Ruta por las Baleares: 4 islas repletas de tesoros

Las islas Baleares esconden un sinfín de tesoros de todo tipo. ¡Recorremos Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera en su busca!

David Escribano

David Escribano

En el corazón del Mediterráneo, Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, cada una con su propia esencia, tejen una sinfonía de colores y emociones que danzan al ritmo de las estaciones. Una ruta por las Baleares es un sueño viajero a cumplir.

Entre las murallas de su historia y las olas de sus playas, las Islas Baleares invitan a explorar un universo de sensaciones. Desde los acantilados de sus costas hasta los campos de almendros en flor, cada rincón tiene algo que ofrecer. Estas son algunas de las mejores cosas que ver en una ruta por las Baleares.

Mallorca

Catedral de Mallorca Ruta por las Baleares
La Seu de Palma de Mallorca. Fuente imagen: Pixabay

Comenzamos nuestra ruta por las Baleares en Mallorca.

La isla más grande del archipiélago ofrece una amplia gama de experiencias para todo tipo de viajeros. Su capital, Palma de Mallorca, cautiva con su impresionante catedral gótica, La Seu, y su encantador casco antiguo repleto de calles empedradas y plazas pintorescas.

Además, el Castillo de Bellver ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el mar, mientras que el Paseo Marítimo invita a disfrutar de una caminata tranquila junto al Mediterráneo.

Al salir de Palma, Mallorca despliega un abanico de paisajes naturales espectaculares.

La Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece bellísimas rutas de senderismo entre montañas escarpadas y pétreos pueblos con encanto, como Valldemossa y Deià.

ruta por las Baleares
Fuente imagen: Pixabay

En la costa, las playas de arena blanca y aguas cristalinas como Cala d’Or y Es Trenc son lugares ideales para relajarse y disfrutar del sol y el mar.

Los amantes de la cultura y la historia, encontrarán en Mallorca una rica herencia que se refleja en sus pueblos pintorescos y sus yacimientos arqueológicos. Desde las antiguas ruinas romanas de Pollentia, en Alcúdia, hasta los misteriosos talayots de Capocorb Vell, la isla es un tesoro de historias pasadas que espera ser descubierto por aquellos que se aventuren por sus caminos.

Menorca

Ruta por las Baleares playas de Menorca
Fuente imagen: Pixabay

Menorca, quizá la más tranquila de las Islas Baleares, es un paraíso natural con una rica historia y una belleza inigualable.

Su capital, Mahón, nos recibe con su puerto natural, considerado uno de los más grandes del mundo, y su encantador casco antiguo repleto de estrechas calles a las que se asoman casas y palacetes que atesoran grandes historias.

Un buen lugar para disfrutar de las vistas aquí es la fortaleza de la Mola, mientras que el Monte Toro ofrece una increíble estampa de toda la isla.

Al aventurarnos fuera de la ciudad, nos encontramos con una costa salpicada de calas escondidas y playas de aguas turquesas, como Cala Macarella y Cala Mitjana, perfectas para nadar, hacer snorkel o simplemente relajarse bajo el sol.

Menorca
Fuente imagen: Pixabay

Además, el Parque Natural de S’Albufera des Grau ofrece la oportunidad de explorar humedales protegidos y avistar una gran variedad de aves migratorias.

Al igual que Mallorca, Menorca también posee sitios arqueológicos fascinantes, como los restos prehistóricos de Talatí de Dalt y la Naveta des Tudons, una tumba megalítica única en su tipo y que cuenta con unos 3.000 años de historia.

Además, en pueblos como Ciutadella y Fornells podremos observar cómo es la vida tradicional menorquina y disfrutar de la deliciosa gastronomía local.

Ibiza

Vistas de Es Vedrà en Ibiza ruta por las Baleares
Fuente imagen: Pixabay

En una completa ruta por las Baleares nunca puede faltar una visita a Ibiza. Conocida mundialmente por su vibrante vida nocturna, a poco que rasquemos su superficie, Ibiza nos quiere demostrar que es mucho más que fiesta y diversión.

En la capital, Eivissa, merece la pena pasear por Dalt Vila, el casco histórico que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En él podremos embelesarnos con la majestuosa catedral de Santa María y la emblemática muralla renacentista.

Además, el puerto deportivo Marina Botafoch ofrece un ambiente exclusivo y sofisticado, con restaurantes de alta cocina y tiendas de lujo.

Pero Ibiza también es famosa por sus playas paradisíacas y sus aguas cristalinas. Desde las emblemáticas calas de Salinas y Comte hasta las más tranquilas como Cala d’Hort y Cala Bassa, la isla ofrece un paraíso terrenal, complementado con una fascinante vida submarina.

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Cala Salada en Ibiza. Fuente imagen: Pixabay

Hay pocos placeres que superen al de tomar un barco y salir a ver el atardecer desde el mar cerca de Es Vedrà, el islote de los sueños que emerge en el sureste de Ibiza.

La necrópolis de Puig des Molins y la ciudad fenicia de Sa Caleta ofrecen una visión única del pasado de la isla. Además, los mercadillos hippies de Las Dalias y Punta Arabí son lugares ideales para descubrir la artesanía local y disfrutar de la atmósfera bohemia que caracteriza a Ibiza.

Formentera

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Ses Illetes. Fuente imagen: Pixabay

Formentera suele coronarse como la parada más tranquila de una ruta por las Baleares.

Quizá tenga la culpa de ello playas de otro mundo, como las de Ses Illetes y Levante, con esas aguas cristalinas, de espectro caribeño, que lamen la resplandeciente arena blanca.

Es una isla que invita claramente al ‘slow travel‘. Por eso, la mejor forma de conocerla es alquilando una bicicleta de montaña y recorriendo las pistas rurales que atraviesan pinares y bordean campos de flores silvestres.

A lomos de la bici llegaremos, también, a pueblos como La Mola y Sant Francesc Xavier, en los que la vida – sobre todo fuera de la temporada alta veraniega – discurre a otro ritmo.

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En los mercadillos locales encontraremos artesanías, cerámicas y la materia prima de los magníficos platos que podremos degustar en los restaurantes de la isla. Aquí hay un gran vínculo entre el mar y la agricultura de secano, dando origen a recetas como la ensalada payesa, frito de pulpo o el sofrit pagès.

Y para endulzarnos la vida en Formentera, no debemos dejar de probar el Flaó, un pastel de queso fresco con hierbabuena. Y es que, una ruta por las Baleares es, en sí, un dulce irresistible