¿Qué alimentos subirán en Navidad por la sequía?

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La escasez de lluvias, la bajada de producción y el aumento de la demanda subirán los precios de los productos de la huerta y de las carnes de ovino y cerdo.

Tras el Black Friday, diciembre comienza con el inicio de la campaña de Navidad. Una época en la que tradicionalmente el aumento de la demanda dispara los precios de los bienes de consumo. Este año además, se suma la grave sequía, que encarecerá un poco más si cabe, alimentos como frutas, verduras, hortalizas y carnes procedentes de explotaciones ganaderas por la falta de lluvias.

Según recoge el Instituto Nacional de Estadística INE, el IPC anual de los alimentos se ha situado en un 2,3%, más de un punto por encima de septiembre, como consecuencia de la subida de los precios de las frutas y verduras, frente a la estabilidad registrada en octubre del año pasado.

Los datos consultados indican que los productos que más han incrementado su precio respecto al mismo mes del año anterior son los alimentos sin elaboración, la carne de ovino y porcino, los aceites y frutas, legumbres y hortalizas frescas con subidas de entre el 4 y el 10%.

En una cesta de la compra de Navidad en un año habitual, los productos que más encarecen su precio suelen ser el marisco y los pescados, el cordero, en menor medida otras carnes como pueden ser determinadas carnes de vacuno o carnes de caza aunque también puede incrementarse el precio de hortalizas, como la lombarda y frutas como las uvas.

Caída de la producción de aceite y vino

Para la campaña 2017 – 2018, se espera una caída de la producción de la aceituna del 7,7% por debajo de la media de las últimas cinco campañas y un 15% respecto al año pasado, según el primer aforo del Olivar en Andalucía celebrado el pasado mes de octubre.

Tal y como indican desde la Junta de Andalucía, esta bajada responde, sobre todo, a las elevadas temperaturas registradas desde la primavera y a la escasez de lluvias.

Una situación similar ocurre con la uva. Una vez acabada la vendimia, se considera que la producción de vino caerá más de un 7%, con un total de 37 millones de hectolitros.

“Debido a la ola de calor y teniendo en cuenta que desde mayo la pluviometría en Castilla-La Mancha ha sido prácticamente inexistente hasta finales de septiembre, la situación productiva en las viñas de secano es muy previsible que descienda considerablemente debido a este estrés hídrico acumulado en todo el periodo”, señalan desde las cooperativas agroalimentarias de Castilla La Mancha.

Los agricultores, los más afectados

“Todos los cultivos hortícolas se ven afectados como consecuencia de la reducción de agua de riego, en algunos casos, los ganaderos están llevando agua en cisternas a las explotaciones, con el sobrecoste que esto supone para el ganadero”, señalan desde la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores ASAJA.

Desde la organización recalcan además que en las superficies de cultivo intensivo, como los invernaderos, si de antemano se conocen las restricciones en la dotación de agua, las superficies de siembra disminuyen.

“Siempre que hay una reducción de la oferta, el precio sube para el consumidor. Sin embargo, esto no significa que al productor se le pague también más”, explican desde ASAJA para manifestar la situación del sector agrario.