Otro error de las cabañuelas: el invierno ha sido extremadamente cálido
Un año más, el invierno ha sido el «no invierno»: ha sido extremadamente cálido y la lluvia no ha sido generalizada.
Roberto Granda
Termina el invierno meteorológico 2023-2024, y los datos son muy claros: hemos tenido un invierno extremadamente cálido. El año pasado, la pseudociencia, con las cabañuelas como punta de lanza, vendía que el invierno sería de nieve y frío. La realidad, una vez más, se ha impuesto frente al folclore meteorológico: ni nivoso ni frío.
Un invierno marcado por el excesivo calor
El fenómeno más destacado de este invierno 2023-2024 han sido las anómalas temperaturas. En los 3 meses hemos registrado valores extremadamente altos, con numerosos récords por máxima mensual. En el conjunto de España, por tanto, el invierno fue extremadamente cálido.
El mapa de anomalías de las temperaturas es claro: no hay una sola región de España donde el invierno haya sido frío. Sevilla y Logroño son los dos sitios con menor anomalía, con +0.3ºC en ambas estaciones.
En el lado contrario encontramos un caso paradigmático: el Puerto de Navacerrada. Esta estación, situada a casi 1900 metros de altitud, ha tenido una temperatura media de 3.4ºC. Lo normal sería una media de +0.4ºC, por lo que la anomalía es de +3ºC.
Ciudades como Soria, Teruel, Murcia o Albacete, entre otras, han tenido anomalías de +2ºC o más. Aunque el calor fue generalizado, hay un patrón: las mayores anomalías se han dado en el este e interior este de la península, también en las islas Canarias.
El invierno más cálido desde que hay registros
Ha hecho mucho calor este invierno. Sin embargo, ¿cómo se compara con otros inviernos previos? Para responder a esta pregunta, podemos hacerlo de dos formas. La primera sería analizar, estación a estación, cual ha sido el invierno más cálido.
Los resultados, como se observa, son claros: el invierno de 2023-2024 ha sido el más cálido en varias estaciones desde que tienen registros. Especialmente reseñable es el caso de las islas Canarias, donde todas las islas han vivido el invierno más cálido desde que hay datos.
La otra opción es analizar el conjunto del país. Para ello, y para poder usar el mismo conjunto de estaciones empleado en el resto del análisis, se ha analizado el período 1990-2024.
Invierno a invierno, se han calculado las medias de temperatura y acumulados de lluvia de cada estación. Tras ello, se han calculado las medias nacionales para ambas variables, y con las mismas se ha obtenido la anomalía respecto a la media del período 1991-2020.
Sobre el gráfico: se puede hacer zoom y desplazarse usando las herramientas que salen en la esquina superior derecha
Se observa cómo el invierno 2023-2024 está casi empatado con los inviernos de 2019-2020 y 2015-2016. No obstante, es muy ligeramente superior al de 2016 (por 0.01ºC). Se aprecia, además, cómo, en el conjunto del país, las lluvias han estado alrededor de lo normal.
Un invierno variable en lo que a lluvias se refiere
Como hemos visto, en el conjunto nacional el invierno fue normal en lo que a lluvias se refiere. Sin embargo, ¿cómo fue estación a estación?
Las lluvias han sido más generosas en la vertiente atlántica. Esto es especialmente destacable en el norte de Cáceres, norte de Toledo y Galicia. En el resto del país no ha llovido tanto y el déficit ha sido mayor.
Si bien es cierto que muchos de estos déficits en la vertiente atlántica son escasos o negligibles (hablaríamos de márgenes de -15% respecto a lo normal, lo que entra en normalidad), la realidad es que en la vertiente mediterránea no ha llovido.
Los datos de Málaga, por ejemplo, son contundentes: sólo ha llovido un 26% de lo que sería normal. La sequía también ha estado presente en las islas Canarias, donde los acumulados han llegado a ser de hasta el -90% respecto a lo normal.