Marcas Responsables Talks: Ecovidrio o cómo liderar el reciclaje del material «eterno»

Ecovidrio nos abre las puertas de su planta de Guadalajara para comprobar en primera línea cómo funciona la cadena «sin fin» del reciclaje del vidrio.

Cristina Herrera

Cristina Herrera

A la Planta de Tratamiento de Vidrio de Calcín Ibérico, ubicada en Quer, Guadalajara, va a parar absolutamente todo el vidrio que se recicla en la Comunidad de Madrid y termina en el contenedor verde. En cifras hablamos de que solo esta planta recupera y selecciona hasta 25 toneladas a la hora de vidrio.

El ‘corazón’ de esta planta no para: funciona 24 horas al día sin parar, y su pulso es constante. El trasiego de los grandes camiones, que llegan y descargan masas y masas de vidrio procedente de botellas, botellines o envases, no cesa. El resto, es un ‘viaje’ de cintas y maquinaria, por el que el vídeo usado y reciclado se vuelve a convertir en un material listo para reutilizar.

Ecovidrio, entidad sin ánimo de lucro dedicada a gestionar la recogida selectiva de residuos de envases de vidrio en España, nos abre las puertas de este almacén para comprobar en primera línea cómo, por ejemplo, el casco usado de un botellín de cerveza reciclado termina convirtiéndose en otra botella nueva con las mismas propiedades. Un claro ejemplo de economía circular en un ciclo de vida completamente sostenible.

El vidrio: el material que se recicla eternamente. ¿Por qué?

«El vidrio es uno de los pocos materiales que se puede reciclar de manera infinita, y esto se debe a sus propiedades únicas», nos cuenta Ricardo Sevilla, gerente de la planta de Ecovidrio de Quer. A diferencia de otros materiales, como el plástico o el papel, el vidrio no se degrada durante el proceso de reciclaje. Esto significa que puede ser reciclado una y otra vez sin perder calidad ni pureza.

El proceso de reciclaje del vidrio, paso a paso

¿A dónde va a parar el vidrio que dejamos en el contenedor verde? ¿Es verdad que se recicla por completo? ¿Termina todo en un mismo vertedero como a veces se oye? Hay que dejar claro que cuando el vidrio se deposita en un contenedor verde, los ciudadanos activan la cadena de reciclaje. De cumplir con esta precepto se encarga precisamente Ecovidrio.

Es en ese momento cuando el vidrio usado inicia un viaje que lo convertirá en un nuevo envase. Primero, será recogido por un camión, que descargará todo el contenido de los contenedores verdes en las plantas de tratamiento.

A diferencia de otros materiales, como el plástico o el papel, el vidrio no se degrada durante el proceso de reciclaje

Allí se separa el vidrio de otros materiales que pudieran haberse «colado» equivocadamente en el contenedor. Se hace todo un proceso, a través de distintas maquinarias y triajes manuales, de «limpieza» y «criba» del vidrio usado. Todo, sin usar ni agua ni productos químicos, lo que suma sostenibilidad al proceso.

Después, se tritura. Envases, botellines, botellas… se convierten en pequeños trocitos de vidrio, llamados calcín. Por último, estos cachitos se separa por colores y tamaños gracias a máquinas ópticas. Tras este proceso, el calcín está listo para ser utilizado en las plantas de fabricación de nuevos envases de vidrio.

Imagen del calcín, vidrio triturado listo para ser reutilizado en nuevos envases, tarros botellas o botellines.

Del calcín a un nuevo envase de vidrio

El calcín, junto al resto de materias primas, se funde a altas temperaturas (unos 1.550ºC) para crear nuevo vidrio. Durante este proceso, se eliminan impurezas y se agregan los ingredientes necesarios para obtener las características deseadas del nuevo vidrio, como su color y resistencia. Es lo que hacen, por ejemplo, en la Fábrica de envases de vidrio de VERALLIA, en Azuqueca de Henares, Guadalajara, en donde fabrican una media de 500 tarros por minuto.

Una vez que se forma el nuevo vidrio, puede ser moldeado y utilizado para «dar vida» a nuevas botellas, tarros, envases y una amplia variedad de productos de vidrio… con exactamente las mismas propiedades que el original. Un círculo sostenible perfecto.

El vidrio se funde a 1550ºC para crear los envases nuevos en moldes

«El ciclo de vida del vidrio reciclado es verdaderamente circular y un gran ejemplo de sostenibilidad», cuenta Sevilla.

Y lo mejor de todo: este proceso (recolección, reciclado, reutilización) no tiene límites, ya que el vidrio es el único material que se puede reciclar eternamente.

Al reciclar vidrio, reducimos la necesidad de extraer y procesar nuevas materias primas (arena, carbonato de sodio o caliza). Esto se traduce inmediatamente en una disminución de la huella de carbono. «Con este proceso evitamos la emisión a la atmósfera de 587.432 toneladas de CO2, equivalente a dar la vuelta al mundo en avión por el ecuador de la Tierra 149 veces», informa Sevilla.

Así que, la próxima vez que coloques una botella de vidrio en el contenedor de reciclaje, recuerda que estás contribuyendo a un ciclo de vida continuo y a la preservación del medio ambiente.

El reciclaje del vidrio es un ejemplo de aplicación de la economía circular

Lo que debes tirar y lo que no en el contenedor verde

Para que todo este proceso circular funciones el primer paso es separar bien el vidrio del resto de residuos y tirar en el contenedor verde solo los envases compuestos de este material

¿Qué va en el contenedor verde?

  • Tarros
  • Frascos
  • Botellas
  • Botellines

¿Qué no hay que tirar en el contenedor verde?

  • Ventanas
  • Espejos
  • Vasos
  • Bombillas
  • Cerámica
  • Vitrocerámicas
  • Tapas y tapones de los envases

Algunos datos sobre el reciclaje en España

España es uno de los líderes europeos en la recuperación de envases de vidrio. En concreto, más de 7 de cada 10 envases de vidrio se reciclan. Esto supone unos 800 envases por segundo. Cada ciudadano recicla de media casi 20 kilos de envases de estas característica.

El reciclaje del vidrio no solo es una práctica común en España, sino que también tiene un impacto significativo en la reducción de la contaminación y la conservación de los recursos naturales. Cada tonelada de vidrio reciclado ahorra aproximadamente 1,2 toneladas de materias primas y evita la emisión de cerca de 300 kg de CO2 a la atmósfera.

Además, como dato curioso, reciclar una botella de vidrio ahorra suficiente energía para mantener encendida una bombilla de 100 vatios durante cuatro horas.

Reportaje elaborado por:

Cristina Herrera / Natalia Marques / MAx Mesones