¿Qué es la captura de carbono y por qué ha sonado en la COP28?

Mario Picazo

Mario Picazo

Uno de los términos más utilizados durante la COP28, celebrada en Dubái estos últimos días, ha sido el de «captura de carbono«.

No es de extrañar, ya que era un punto importante de la agenda de la COP. Además, para los países pro-combustibles fósiles interesa que se pueda capturar el carbono, que se genera al seguir quemando petróleo, gas o carbón

¿Qué es la captura de carbono?

Como dicen las palabras, capturar carbono implica evitar de alguna manera que llegue a la atmósfera y afecte al sistema climático de la Tierra. Hay diferentes formas de capturar carbono, y hoy en día, se hace en un buen número de instalaciones industriales.

Las centrales eléctricas de carbón, las plantas de etanol o incluso las fábricas de cemento producen dióxido de carbono. Para evitar que esas emisiones que calientan el planeta lleguen a la atmósfera, las empresas pueden instalar equipos capaces de separar ese gas de todos los demás gases que salen de su chimenea. Luego se transporta a un lugar donde pueda almacenarse permanentemente bajo tierra

Una vez capturado, el carbono se concentra de una forma que permite que sea transportado. Se hace en un vehículo o a través de una tubería hasta un lugar donde puede inyectarse bajo tierra para su almacenamiento a largo plazo.

Para evitar que el carbono acabe en la atmósfera, las empresas del sector industrial instalan equipos capaces de separar gases para transportar el carbono a una zona del almacenamiento que puede estar bajo tierra. Fuente imagen: Unsplash

Otra forma de restar carbono del sistema es eliminándolo del aire. A diferencia de la captura, esta técnica permite eliminar el carbono que ya está en la atmósfera y así evitar que produzca más calentamiento. 

La forma más habitual de compensar estas concentraciones es plantando árboles, pero también hay un impulso para implementar tecnología de última generación. Existe la qué lo captura directamente del aire, utilizando productos químicos para extraer el dióxido de carbono a medida que pasa el aire.

En el sector de la movilidad, uno de los que más contaminan, cada vez tenemos más vehículos eléctricos que se cargan con energía limpia. Sin embargo, muchos obtienen su electricidad vía la quema de combustibles fósiles. 

El sector de la movilidad es uno de los que más contaminan

Muchas empresas de la automoción están apostando con fuerza por dejar atrás los vehículos de gasolina. Sin embargo, muchos aún seguirán funcionando durante bastantes años con combustibles fósiles hasta que llegue la transición definitiva.

En otros sectores del transporte como son el marítimo y la aviación, hay planes para descarbonizarse por completo. El ambicioso cambio aún tardará en llegar. Aún así, cada vez hay más proyectos que implican un transporte por aire y mar mucho más sostenible que el actual. 

¿Captura de carbono como solución al cambio climático?

Dado que parece que no se va a prescindir totalmente de los combustibles fósiles, crece la idea entre los países más convencidos de seguir haciéndolo de invertir en tecnología que sea capaz de eliminar el carbono emitido. 

La captura de carbono, es una tecnología que aún está en desarrollo y es cara. Aunque puede ayudar a descarbonizar el sistema climático terrestre, no es la solución definitiva. Primero, hay que buscar la forma de reducir de manera considerable la quema de combustibles fósiles. Después se puede pensar en una posible captura de carbono.

Incluir estas tecnologías como parte de la fórmula final para reducir las concentraciones de gases como el CO2 es un hándicap. A la hora de reducir la huella de los combustibles fósiles, no todos los países quieren o pueden apostar por esta fórmula de captura. Y es que es más compleja para muchos. 

La Captura de Carbono puede ayudar a limitar el calentamiento global pero no deber ser la solución principal para hacerlo.
La reforestación es una manera habitual y más natural de capturar carbono. Fuente imagen: Unsplash

La fórmula de inversión por la que hay que apostar (y que parece que cada vez tiene bastantes más adeptos) es la de las energías renovables. También hace falta conseguir una red de transporte de electricidad que sea mucho más eficiente que la actual para aprovechar al máximo esa energía limpia. 

Hoy, según la Agencia Internacional de Energía, hay alrededor de 40 proyectos de captura de carbono a gran escala funcionando en todo el mundo. Se encargan de extraer de la atmósfera cerca de 45 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono cada año. 

La cantidad puede sonar elevada, pero en realidad el volumen que se captura es bastante pequeño, cerca del 0.1% del volumen total emitido.

Por eso, aunque se potencie esta tecnología como una que suma y ayuda a restar energía del sistema climático terrestre, no debe ser una prioridad frente a la opción de eliminar los combustibles fósiles a gran escala de manera permanente.