Lesiones por accidentes «tontos» más frecuentes con la lluvia y cómo evitarlos

La relación entre la lluvia y los accidentes «tontos» es muy estrecha y se basa en el hecho de que las condiciones climáticas adversas, como la lluvia, pueden aumentar el riesgo de sufrir ciertos tipos de accidentes. Contratiempos que podrían considerarse evitables o evitar que cometamos errores que nos lleven a sufrir accidentes.

Lamentablemente, el número de fallecimientos registrados por caídas accidentales en España en el año 2021 fue de aproximadamente 3.670 personas. Esto ha supuesto un incremento de 50 muertes con respecto al año 2020.

Aunque algunos de estos accidentes son simplemente fortuitos, otros muchos son el resultado de causas clave, como la lluvia. Especialmente si hablamos de accidentes de tráfico.

El clima y los factores temporales tienen impactos diferentes en la incidencia de accidentes relacionados con el tráfico y las caídas. Tomar medidas desde varios enfoques preventivos puede reducir el riesgo de caídas. Y, por lo tanto, de tener este tipo de accidentes que pueden llegar a ser mortales.

¿Cuál es la relación entre la lluvia y los accidentes?

Las condiciones climáticas adversas, como la lluvia, pueden aumentar el riesgo de sufrir ciertos tipos de accidentes que podrían considerarse evitables o evitar que cometamos errores que nos lleven a sufrir accidentes.

La lluvia puede hacer que las superficies se vuelvan resbaladizas, lo que aumenta la probabilidad de resbalones y caídas. Además, la lluvia puede dificultar la visibilidad y afectar la capacidad de frenado de los vehículos, lo que incrementa las posibilidades de accidentes de tráfico.

También existe el riesgo de que objetos se vuelvan más resbaladizos o se desprendan, lo que puede causar lesiones por golpes o caídas.

Principales causas de caídas y lesiones por la lluvia

La mayoría de los «resbalones» ocurren cuando los suelos están mojados. Las causas más comunes de este tipo lesiones incluyen:

– Las superficies resbaladizas como pisos de baldosas, aceras o escalones.

– El calzado poco apropiado por falta de tracción, que implica que las suelas sean lisas o estén gastadas. No proporciona buena estabilidad en superficies mojadas y provoca dificultades para mantener el equilibrio.

– La acumulación de agua en el suelo o lo que conocemos por «charcos».

– La ausencia de señalización o advertencia adecuada de zonas mojadas o resbaladizas.

– Los objetos sueltos que nos podemos encontrar como ramas, hojas, cables, etc. Falta de visibilidad del pavimento por la lluvia, podemos tener riesgo de caída porque no se observa adecuadamente el suelo pudiendo tener zonas desniveladas.

¿Qué podemos hacer para evitar este tipo de caídas?

Para evitar «resbalones» y caídas en superficies mojadas debido a la lluvia, es importante tomar algunas precauciones como:

– Utilizar zapatos o botas con suela antideslizante para mejorar la tracción y reducir el riesgo de resbalones.

– Reducir la velocidad al caminar sobre superficies mojadas, manteniendo pasos cortos y firmes. Evitar movimientos bruscos o correr.

– Buscar caminos con mayor seguridad, como aceras o pasos de peatones elevados, que tienden a estar menos resbaladizos.

– Utilizar pasamanos o barandillas: Si hay disponibles, agarrarse a pasamanos o barandillas para mayor estabilidad al subir o bajar escaleras o pendientes.

– Evitar caminar sobre charcos grandes, hojas mojadas, baldosas sueltas u otras superficies que puedan ser resbaladizas.

– Evitar llevar objetos que puedan hacer que perdamos el equilibrio, como bolsas pesadas o paraguas abiertos.

– Prestar atención a las señales de advertencia de piso mojado o resbaladizo, y seguir las instrucciones proporcionadas.

– En caso de poca luz, utilizar linternas o buscar áreas bien iluminadas para una mejor visibilidad de las superficies y posibles obstáculos.

Impacto de la lluvia en los accidentes de tráfico

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha señalado que la probabilidad de verse involucrado en un accidente aumenta en un 70% durante condiciones de lluvia. Mientras que la media diaria de siniestros se incrementa un 7,4% cuando llueve.

Cuando la superficie del asfalto está mojada, la capacidad de agarre de los neumáticos disminuye, lo que implica que se necesita más distancia para detener el vehículo.

Al conducir bajo la lluvia, es recomendable utilizar las luces de cruce, aumentar la velocidad del limpiaparabrisas al adelantar, mantener una distancia de seguridad mayor y encender la calefacción para evitar el empañamiento de los cristales.

Además, antes de iniciar el viaje, es importante verificar que los neumáticos estén en buen estado, especialmente revisando el desgaste de las ranuras principales de la banda de rodadura.

Si se produce aquaplaning, que ocurre cuando los neumáticos no pueden desalojar el agua del firme debido al desgaste, baja presión o velocidad excesiva, se recomienda agarrar el volante firmemente, no frenar bruscamente y, una vez se recupere la adherencia, corregir suavemente la trayectoria del vehículo.