Pablo Ramos
Bien es sabido que la sal se utiliza para derretir nieve. La principal causa es que actúa de tal manera que impide que el agua y la nieve se congelen a una temperatura de de 0ºC.
De esta manera, se retrasa el punto de congelación hasta más allá de los -6ºC. Cuanto mayor sea la cantidad de sal, más frío tendrá que hacer para llegar a este punto.
Este elemento es principalmente sal marina, similar a la que se usa en las cocinas. Se puede adquirir otras más específicas para carreteras y superficies que tienen algún añadido más concreto.
De hecho, en tiendas de suministros, grandes superficies o a través de internet se puede encontrar con mucha facilidad a precios asequibles.

¿Por qué la sal deshace y derrite el hielo?
«La sal baja el punto de fusión de la nieve. Es decir, al añadir sal podemos hacer que la nieve se derrita a una temperatura más baja que si no estuviera esa sal.»
«Asimismo. la sal también es capaz de hacer subir el punto de ebullición del agua. Por eso, cuando ponemos el agua a hervir, es mejor echar la sal más tarde. Se hace así para no «complicar» el proceso y que hierva antes, a temperatura más baja». Así lo detalla Irene Santa, meteoróloga de Eltiempo.es.
Quitar nieve y hielo con sal
Una de las maneras más rápidas de utilizar la sal para derretir y quitar la nieve que se acumula en carreteras, patios, balcones o terrazas se basa, inicialmente, en retirar gran parte de la nieve con una pala o cualquier otro elemento.

De este modo, al reducir el volumen de nieve, la actuación de la sal impidiendo su congelación será mucho más rápida y efectiva. Como consecuencia se evitan riesgos como resbalones, que pueden causar importantes lesiones.
Es más, este puede llegar a ser un punto clave. Y es que, ante nieve suelta, no compactada, y sin congelar del todo, (con algún punto en estado líquido) agilizará el proceso de derretimiento gracias a la sal.
La sal baja el punto de fusión de la nieve.
Una vez retirada parte de la nieve, es el momento de esparcir la sal, a mano o con un recipiente. La sal debe quedar repartida pero no es necesario que cubra toda la superficie, es suficiente con un reparto vasto.
Eso sí, hay que tener en cuenta que se deben priorizar las zonas del paso de personas, como portales, escaleras, puertas de acceso, aceras o el paso de vehículos ya que son los punto con un mayor riesgo para las personas.

Aún con todos estos aspectos positivos, hay que tener en cuenta que la sal también puede deteriorar ciertos elementos de la casa.
Y es que la sal corroe el metal (también el de los coches). No se debe esparcir en zonas ajardinadas o plantas, ya que puede alterar los nutrientes del suelo y provocar daños irreparables.