Los mejores fiordos de España: ya no hace falta viajar a Noruega

Descubrimos algunos de los mejores fiordos en España. ¡Ya no tendremos que ir a Noruega para verlos!

David Escribano

David Escribano

Una de las principales razones para viajar a Noruega es tener la oportunidad de conocer en primera persona algunos de sus más de mil impresionantes fiordos. Sin embargo, no hace falta volar tan lejos para poder admirar esa maravilla esculpida por la naturaleza, pues también existen fiordos en España.

¿Qué es un fiordo?

Antes de presentar esos fascinantes lugares naturales, debemos saber lo que es un fiordo. Cuando hablamos de un fiordo, nos referimos a un golfo estrecho y profundo, entre montañas de laderas abruptas, formado por los glaciares durante el período cuaternario.

Algunos de los más fascinantes del mundo se hallan en Noruega, Islandia o Nueva Zelanda, pero, si cambiamos río por mar, en España también podemos jactarnos de poseer fiordos de los que dejan boquiabiertos a los viajeros.

Los fiordos más bonitos de España

Riaño, León

Riaño al atardecer. Mejores fiordos de España
Fuente imagen: Pixabay

En la parte norte de la provincia de León, las altas montañas anuncian uno de los extremos del segundo parque nacional más antiguo de España: los Picos de Europa. Hace ya más de un siglo que las montañas, la flora y la fauna de los Picos de Europa fueron protegidos por el gobierno.

Bastante más tarde, en 1994, las montañas y el embalse de Riaño fueron protegidos bajo la figura del parque regional. Allí, el relieve es muy abrupto, con picos de entre 1.000 y 2.000 metros de altura y preciosos valles fluviales que aparecen encajonados, formando los fiordos.

El paisaje también incluye lagos glaciares, enormes masas de bosques caducifolios y picos como el Gilbo, que alcanza los 1.679 metros sobre el nivel del mar y es uno de los favoritos de los amantes del senderismo que se acercan a la zona.

Cerca del fiordo de Riaño aún corretea el oso pardo y se escucha el canto del urogallo.

Arribes del Duero

Sin dejar la comunidad autonóma de Castilla y León, visitamos las provincias de Zamora y Salamanca para maravillarnos ante la belleza de los fiordos formados en Arribes del Duero.

Es allí donde las azules aguas del embalse de la Almendra ejercen casi de frontera natural entre las dos provincias castellanoleonesas. Las aguas de los ríos Tormes, Duero, Huebra, Uces y Camaces han ido erosionando, con el paso de los siglos, las escarpadas montañas para crear pasadizos fascinantes.

El cañón formado por las aguas del Uces, por ejemplo, oculta una de las cascadas más bellas de la península ibérica: el Pozo de los Humos.

En el Parque Natural de Arribes del Duero se pueden apreciar los fiordos desde el agua, tomando, por ejemplo, el barco que parte desde Miranda do Douro (ya en Portugal) o el que lo hace desde Aldeadávila de la Ribera.

En cuanto a buenos miradores para ser testigos de tanta belleza natural, el de Ledesma es una buena opción, pero también el Mirador del Fraile, el del Picón de Felipe o el de Las Barrancas.

Además, merece la pena quedarse unos días por la zona para descubrir los encantadores e históricos pueblos cercanos al parque natural, disfrutar de castillos – como el de Fermoselle – o probar los buenos vinos de esta tierra bendecida por la naturaleza.

Cañón del río Sil

Vista mirador del río Sil en día soleado
Fuente imagen: Pixabay

En Galicia, el río Sil posee una gran fuerza erosiva que ha creado uno de los fiordos más bonitos de España. Al paso del Sil por la Ribeira Sacra, los desniveles de acentúan y todo se cubre de la tupida vegetación autóctona.

La angostura del fiordo crea la sensación de que las paredes de roca son auténticos gigantes indestructibles. La mejor manera de explorarlo es en catamarán, recorriendo los tramos que se extienden por los municipios de Parada de Sil, Nogueira de Ramuín, A Teixeira y Sober. Los embarcaderos se hallan en Santo Estevo, Doade y Augas.

Hoces del Río Duratón, Segovia

buitre sobrevolando hoces del Duratón
Fuente imagen: Pixabay

El Parque Natural de las Hoces del Duratón fue constituido en 1989 y es una auténtica maravilla paisajística.

Resalta la espectacularidad del tramo que se extiende entre la población de Sepúlveda y la presa de Burgomillodo. En él, el agua adquiere ciertas tonalidades entre el topacio y el jade, mientras que los acantilados montañosos aparecen tapizados de verde y tonos ocre.

Unos 25 kilómetros de sinuosos meandros tallados por las aguas del Duratón, que cuentan con paredes de hasta 70 metros de altura.

Una belleza que se puede contemplar desde miradores escénicos, mientras envidiamos a los buitres leonados, águilas reales, alimoches y halcones peregrinos, pues ellos sobrevuelan el lugar para obtener la mejor panorámica posible. Como simples humanos que somos, la mejor opción que tenemos es recorrer el lugar en piragua.