ese rincón de la tierra, de que se hayan medido temperaturas superiores a los 0oC. Tampoco debería extrañarnos, dada la tendencia que se viene observando en la región del ártico, donde año tras año los valores térmicos han ido en aumento debido sobre todo al aumento de las concentraciones de gases tipo efecto invernadero que potencian el calentamiento global.
Las condiciones atmosféricas necesarias para que se produzca una anomalía de tales dimensiones incluyen (1) flujo continuo de aire más cálido en superficie hacia el norte bordeando la costa oriental de Groenlandia impulsado por intensas borrascas (2) en niveles altos de la atmósfera, airé cálido invadiendo la estratosfera (3) el tapón de aire cálido en altura, junto con el calentamiento superficial, perforan el Vórtice Polar y disparan las temperaturas.
Las máximas que se han estado registrando estos días son más propias de mayo que de febrero. Esos valores tan elevados van ligados a una gran ondulación en la corriente de chorro sobre el Atlántico norte que ha favorecido el flujo de vientos de componente sur y la consiguiente llegada de aire más templado. No muy lejos del polo, la pequeña población de Cape Morris Jesup, la más septentrional de Groenlandia, registraba el 23 de febrero una temperatura de 6oC. Una barbaridad teniendo en cuenta que la media en febrero es de – 20oC.
Pero no solo han saltado las alarmas térmicas en estos dos puntos. En el mapa inferior, se ve claramente la anomalía súper positiva de entre 25 y 30oC que se extiende desde la costa noreste de Groenlandia pasando por el polo norte, hasta la costa norte de Rusia. Un gran agujero cálido en pleno invierno en una de las regiones más frías de la tierra.
Cada día estamos hablando de alguna nueva anomalía térmica, de algún deshielo repentino y de temperaturas récord, pero los datos registrados esta semana reflejan una dinámica atmosférica que NO estamos tan acostumbrados a ver y que parece ser de las que no tienen marcha tras. Aunque para muchos, esta situación no habitual pueda parecer un caso aislado, lo más probable, es que se trate de un buen ejemplo del tipo de situación meteorológica que experimentaremos con más frecuencia en un futuro no tan lejano.